Qué es:
La gastrostomía es la colocación de un pequeño tubo flexible a través del abdomen, conocido como sonda, directamente hacia el estómago. A través de este tubo es posible retirar contenido gástrico, aire y se pueden introducir medicamentos y alimentos de consistencia líquida, en los casos en que la vía oral no puede ser utilizada.
Este tipo de cirugía permite una nutrición adecuada a través de la nutrición enteral, que se puede preparar a través de una dieta líquida o utilizando fórmulas específicas, la cual debe ser indicada por un nutricionista, según el estado nutricional de la persona. Conozca qué es la nutrición enteral.
Esta técnica puede ser indicada de forma permanente, dependiendo de la condición de salud de la persona, o de forma temporal como puede ocurrir después de una cirugía del aparato digestivo, por ejemplo, debiendo ser indicada y realizada por un gastroenterólogo. Además, el personal de enfermería también debe dar algunas indicaciones sobre cómo cuidar la herida en la piel y la sonda.
Cuándo es indicada la gastrostomía
La gastrostomía es indicada cuando el intestino se encuentra funcionando adecuadamente para prevenir o tratar la desnutrición, en los casos de:
- Alimentación a largo plazo, mayor a 30 días con desnutrición moderada a grave;
- ACV;
- Hemorragia cerebral;
- Parálisis cerebral;
- Demencia;
- Tumores de cabeza y cuello, a nivel cerebral, en el esófago o en la garganta, por ejemplo;
- Esclerosis lateral amniotrófica;
- Esclerosis múltiple;
- Enfermedad de Parkinson;
- Dificultad grave para tragar;
- Fístula traqueo esofágica congénita;
- Enfermedad de Crohn;
- Descompresión gástrica;
- SIDA;
- Quemaduras;
- Fibrosis quística;
- Coma prolongado;
- Enfermedades neuronales;
- Retraso psicomotor;
- Enfermedad de la neurona motora;
- Perforación del esófago por ingestión de cáusticos.
Algunos de estos casos pueden ser temporales, como sucede en situaciones de ACV, en que la persona utiliza la gastrostomía hasta que logra alimentarse nuevamente, pero en otros casos puede ser necesario mantener la sonda por varios años o incluso para toda la vida.
Esta técnica todavía se puede usar temporalmente después de la cirugía, especialmente cuando se trata del sistema digestivo o respiratorio, por ejemplo.
Cómo alimentar por gastrostomía
Para alimentar una persona por gastrostomía se deben seguir los pasos a continuación:
- Sentar a la persona o colocar la cabecera de la cama elevada, de forma que se evite que la comida suba del estómago hacia el esófago y provoque acidez;
- Examinar el tubo para garantizar que no existen dobleces que puedan impedir el paso de la comida;
- Cerrar el tubo, usando el clip o doblando la punta, para que el aire no entre en el tubo;
- Abrir la tapa de la sonda y coloque la jeringa de alimentación (100 mL) en el tubo de la gastrostomía;
- Desdoblar la sonda y jalar lentamente el émbolo de la jeringa para extraer el líquido dentro del estómago. Si aspira más de 100 ml, se recomienda alimentar a la persona más tarde, cuando el contenido sea inferior a este valor. El contenido aspirado siempre debe volver a colocarse en el estómago;
- Doblar la punta de la sonda hacia atrás o cierre el tubo con el clip y luego retirar la jeringa;
- Llenar la jeringa con 20 a 40 mL de agua y volver a colocar en la sonda. Vaciar la jeringa lentamente hasta que toda el agua esté en el estómago;
- Volver a doblar la punta de la sonda o cierre el tubo con el clip y después retire la jeringa;
- Llenar la jeringa con 50 a 60 mL de comida licuada y colada y/o con la fórmula polimérica, que deberá ser indicada por el nutricionista. Vea qué es la dieta polimérica;
- Volver a repetir los pasos para cerrar el tubo y colocar la jeringa en la sonda, teniendo siempre cuidado de no dejar el tubo abierto;
- Empujar el émbolo de la jeringa con cuidado, insertando la comida lentamente en el estómago. Repita las veces que sean necesarias hasta administrar la cantidad recomendada por el médico o nutricionista, la cual no suele pasar de 300 mL.
Después de administrada toda la comida a través de la sonda, es importante lavar la jeringa y llenarla con 40 mL de agua, volviendo a colocarla a través de la sonda para lavarla y evitar que los restos de comida se acumulen y obstruyan el tubo. Estos cuidados son muy semejantes a los de la sonda nasogástrica.
Cómo debe ser la comida
La comida que se debe pasar a través de la sonda tiene que ser de consistencia líquida. En los casos donde la sopa es preparada en casa, esta debe estar bien licuada y colada, de manera que se evite el paso de trozos grandes de verduras que puedan dificultar la digestión. Vea cómo es la dieta líquida.
El plan nutricional debe ser siempre orientado por un nutricionista para garantizar que no existen carencias de vitaminas, por lo que después de la colocación de la sonda, el médico puede hacer una interconsulta con el especialista, el cual realizará una evaluación nutricional para calcular la dieta de forma individualizada.
En algunos casos, el nutricionista además de indicar la dieta líquida, también podría sugerir el uso de fórmulas poliméricas y/o modulares, que son suplementos nutricionales que pueden ayudar a completar las calorías o la falta de algún nutriente en específico, así como el uso de vitaminas y minerales, dependiendo del estado nutricional y de salud de la persona.
