La hepatitis es la inflamación del hígado que generalmente es causada por virus, pero también puede ocurrir como consecuencia del uso excesivo e indiscriminado de medicamentos, del consumo desmedido de bebidas alcohólicas o por un trastorno autoinmune.
Los tipos de hepatitis más frecuentes son las virales, principalmente las hepatitis A, B y C, cuyos síntomas pueden surgir pocos días después del contacto con el virus, pudiendo observarse coloración amarillenta de la piel y de la parte blanca del ojo, dolor de cabeza y malestar general.
Es importante consultar al médico general, hepatólogo o infectólogo, a penas sean identificados los primeros síntomas de hepatitis para que sea confirmado el diagnóstico y pueda iniciarse el tratamiento más adecuado, en el caso de que sea necesario.
Principales síntomas
Los síntomas de la hepatitis pueden variar ligeramente según el tipo de virus involucrados, pero generalmente se manifiestan en la fase aguda de la hepatitis, a través de:
- Dolor de cabeza y malestar general;
- Dolor e hinchazón abdominal;
- Color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos;
- Orina oscura, el color es como el de la coca cola;
- Heces claras;
- Náuseas, vómitos y pérdida de peso sin causa aparente.
La hepatitis B normalmente no presenta síntomas y progresa lentamente. En los pocos casos que presentan síntomas, estos pueden ser fiebre, color amarillento en la piel y los ojos y malestar general, y un 95% de las personas con hepatitis B pueden lograr la cura, aunque hay casos de hepatitis B crónica.
Lea también: Paladar amarillo: 6 causas y tratamiento tuasaude.com/es/paladar-amarilloEl diagnóstico de la hepatitis puede realizarse a través de la observación del paciente y por la confirmación diagnóstica a través del examen de sangre.
Causas de hepatitis
Las causas de la hepatitis pueden involucrar el contacto con virus, bacterias o parásitos, siendo que en América Latina los virus de la hepatitis A, B y C son los mayores responsables de los casos de hepatitis en los países de la región. De esta forma, la inflamación en el hígado puede estar causada por los virus de la hepatitis A, B, C, D, E y G.
Asimismo, la hepatitis puede ocurrir debido al uso no controlado de medicamentos y al consumo excesivo de bebidas alcohólicas, además de también poder ocurrir como consecuencia de otras enfermedades, como lupus eritematoso, síndrome de Sjögren, fibrosis quística, enfermedad inflamatoria intestinal, anemia hemolítica, artritis reumatoide, esclerodermia o glomerulonefritis.
Cómo se contagia la hepatitis
La transmisión de la hepatitis puede ocurrir por el contacto fecal-oral o por el contacto con sangre contaminada. Algunas formas de contagio más comunes son:
- Compartir jeringas;
- Tener relaciones sexuales sin condón;
- Consumir alimentos o agua contaminados por heces;
- Contacto con orina o heces de una persona infectada.
Otras formas de contagio menos comunes son la transfusión sanguínea, particularmente antes de 1990, y de madre a hijo a través del parto normal, cuando no se realiza el control prenatal correctamente.
Prevención de la hepatitis
En relación a la prevención de la hepatitis se recomienda colocarse las vacunas contra la hepatitis A y la hepatitis B, usar condón en todas las relaciones sexuales, no compartir jeringas y adoptar medidas de higiene como lavarse las manos siempre después de ir al baño y antes de comer. Además, es importante ser cauteloso al realizarse piercings o tatuajes exigiendo materiales nuevos o debidamente esterilizados.
Cómo es el tratamiento de la hepatitis
El tratamiento para la hepatitis se puede hacer sólo con reposo, buena alimentación e hidratación. Sin embargo, en algunos casos el médico puede prescribir el uso de medicamentos, como por ejemplo, Interferón, lamivudina, adefovir, dipivoxilo y entecavir.
Los medicamentos contra la hepatitis pueden provocar efectos secundarios, como irritabilidad, dolor de cabeza, insomnio y fiebre, por lo que muchos pacientes abandonan el tratamiento sin el conocimiento del médico, comprometiendo la cura de la hepatitis. A pesar de que estos son síntomas desagradables, son más frecuentes al inicio del tratamiento y tienden a disminuir con el uso de analgésicos, antidepresivos o antiinflamatorios.
El tiempo de tratamiento puede variar entre 6 a 11 meses, dependiendo del tipo de hepatitis y de la respuesta inmunológica del paciente. Durante todo el tratamiento se debe tener cuidado con la alimentación, dando preferencia a alimentos de fácil digestión, siendo recomendado seguir una dieta para tratar la hepatitis.
Lea también: Hígado inflamado: síntomas, causas y cómo tratar tuasaude.com/es/higado-inflamado¿La hepatitis tiene cura?
La mayoría de las veces la hepatitis tiene cura, pero en algunos casos, cuando el individuo no es debidamente tratado o no sigue las orientaciones del médico, la enfermedad puede generar complicaciones siendo mucho más difícil su cura, e inclusive pudiendo causar daño hepático y la muerte.
Los casos más graves pueden requerir hospitalización para controlar la enfermedad, porque la hepatitis crónica aumenta el riesgo de desarrollar cirrosis, y a su vez, la cirrosis aumenta el riesgo de cáncer de hígado. Otras complicaciones de la hepatitis, pueden ser glomerulonefritis del virus de la hepatitis B y la crioglobulinemia del virus de la hepatitis C.