El hígado es uno de los órganos del aparato digestivo que tiene como función principal metabolizar y almacenar los nutrientes provenientes de la digestión de los alimentos. Además de esto, también favorece la producción de energía y proteínas, se encarga de eliminar toxinas del organismo y producir la bilis.
Este órgano se localiza en la parte superior derecha del abdomen, debajo del diafragma y encima del estómago, riñón derecho e intestinos; tiene unos 20 cm de largo, pesa 1,5 kg en los hombres y 1,2 kg en las mujeres aproximadamente, y está compuesto por 4 lóbulos (derecho, izquierdo caudado y cuadrado).
Existen diversas enfermedades que pueden afectar la salud del hígado, como son la hepatitis, el hígado graso o la cirrosis, por ejemplo. Por este motivo, es importante consultar a un médico general o hepatólogo en caso surjan síntomas, como dolor en la parte superior derecha del abdomen o coloración amarilla en la piel y/o en los ojos, que puedan indicar la presencia de alguna afección en este órgano. Vea los principales síntomas que pueden indicar un problema hepático.
Principales funciones
Las principales funciones del hígado son:
1. Metabolismo, almacenamiento y liberación de glucosa
El hígado se encarga de procesar la glucosa proveniente del metabolismo de los carbohidratos a nivel intestinal, esto con la finalidad de producir la energía necesaria para el mantenimiento de las funciones del organismo. Asimismo, la glucosa en exceso se almacena en este órgano en forma de glucógeno, por lo que ayuda a regular el azúcar en la sangre y sirve como reserva en caso el organismo precise de ella, liberándolo en la sangre para mantener la glucemia, como puede ocurrir en una actividad deportiva de alto impacto, por ejemplo.
También favorece la regulación de la glucosa sanguínea, ya que cuando hay mucho azúcar en exceso en la sangre, el hígado retira parte de este y lo almacena en forma de glucógeno.
Asimismo, el hígado es capaz de producir glucosa a partir de otras moléculas, como ácidos grasos o aminoácidos, en caso de que la reserva hepática se agote, situación que puede ocurrir en ayunos prolongados; o también transformar otros azúcares como la galactosa y la fructosa en glucosa para ser utilizadas como fuente de energía.
2. Digestión de las grasas
El hígado participa en la digestión de las grasas y de las vitaminas liposolubles (A,D,E y K) provenientes de los alimentos, debido a que se encarga de la producción de la bilis, una sustancia que se almacena en la vesícula biliar y es liberada al intestino ante la presencia de grasas para facilitar su digestión y absorción.
Además de esto, la bilis también se encarga de eliminar el exceso de colesterol del organismo y de algunas sustancias tóxicas, y debido a su color amarillo verdoso, le da el color característico a las heces.
3. Producción de proteínas
El hígado también se encarga de la regulación del metabolismo de los aminoácidos y de las proteínas, produciendo sustancias como la albúmina, la principal proteína de sangre y una de las más abundantes en el organismo, la cual se encarga de regular el volumen sanguíneo, distribuir los fluidos del cuerpo y de transportar varias sustancias a través de la sangre, como la bilirrubina, hormonas, vitaminas, enzimas, metales, iones y algunos medicamentos.
Otras proteínas que son producidas por este órgano son la transferrina, que se encarga de transportar hierro y almacenarlo en forma de ferritina para ser utilizado por los glóbulos rojos y por la médula ósea para para producción de eritrocitos, y el fibrinógeno, importante para la coagulación sanguínea.
4. Eliminación de toxinas
El hígado desempeña un papel importante en la protección del organismo contra sustancias tóxicas como el alcohol, por ejemplo, por tener la capacidad de filtrar la sangre, removiendo toxinas que son enviadas para los riñones y eliminadas a través de la orina.
5. Producción de colesterol
El hígado produce colesterol a partir de alimentos ricos en grasas, que luego son transportados en la sangre por moléculas llamadas lipoproteínas, como LDL y HDL.
