La hiperémesis gravídica se presenta cuando aparecen síntomas como náuseas y vómitos intensos durante el embarazo, lo que puede causar dificultad para comer, sensación de ardor en el pecho o el cuello, pérdida de peso y deshidratación.
Se cree que la hiperémesis gravídica es causada por cambios hormonales y alteraciones en el funcionamiento del tracto gastrointestinal durante el embarazo, siendo más común en mujeres con antecedentes de enfermedades que causan vómitos, como la migraña.
En caso de sospecha de hiperémesis gravídica, se recomienda consultar al obstetra para una evaluación. El tratamiento puede incluir medidas como evitar alimentos y olores que provoquen los vómitos, medicamentos antieméticos y, en casos más graves, la administración de suero directamente en la vena.
Posibles causas
Se cree que la hiperémesis gravídica es causada por cambios hormonales, como el aumento de los niveles de estrógeno y hCG en la sangre, y en el funcionamiento del tracto gastrointestinal, que normalmente ocurren al inicio del embarazo.
Además, la hiperémesis gravídica es más común en mujeres con predisposición genética, en casos de antecedentes familiares de hiperémesis gravídica y en enfermedades que provocan vómitos o simplemente náuseas, como la migraña o la laberintitis. Vea más causas de náuseas y vómitos.
Principales síntomas
Los principales síntomas de la hiperémesis gravídica son:
- Vómitos frecuentes;
- Náuseas;
- Dificultad para alimentarse;
- Pérdida de peso;
- Salivación excesiva;
- Sensación de ardor en el pecho o cuello;
- Aliento ácido, similar al del alcohol;
- Palpitaciones aceleradas;
- Presión arterial baja.
Los síntomas de la hiperémesis gravídica suelen aparecer alrededor de la sexta semana de embarazo y son intensos, pudiendo causar deshidratación debido a la pérdida excesiva de líquidos y dificultad para comer. Conozca los síntomas de deshidratación.
Además, las mujeres con hiperémesis gravídica generalmente no logran aliviar las ganas de vomitar usando los remedios naturales más comunes, como paletas de limón o té de jengibre.
¿El vómito excesivo perjudica al bebé?
En general, el exceso de vómitos no perjudica al bebé, especialmente cuando el tratamiento se lleva a cabo según la orientación del obstetra. Sin embargo, cuando la hiperémesis gravídica es grave, existe un mayor riesgo de que el bebé nazca con bajo peso, por ejemplo.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de la hiperémesis gravídica lo realiza el obstetra teniendo en cuenta los síntomas presentes y la intensidad de los vómitos, que generalmente causan deshidratación y una pérdida de más del 5% del peso corporal previo al embarazo.
Además, por lo general, el médico también solicita pruebas como el análisis de orina, un hemograma y la medición de sodio, potasio, urea y creatinina en sangre para confirmar el diagnóstico y evaluar la gravedad.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la hiperémesis gravídica puede comenzar con medidas como evitar alimentos y actividades que empeoren los vómitos, descanso y mantener una ingesta adecuada de líquidos, especialmente en casos más leves.
Algunas estrategias caseras que pueden ayudar a combatir las náuseas matutinas y los vómitos son:
- Comer 1 galleta tipo cream cracker al despertar, antes de salir de la cama;
- Tomar pequeños sorbos de agua fría varias veces al día, principalmente cuando se sientan las náuseas;
- Comer una paleta de helado de limón o naranja después de las comidas;
- Evitar los olores fuertes, como perfumes y olores al momento de preparar comidas.
No obstante, cuando los vómitos no mejoran con el tratamiento inicial, el obstetra puede recetar medicamentos como piridoxina, doxilamina, proclorperazina y metoclopramida para aliviar los síntomas.
En caso de deshidratación o pérdida considerable de peso, el tratamiento de la hiperémesis gravídica puede requerir la hospitalización de la gestante y el uso de suero y medicamentos antieméticos administrados directamente en la vena.