Furosemida: para qué sirve, dosis y efectos secundarios

La furosemida es un medicamento indicado para el tratamiento de la presión arterial alta leve a moderada o de la hinchazón causada por alteraciones en el corazón, el hígado, los riñones o por quemaduras, como en la exacerbación de la insuficiencia cardíaca congestiva, insuficiencia hepática o renal.

Este medicamento puede encontrarse en farmacias o droguerías en presentación de tabletas, bajo los nombres comerciales Diurmessel, Klimyn, Lasilacton, Lasix, Seguril, o en su versión genérica como furosemida. Debe ser utilizado bajo indicación médica.

Además, la furosemida también puede ser administrada en entornos hospitalarios en forma de inyecciones, aplicadas por un enfermero o personal de salud cualificado.

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Para qué sirve

La furosemida sirve para el tratamiento de hinchazón en el cuerpo (edema) causado por:

  • Exacerbación de la insuficiencia cardíaca congestiva;
  • Insuficiencia cardíaca aguda;
  • Edema pulmonar agudo;
  • Insuficiencia hepática con ascitis;
  • Insuficiencia renal;
  • Síndrome nefrótico;
  • Edema cerebral;
  • Quemaduras graves.

Además, la furosemida también está indicada para el tratamiento de la presión arterial leve a moderada o crisis hipertensivas.

¿La furosemida sirve para adelgazar?

La furosemida puede causar una reducción de peso después del inicio de tratamiento debido a la eliminación de líquidos acumulados en el cuerpo. Sin embargo, este medicamento no está indicado para adelgazar, por lo que no tiene ningún efecto sobre la quema y pérdida de grasa corporal.

Además, la furosemida puede tener muchos efectos secundarios, por lo que no debe ser usado para adelgazar. Vea los principales medicamentos indicados para adelgazar.

Cómo es el mecanismo de acción

La furosemida actúa evitando que el sodio y el agua sean reabsorbidos en los riñones y vuelvan a la circulación sanguínea, estimulando su eliminación a través de la orina, lo que disminuye la cantidad de líquido y sodio acumulado en el cuerpo.

Este mecanismo de acción hace que disminuya el volumen sanguíneo, la carga de trabajo del corazón y la hinchazón, siendo útil en el tratamiento de la presión arterial y la insuficiencia cardíaca congestiva. 

La furosemida produce un efecto diurético potente con inicio de acción rápido y de corta duración. Vea otros mecanismos de acción de los diferentes tipos de diuréticos.

Dosis y cómo tomar

Las dosis de furosemida dependen de la presentación del medicamento:

1. Furosemida 40 mg en tabletas

La furosemida en tabletas debe tomarse por vía oral, con un vaso de agua y con el estómago vacío, es decir, 1 hora antes o 2 horas después de una comida.

La dosis normalmente recomendada de furosemida para adultos varía entre 20 y 80 mg al día, al inicio del tratamiento, de acuerdo a la orientación del médico. La dosis de mantenimiento es de 20 a 40 mg al día.

En niños, normalmente la dosis recomendada es de 2 mg por cada kg de peso corporal, hasta un máximo de 40 mg al día, debiendo ser siempre utilizada con indicación del pediatra.

El tiempo de tratamiento con furosemida debe ser orientado por el médico, y no se debe interrumpir el tratamiento por cuenta propia.

2. Furosemida inyectable 20 mg/ 2ml

La furosemida inyectable solo debe ser utilizada en ambientes hospitalarios, debiendo ser administrada por vía intravenosa o intramuscular.

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La dosis de furosemida inyectable debe ser indicada por el médico de acuerdo a la condición a tratar y la gravedad de los síntomas, siendo que la dosis normalmente indicada para adultos es de 20 a 40 mg. En niños, la dosis debe ser calculada por el pediatra de acuerdo al peso del niño.

Posibles efectos secundarios

Los efectos secundarios más comunes que pueden ocurrir durante el tratamiento con furosemida son diarrea, estreñimiento, pérdida del apetito, adormecimiento, hormigueo, dolor de cabeza, mareos o visión borrosa.

Además, pueden surgir efectos secundarios que deben ser comunicados al médico tratante lo antes posible, como aumento de la sed, boca seca, dolor de estómago, náusea, vómito, piel y ojos amarillentos, nerviosismo, irritabilidad, latidos cardíacos irregulares, calambres o debilidad muscular.

La furosemida también puede causar reacciones alérgicas graves que requieran atención médica inmediata. Por eso, se debe interrumpir el tratamiento y acudir al servicio de urgencias más cercano en caso de presentar síntomas como dificultad para respirar, sensación de garganta cerrada, hinchazón en la boca, lengua o rostro, urticaria, formación de ampollas en la piel, ardor en los ojos o dolor de garganta. Vea cómo identificar los síntomas de reacción alérgica.

Contraindicaciones

La furosemida está contraindicada en personas con alergia a alguno de los componentes de la fórmula.

Además, tampoco debe usarse en lactantes, personas con insuficiencia renal con paro total de la eliminación de orina, pre coma y coma debido a encefalopatía hepática, reducción de los niveles de potasio y sodio en la sangre, con deshidratación o disminución de la sangre circulante.

Durante el embarazo, la furosemida está contraindicada, debiendo ser prescrita solo por el obstetra, ya que este medicamento puede atravesar la placenta y llegar al bebé, siendo necesario el acompañamiento frecuente del desarrollo del bebé.