Helicobacter pylori: síntomas, contagio y tratamiento

Helicobacter pylori o H. pylori es una bacteria que se instala en el estómago o en el intestino, donde altera la barrera protectora y provoca inflamación en estos órganos. Su infección puede ser asintomática o manifestarse con síntomas como dolor y ardor abdominal, indigestión, además de aumentar el riesgo de desarrollar úlceras y cáncer gástrico.

Esta bacteria generalmente se detecta durante un examen de endoscopia mediante una biopsia o una prueba de ureasa, que son los métodos más comunes para su diagnóstico.

El tratamiento consiste en una combinación de medicamentos, como omeprazol, claritromicina y amoxicilina, prescritos por un médico general o gastroenterólogo. Es fundamental, junto con la medicación, seguir una dieta que ayude a aliviar los síntomas de la gastritis, aumentando el consumo de vegetales y carnes blancas, y evitando el exceso de salsas, condimentos y alimentos procesados.

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Principales síntomas

Los principales síntomas de Helicobacter pylori son:

  1. Dolor o sensación de ardor en el estómago.
  2. Falta de apetito.
  3. Náuseas.
  4. Vómitos.
  5. Eructos o exceso de gases.
  6. Sensación de vientre hinchado.
  7. Heces oscuras y/o con sangre.

Es muy común que una infección por H. pylori no cause ningún tipo de síntomas, sin embargo, a medida que la bacteria destruye la barrera natural de las paredes internas del estómago y el intestino, se produce inflamación de los tejidos de la región, lo que resulta en síntomas. Vea más sobre los síntomas de la Helicobacter Pylori.

Test online de síntomas

Si sospecha que puede tener la bacteria Helicobacter pylori, indique los síntomas que presenta a continuación:

  1. 1. Dolor, ardor o sensación de indigestión constante en el estómago
  2. 2. Eructos o gases intestinales en exceso
  3. 3. Sensación de barriga hinchada
  4. 4. Pérdida de apetito
  5. 5. Mareos y vómitos
  6. 6. Heces muy oscuras o con sangre

Cómo se diagnostica Helicobacter pylori

En casos de síntomas simples como náuseas e indigestión, el médico puede pedir exámenes de sangre, de heces o la prueba respiratoria con urea marcada, que pueden detectar la presencia de H. pylori sin causar dolor ni necesidad de preparación especial del paciente.

Sin embargo, si existen síntomas graves como vómitos o presencia de sangre en las heces, se recomiendan exámenes como la endoscopia con biopsia, que evalúa también la presencia de úlceras, inflamación o cáncer en el estómago, o la prueba de la ureasa, que minutos después es capaz de dar el diagnóstico de la presencia o no de H. pylori. Vea cómo se realiza este test.

Asimismo, estos exámenes se pueden repetir al final del tratamiento para comprobar si la bacteria se ha eliminado del estómago.

Cómo se contagia

La infección por la bacteria H. pylori es muy común y se sabe que puede producirse por contagio a través de la saliva o del contacto oral con agua y alimentos contaminados con heces.

Sin embargo, las vías exactas de contagio aún no están completamente esclarecidas. Algunos factores que podrían aumentar las probabilidades de contagiarse con esta bacteria incluyen:

  • Beber agua contaminada o no filtrada.
  • Vivir con una persona infectada por H. pylori.
  • Habitar en un entorno con muchas personas.

Para prevenir esta infección, es fundamental mantener una buena higiene, como lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño, y evitar compartir cubiertos o vasos con otras personas. Además, adoptar hábitos de vida poco saludables, como fumar, consumir alcohol en exceso o tener una dieta desequilibrada, también puede incrementar el riesgo de contagiarse con esta bacteria.

Cómo se realiza el tratamiento

Es muy común tener la bacteria Helicobacter pylori sin presentar síntomas, muchas veces siendo encontrada en un examen de rutina, sin embargo el tratamiento está indicado cuando se presentan situaciones como:

  • Úlcera péptica;
  • Gastritis;
  • Tumor intestinal del tipo carcinoma o linfoma gástrico;
  • Síntomas como malestar, ardor o dolor de estómago;
  • Antecedentes familiares de cáncer gástrico.

Esto porque el uso innecesario de antibióticos aumenta la probabilidad de resistencia de las bacterias al medicamento y puede provocar efectos secundarios.

1. Medicamentos para tratar Helicobacter pylori

El esquema de medicamentos más común para curar H. pylori implica un protector gástrico que puede ser omeprazol 20 mg, lansoprazol 30 mg, pantoprazol 40 mg o rabeprazol 20 mg combinado con un antibiótico, siendo generalmente claritromicina 500 mg, amoxicilina 1000 mg o metronidazol 500 mg, los cuales pueden ser ingeridos por separado o en conjunto en un solo comprimido.

Este tratamiento debe ser hecho en un período de 7 a 14 días, 2 veces al día o bajo orientación médica y debe ser seguido rigurosamente para evitar el desarrollo de bacterias resistentes a los medicamentos.

Otras opciones de antibióticos que pueden ser usados en caso de infecciones resistentes al tratamiento son subsalicilato de bismuto, tetraciclina, tinidazol o levofloxacino.

2. Dieta

Existen alternativas caseras que pueden complementar el tratamiento con medicamentos, ayudando a controlar los síntomas estomacales y evitar la proliferación de bacterias, sin embargo no sustituyen el tratamiento médico.

El consumo de alimentos ricos en zinc como por ejemplo, ostras, carnes, germen de trigo y granos integrales además de fortalecer el sistema inmune, favorecen la cicatrización de úlceras y disminuyen la inflamación en el estómago.

Otros alimentos que pueden ayudar son los ricos en probióticos como el yogur y aquellos que poseen propiedades antimicrobianas como por ejemplo, el tomillo y el jengibre.

Además de esto existen alimentos que controlan la acidez y disminuyen el malestar causado por la gastritis como la banana y la papa. Vea algunas recetas de tratamiento casero para gastritis y cómo debe ser la dieta para la Helicobacter Pylori.

Cuáles son las consecuencias de la infección

La infección por Helicobacter pylori causa una inflamación constante del revestimiento del estómago, que con el paso del tiempo, genera pequeñas úlceras gástricas que provocan un dolor intenso y sangrado.

Asimismo, si no se trata de forma adecuada, esta bacteria puede causar una inflamación crónica del estómago, aumentando 8 veces más el riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer gástrico. Aunque la infección por H. pylori no sea un diagnóstico de cáncer de estómago, puede indicar que la persona tiene mayor riesgo de padecerlo si no es tratado adecuadamente.