La hemorragia interna es un tipo de sangrado que ocurre dentro del cuerpo debido a la ruptura de venas o arterias, generalmente causada por traumatismos, fracturas, o enfermedades como la hemofilia, la gastritis o la enfermedad de Crohn. También puede ser provocada por el uso de anticoagulantes o antiinflamatorios, entre otros factores.
Los síntomas de la hemorragia interna varían según la ubicación y la gravedad de la lesión, y en algunos casos, pueden no manifestarse de inmediato. Sin embargo, es posible que se presenten signos como mareos, debilidad, dificultad para respirar, confusión mental o pérdida de conciencia.
Ante la aparición de síntomas de hemorragia interna, es crucial buscar atención médica de inmediato o acudir al servicio de urgencias más cercano. El tratamiento, que debe iniciarse lo antes posible, puede incluir cirugía, administración de suero intravenoso o transfusión sanguínea, con el fin de prevenir complicaciones que puedan poner en riesgo la vida.
Síntomas de hemorragia interna
Los síntomas de hemorragia interna son:
- Mareos;
- Debilidad, que puede ser de un lado del cuerpo;
- Sensación de adormecimiento de un lado del cuerpo;
- Dolor de cabeza fuerte y súbito;
- Dolor abdominal intensa;
- Sangre en la orina o en las heces;
- Sudor frío;
- Dificultad para deglutir o masticar;
- Falta de aire;
- Tos con sangre;
- Dolor en el pecho;
- Alteraciones en la vista y la audición;
- Náuseas, vómitos y diarrea;
- Pérdida del equilibrio y falta de coordinación motora;
- Somnolencia, pérdida de consciencia o desmayo.
Además, pueden surgir síntomas de choque hipovolémico, que es una situación que ocurre como consecuencia de la pérdida de una gran cantidad de sangre, y que puede poner la vida en riesgo, pudiendo observarse, como piel pálida y fría, palpitación cardíaca, confusión mental, así como dedos y labios morados. Vea cómo identificar el choque hipovolémico.
Es importante buscar ayuda médica de inmediato o acudir al servicio de urgencias más cercano, en caso de que surjan síntomas de hemorragia interna, para que se realice el diagnóstico y se inicie el tratamiento adecuado.
Cómo se confirma el diagnóstico
El diagnóstico de una hemorragia interna es realizado por el médico a través de una evaluación física, historial de salud, además de exámenes de sangre para conocer la gravedad de la hemorragia.
Además, el médico puede solicitar exámenes de imagen, como ultrasonido, tomografía computarizada, resonancia magnética o angiografía, para identificar la zona de la hemorragia, gravedad del sangrado y analizar los vasos sanguíneos.
Otros exámenes que pueden solicitarse son, análisis de sangre en las heces, endoscopia o colonoscopia, especialmente en caso de sospecha de sangrado gastrointestinal.
Posibles causas
La hemorragia interna es causada por la rotura de venas o arterias, debido a:
- Traumas, como accidentes de carro, agresiones o caídas;
- Fracturas, especialmente de huesos de las piernas, pelvis o brazos;
- Aneurisma cerebral o de la aorta;
- Alteraciones de la coagulación sanguínea, como hemofilia o deficiencia de vitamina K;
- Embarazo ectópico;
- Presión alta crónica;
- Trombosis venosa profunda;
- Cáncer o tumor en el intestino, estómago, esófago, vejiga, pulmón, útero o leucemia;
- Enfermedades en el hígado, vesícula o riñones;
- Uso de anticoagulantes, como warfarina, heparina o clopidogrel;
- Uso de medicamentos antiinflamatorios, como ibuprofeno o ácido acetilsalicílico;
- Consumo de bebidas alcohólicas en exceso o a largo plazo, ya que puede causar cirrosis;
- Uso de drogas de abuso;
- Infecciones virales, como dengue, Chikungunya, ébola, hantavirus o fiebre amarilla.
Además, enfermedades gastrointestinales como pólipos en el intestino, úlceras en el estómago, colitis, várices esofágicas, enfermedad de Crohn, enfermedad celíaca, gastroenteritis o esofagitis también pueden causar hemorragias internas en el estómago o en el abdomen.
La hemorragia interna también puede ocurrir en horas o incluso días después de cirugías, pudiendo ser necesario regresar al hospital para detener el sangrado.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la hemorragia interna debe estar orientado por el médico con el objetivo de identificar la zona de sangrado y detener la hemorragia, y varía dependiendo de la causa, extensión de sangrado, órgano, tejido y vaso lesionado y del estado de salud de la persona.
Algunas hemorragias internas puede detenerse por sí solas sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, en la mayoría de los casos es necesario realizar una cirugía de urgencia, ya que una pérdida considerable de sangre puede poner en riesgo la vida.
Además, puede ser necesario la aplicación de suero intravenoso o transfusión sanguínea para reponer el volumen de sangre perdido y prevenir complicaciones.
Posibles complicaciones
Algunas complicaciones que pueden surgir debido a hemorragia interna son:
- Choque hipovolémico;
- Fallas orgánicas, como riñones, hígado, pulmones o cerebro;
- Coma.
Por eso, es importante buscar ayuda médica siempre que surjan los síntomas de hemorragia interna, para evitar complicaciones, ya que pueden poner la vida en riesgo.