El colesterol es necesario para el funcionamiento normal del organismo, participando en la producción de vitamina D y de hormonas como la testosterona y el estrógeno, y para la producción de ácidos biliares que disuelven la grasa, además de estar presente en la membrana de todas las células del organismo.
6. Almacenamiento de vitaminas y minerales
El hígado almacena vitaminas A, B12, D, E y K, que se absorben a través de los alimentos y las distribuye por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo. Estas vitaminas son importantes para el crecimiento y desarrollo del tejido cutáneo, para mejorar la salud ocular, fortalecer el sistema inmunológico, además de fortalecer los huesos y los dientes.
Algunos minerales, como el hierro y el cobre, también se almacenan en el hígado y son fundamentales para diferentes reacciones químicas en el organismo, que incluyen: la producción de energía, que mantiene la función de las células; la síntesis de proteínas, como colágeno y elastina; la prevención en la formación de radicales libres; y para la formación de proteínas en el hígado.
7. Destrucción de los glóbulos rojos
El hígado participa constantemente en la destrucción de los glóbulos rojos, también llamados eritrocitos, que viven en promedio 120 días.
Cuando estas células son viejas o anormales, el hígado digiere los glóbulos rojos y libera el hierro contenido en esas células en el torrente sanguíneo, de manera que la médula ósea se encargue de producir más glóbulos rojos.
8. Regulación de la coagulación sanguínea
El hígado participa en la regulación de la coagulación sanguínea, aumentando la absorción de vitamina K a través de la producción de bilis, además de almacenar esta vitamina en sus células, que es fundamental para la activación de las plaquetas que favorecen la coagulación sanguínea.
9. Transformación de amonio en urea
El hígado transforma el amoníaco, que proviene del metabolismo de las proteínas de la dieta, y que es tóxico para el organismo en urea, lo que permite que esta sustancia se elimine a través de la orina.
10. Metabolismo de medicamentos
El hígado es el principal órgano que metaboliza los medicamentos, el alcohol y las drogas, ya que produce enzimas que degradan e inactivan estas sustancias, favoreciendo su eliminación a través de la orina o las heces.
Esta función del hígado es importante para prevenir la intoxicación por este tipo de sustancias, pero también puede ser importante para activar ciertos medicamentos, como el omeprazol o la capecitabina, que necesitan ser metabolizados por el hígado para ejercer su efecto.
11. Destrucción de microorganismos
El hígado posee células de defensa, llamadas células de Kupffer, las cuales son capaces de destruir microorganismos como virus o bacterias que pueden ingresar al hígado a través del intestino y causar enfermedades.
Además, estas células también tienen a capacidad de resistir infecciones creando factores inmunológicos y eliminando bacterias del torrente sanguíneo.
Principales enfermedades del hígado
Las principales enfermedades que pueden afectar el hígado son:
1. Hígado graso
El hígado graso, conocido científicamente como esteatosis hepática, ocurre cuando existe una acumulación de grasa en el hígado, generalmente provocada por un consumo excesivo de bebidas alcohólicas, una mala alimentación o por la presencia de algunas enfermedades como la obesidad, la diabetes y el colesterol alto.
Inicialmente, el hígado graso no produce síntomas, pero en las etapas más avanzadas puede provocar dolor abdominal, pérdida de peso, cansancio, malestar general, náuseas y vómitos, por ejemplo. El tratamiento implica cambios en la dieta y en el estilo de vida en general, así como el tratamiento de enfermedades que pueden haber causado la acumulación de grasa en el hígado. Vea cómo debe ser la dieta para el hígado graso.
Vea en el siguiente video los alimentos que deben priorizarse en la dieta para el hígado graso:
7 mejores alimentos para limpiar el HÍGADO GRASO
14:27 | 116.779 visualizações2. Hepatitis
La hepatitis es una inflamación en el hígado que puede ocurrir como consecuencia de una infección con el virus de la hepatitis A, B, C, D o E, pero también es común en personas que abusan del alcohol, medicamentos o drogas. Además, algunas enfermedades autoinmunes y la obesidad también pueden aumentar el riesgo de hepatitis.
