Herpangina: qué es, síntomas y tratamiento

La herpangina es una infección viral que afecta a bebés y niños entre los 3 y 10 años, causando síntomas como fiebre repentina, úlceras en la boca y dolor de garganta, y puede durar hasta 12 días.

La herpangina es causada por los virus Coxsackie, enterovirus o el virus del herpes simple, que se transmiten a través de la vía oral-fecal o por la inhalación de gotas de saliva cuando la persona infectada tose o estornuda, por ejemplo.

El tratamiento de la herpangina lo realiza el pediatra y, normalmente, incluye reposo, aumento de la hidratación y el uso de analgésicos para aliviar el dolor y reducir la fiebre.

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Principales síntomas

Los principales síntomas de la herpangina son:

  • Fiebre alta, a veces superior a 41 ºC, de inicio repentino;
  • Dolor de garganta o en la boca;
  • Ampollas en la boca, el paladar y la parte posterior de la garganta;
  • Llagas blancas dentro de la boca con un círculo rojo alrededor;
  • Úlceras en el paladar, lengua, garganta, úvula y amígdalas;
  • Dolor de cabeza;
  • Malestar general.

Además, el niño puede presentar agitación, dificultad para alimentarse, pérdida del apetito, ganglios inflamados en la región del cuello, rigidez en el cuello, confusión mental, dificultad para respirar o convulsión febril. Sepa cómo identificar los síntomas de una convulsión febril.

Los síntomas de la herpangina pueden aparecer entre 3 y 5 días después del contacto con el virus, siendo el período de mayor contagio entre 1 y 2 semanas.

En casos raros, algunos niños pueden presentar complicaciones como alteraciones en el sistema nervioso e insuficiencia cardíaca o pulmonar. Por eso, ante la sospecha de herpangina, se debe acudir al pediatra para una evaluación e iniciar el tratamiento más adecuado.

¿Cuánto tiempo dura la herpangina?

Los síntomas de la herpangina pueden durar hasta 12 días y no hay un tratamiento específico. Solo se recomiendan medidas de alivio para reducir los síntomas y ayudar en la recuperación.

Cómo es realizado el diagnóstico

El diagnóstico de la herpangina es clínico y lo realiza el pediatra mediante la evaluación de los síntomas, así como de la fecha en que comenzaron, y un examen físico para evaluar las características de las lesiones en la boca.

En algunos casos, el médico puede solicitar un análisis de anticuerpos contra el virus Coxsackie o una prueba de PCR realizada con muestras de las heridas en la boca, líquido de las ampollas, heces o líquido cefalorraquídeo, obtenidas mediante una punción lumbar.

Este examen permite identificar el enterovirus y descartar condiciones con síntomas similares, como el eccema herpético, el síndrome de choque tóxico o la enfermedad de Kawasaki, por ejemplo.

Transmisión de la herpangina

Los virus de la herpangina pueden transmitirse de la siguiente forma:

  • Inhalación de gotas de saliva o secreciones nasales liberadas cuando la persona infectada tose, estornuda o habla;
  • Contacto con heces contaminadas con el virus, como al cambiar un pañal;
  • Compartir objetos como platos, vasos o cubiertos;
  • Contacto directo con el líquido de las ampollas.

Dado que es una enfermedad de fácil transmisión, los bebés y niños que asisten a guarderías y jardines infantiles son los más propensos debido al contacto que tienen entre sí.

Posibles causas

La herpangina es causada más comúnmente por virus como Coxsackie A16 y B o enterovirus 71.

Además, aunque es menos común, la herpangina también puede ser causada por ecovirus, adenovirus, virus herpes simple (HSV) o parechovirus.

¿La herpangina es contagiosa?

La herpangina es altamente contagiosa, sobre todo durante las dos primeras semanas de la infección, y se transmite fácilmente de una persona a otra, incluso antes de presentar síntomas.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para la herpangina debe seguir la orientación del pediatra y se basa en medidas de apoyo, ya que no existen medicamentos que combatan los virus causantes de esta infección.

Los principales tratamientos para la herpangina son:

1. Uso de medicamentos

El uso de medicamentos para la herpangina, como paracetamol o ibuprofeno, puede ser indicado por el pediatra para aliviar síntomas como el dolor de garganta y bajar la fiebre. Sepa cómo aliviar el dolor de garganta del bebé.

En caso de niños que presenten convulsiones febriles, el tratamiento debe realizarse en el hospital, usando medicamentos intravenosos, como el midazolam, por ejemplo.

2. Reposo

El reposo en un ambiente bien ventilado es muy importante para ayudar al sistema inmunológico a combatir la infección y evitar el contagio a otras personas.

Además, se recomienda que el niño no asista a la escuela mientras tenga fiebre y llagas en la boca.

3. Aumentar la ingesta de líquidos

Aumentar la ingesta de líquidos, como agua, leche materna o fórmula, ayuda a evitar la deshidratación, que puede ocurrir especialmente debido a la fiebre alta. Sepa cómo identificar los síntomas de deshidratación.

Para los bebés menores de 6 meses que aún no han comenzado con la introducción de alimentos, se debe ofrecer el pecho más veces al día y a libre demanda.

4. Alimentación líquida o pastosa

Debido a la presencia de llagas en la boca, masticar y tragar puede ser doloroso. Por eso, se recomienda que la alimentación sea líquida, pastosa y con poco sal, como jugos no cítricos, sopas y puré, por ejemplo.

Además, el yogur natural es una buena opción para mantener al bebé alimentado e hidratado, especialmente porque los alimentos fríos son mejor tolerados por el niño.

Posibles complicaciones 

La herpangina generalmente es leve y dura pocos días, pero en casos raros algunos niños pueden presentar complicaciones como miocarditis, parálisis flácida, encefalitis o meningitis viral.

Si el niño presenta complicaciones, se debe llevarlo de inmediato al hospital para iniciar el tratamiento más adecuado.

Cómo evitar la transmisión

Lavarse las manos de forma frecuente y siempre después de cambiar el pañal o la ropa del niño es una medida simple que puede ayudar a evitar la propagación de esta enfermedad a otros niños.

Emplear una solución de alcohol en gel después de cambiar el pañal no es suficiente y no debe sustituir el acto de lavarse las manos correctamente. 

Vea en el siguiente video cómo deben ser lavadas las manos correctamente para evitar el contagio de enfermedades:

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