Cómo administrar medicamentos
Para la administración de medicamentos a través de la sonda de gastrostomía se deben seguir algunas recomendaciones, entre las que se encuentran:
- Lavarse las manos con agua y jabón neutro antes de preparar el medicamento;
- Colocar a la persona sentada o parcialmente sentada, levantando la cabecera de la cama;
- Interrumpir la administración de la dieta, utilizando el clip de la sonda. En los casos en que la alimentación está siendo dada a través de una bomba de nutrición enteral en el hospital;
- Desconectar la fórmula de la sonda, para conectar la jeringa;
- Abrir la tapa de la sonda y colocar la jeringa con 30 mL de agua para lavarla y retirar la comida que se encuentre de la sonda. El volumen de agua para lavar la sonda debe ser de alrededor de 30 mL para adultos o de 10 a 15 mL para niños;
- Administrar el fármaco lentamente a través de la sonda;
- Enjuagar la sonda con agua para "empujar" todo el medicamento hacia el estómago;
- Retirar la jeringa de la sonda y cerrar la sonda con el clip;
- Mantener la posición elevada durante al menos 30 minutos después de administrar el medicamento para prevenir el reflujo gástrico.
La preparación del medicamento debe hacerse inmediatamente antes de la aplicación a través del tubo. Generalmente, el médico debe dar preferencia al uso de medicamentos líquidos, como jarabe, solución en gotas o suspensión. Sin embargo, si es necesario usar tabletas, comprimidos o cápsulas, se deben triturar, en el caso de la tableta o comprimido, o abrir la cápsula antes de usar y mezclarlas con 10 a 15 ml de agua hasta que el medicamento se disuelva por completo.
En los casos en que se utilice más de un medicamento, se recomienda lavar la sonda con aproximadamente 5 mL de agua entre la administración de cada medicamento.
Cómo cuidar la herida de la gastrostomía
En las primeras 2 a 3 semanas de la herida de la gastrostomía, mejor conocida como estoma, debe ser tratada por un enfermero en el hospital, ya que es necesario tener más cuidado para evitar una infección y evaluar la zona constantemente. Sin embargo, después de obtener el alta hospitalaria y volver a casa, es necesario mantener algunos cuidados con la herida para evitar que la piel se irrite y surja algún tipo de molestia.
El cuidado más importante es mantener la zona siempre limpia y seca, por lo que se aconseja lavar la región por lo menos 1 vez al día con agua tibia, una gasa limpia y jabón de pH neutro. Pero también es importante evitar ropa muy apretada o colocar cremas con perfume o productos químicos que puedan irritar la piel alrededor del estoma.
Al lavar el área de la herida, la sonda también debe girarse ligeramente para evitar que se pegue a la piel, lo que aumenta las posibilidades de una infección. Este movimiento de rotación de la sonda debe realizarse una vez al día, o de acuerdo con las indicaciones del médico.
Cómo se realiza la gastrostomía
La gastrostomía es realizada por el cirujano y un gastroenterólogo los cuales insertan un tubo flexible directamente en el estómago, a través de una abertura en el abdomen, llamada estoma.
Antes de la cirugía, se administra a la persona un anestésico general o un sedante para inducir el sueño y anestesiar la piel, lo que permite colocar el tubo sin causar molestias.
Existen dos métodos para realizar la gastrostomía que son: la cirugía convencional, en la que el médico hace un corte en el abdomen para llegar al estómago e introducir la sonda, o una forma menos invasiva, que es la gastrostomía endoscópica percutánea (GEP), en la que se introduce la sonda en el estómago a través de la piel, mediante endoscopia, siendo guiada por radiografía o ecografía.
Posibles complicaciones
La gastrostomía se considera un procedimiento seguro, sin embargo, como toda cirugía, pueden presentarse algunas complicaciones, que incluyen:
- Sangrado;
- Infección en el sitio del corte donde se inserta el tubo en la piel, que puede causar síntomas como fiebre y escalofríos;
- Irritación o enrojecimiento de la piel alrededor del tubo;
- Peritonitis, que es una inflamación del peritoneo, una membrana que rodea la cavidad abdominal, debido a la filtración de alimentos desde el tubo hacia esta cavidad;
- Desplazamiento o salida accidental del tubo;
- Bloqueo u obstrucción del tubo;
- Neumonía por aspiración;
- Perforación intestinal.
Es importante que la persona esté atenta a signos que puedan indicar la aparición de complicaciones, como enrojecimiento de la piel, fiebre, escalofríos, tos o vómitos, por ejemplo. En tales casos, se debe informar de inmediato al médico para que puedan ser tratados.
Cuándo acudir al médico
Es importante acudir al médico o al hospital en las situaciones que se mencionan a continuación:
- La sonda está fuera del lugar;
- La sonda está tapada;
- Existen señales de infección en la herida, como dolor, enrojecimiento, hinchazón y la presencia de pus;
- La persona siente dolor al alimentarse o está vomitando;
- La persona tiene tos, dificultad para respirar o dolor en el pecho.
- Presencia de otros síntomas como dolor o hinchazón abdominal, dolor de cabeza o muscular, mareos o malestar general.
Además, dependiendo del material de la sonda, también puede ser necesario volver al hospital para cambiarla, sin embargo; esta frecuencia debe ser acordada con el médico.