Los síntomas más comunes son piel u ojos amarillentos y el tratamiento dependerá de la causa que originó esta infección. Obtenga más información sobre los diferentes tipos de hepatitis y cómo se realiza el tratamiento.
3. Cirrosis
La cirrosis es una enfermedad en la que se produce la destrucción permanente de las células hepáticas, provocando que estas sean reemplazadas por tejido fibroso, como si se tratara de una cicatriz, dificultando el funcionamiento de este órgano. Esta situación se produce debido a la acumulación de toxinas, la ingesta crónica o abusiva de medicamentos y alcohol, malos hábitos alimentarios que generan hígado graso o por enfermedades como la hepatitis, por ejemplo.
Esta enfermedad suele ser asintomática cuando se encuentra en la etapa inicial, pero en casos más avanzados puede causar dolor en el abdomen, orina oscura o heces blanquecinas, por ejemplo, y si no es debidamente controlada podría ocasionar una insuficiencia hepática. Conozca cómo se realiza el tratamiento de la cirrosis hepática.
4. Insuficiencia hepática
La insuficiencia hepática es una enfermedad en la que el hígado deja de cumplir sus funciones, debido al daño recurrente de sus células, provocado por el uso de medicamentos o drogas, o por algunas enfermedades como la hepatitis, cirrosis, hígado graso, cáncer o enfermedades autoinmunes.
Esta enfermedad puede generar una serie de complicaciones como problemas de coagulación, edema cerebral, infección pulmonar o insuficiencia renal, y por lo general, su tratamiento se realiza a través de un trasplante de hígado.
5. Cáncer
El cáncer de hígado es un tipo de tumor maligno que cuando está en una fase inicial puede no presentar síntomas, pero a medida que le enfermedad progresa puede surgir dolor a nivel abdominal, pérdida de peso sin razón aparente, distensión abdominal y piel u ojos amarillentos. El tratamiento debe ser indicado por el oncólogo, el cual puede indicar la realización de una cirugía, de quimioterapia o un trasplante de hígado.
Lea también: Trasplante de hígado: cuándo se indica y cómo se realiza tuasaude.com/es/trasplante-de-higadoEste tipo de cáncer puede surgir por antecedentes familiares, alcoholismo, cirrosis, hepatitis o por la inhalación de productos químicos como el cloruro de vinilo o la ingestión de arsénico. Vea cómo identificar los síntomas del cáncer hepático.
Test online de enfermedades en el hígado
Para saber si puede tener alguna enfermedad hepática, marque los signos que presenta en la lista a continuación:
Este teste es solo una herramienta de orientación y no tiene como objetivo dar un diagnóstico ni sustituir la consulta con un psiquiatra.
Lea también: Enfermedades del hígado: qué son, síntomas, tipos y tratamiento tuasaude.com/es/enfermedades-del-higadoCómo saber si tiene un problema en el hígado
Aunque es un órgano resistente, existen varios problemas que pueden afectar al hígado. A menudo, la persona no suele presentar ningún síntoma asociado, descubriendo las alteraciones de este órgano en un análisis de sangre de rutina, en el que se evalúen las enzimas hepáticas, como ALT, AST, GGT, fosfatasa alcalina y bilirrubina, o mediante la realización de una prueba de imagen como una tomografía o ecografía abdominal, por ejemplo. Conozca cuáles son los exámenes que evalúan la función hepática.
Cuándo acudir al médico
Algunos síntomas que pueden indicar una enfermedad en el hígado, necesitan de atención médica lo más pronto posible incluyen:
- Piel u ojos amarillos;
- Dolor abdominal;
- Cansancio excesivo;
- Comezón en el cuerpo;
- Hinchazón abdominal;
- Náuseas o vómitos con sangre;
- Sensación de llenura después de una comida leve;
- Pérdida del apetito o pérdida de peso sin razón aparente;
- Orina oscura;
- Heces claras o blanquecinas;
- Fiebre;
- Surgimiento de hematomas en el cuerpo.
En estos casos, el médico puede solicitar exámenes de sangre o de imagen para identificar la enfermedad y recomendar el tratamiento más adecuado.