Homeopatía: qué es, para qué sirve y cómo funciona

Qué es:

La homeopatía es un método terapéutico que utiliza las mismas sustancias que causan los síntomas, para tratar o aliviar varios tipos de enfermedades, como ansiedad, asma o depresión, por ejemplo, siguiendo el principio general de que "lo similar cura lo similar". Estas sustancias son utilizadas ultradiluidas en agua o alcohol y agitadas, produciendo el medicamento homeopático que podría ser capaz de aliviar los síntomas en vez de empeorarlos.

Este tipo de terapéutica es considerada una forma de tratamiento alternativo o complementario, ya que no existen estudios científicos suficientes sobre su eficacia. 

El tratamiento homeopático debe ser siempre indicado por un homeópata, que es el profesional mejor capacitado para adaptar el tratamiento a las condiciones físicas y emocionales de cada persona y nunca debe sustituir el tratamiento clínico prescrito, sin el conocimiento previo del médico.

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Para qué sirve y ejemplos de remedios

La homeopatía puede ser utilizada para ayudar a tratar diversos tipos de enfermedades, las más comunes incluyen:

Problema a tratar Algunos remedios homeopáticos disponibles
Bronquitis Bronchalis-Heel, Tartephedreel
Sinusitis Euphorbium
Gripe y resfriado Oscillococcinum, Coldcalm, Acoheel, Engystol
Tos Husteel, Chestal honey
Tratamiento del dolor e inflamación Traumeel, Trameel S
Depresión y Ansiedad Sedatif PC
Exceso de peso  Graf Homaccord

Estos remedios homeopáticos siempre deben usarse para completar el tratamiento clínico y por lo tanto, no deben reemplazar los medicamentos prescritos por el médico.

Además, aunque la mayoría de los remedios homeopáticos son considerados seguros, algunos contienen sustancias que pueden impedir la absorción de otros medicamentos, siendo necesario informar siempre al médico cuando se utiliza alguno de ellos.

Cómo funciona la homeopatía

La homeopatía fue creada por el médico alemán formado en medicina convencional, Samuel Hahnemann, con el objetivo de restablecer la salud física, emocional y mental, de forma individual, sin necesidad de utilizar medicamentos químicos que puedan causar efectos secundarios, ya que tienen como principio básico que la salud depende del equilibrio de la energía vital, y su desequilibrio puede causar la enfermedad. De esta forma, la homeopatía visualiza a la persona como un todo y no la enfermedad.

De esta forma, la homeopatía parte del principio que "lo similar cura lo similar", por lo que son usadas pequeñas cantidades de sustancias de origen animal, vegetal o mineral, que son capaces de causar los mismos síntomas de determinada enfermedad, estimulando las defensas naturales, autocuración y restableciendo el equilibrio del cuerpo.

Además, las sustancias utilizadas en la homeopatía son ultradiluidas o agitadas, ya que este tratamiento también tiene como principio la "ley de los infinitesimales", en que cuanto más diluida esté una sustancias, más potente es su efecto.

La Organización Mundial de la Salud permite el uso de la homeopatía para casi todas las enfermedades, pero lo desaprueba en enfermedades graves como diarrea infantil, paludismo, tuberculosis, cáncer y VIH, por ejemplo. En estos casos, se debe utilizar preferiblemente el tratamiento clínico indicado por el médico.

Cómo es la consulta con el homeópata

La consulta con un homeópata es muy semejante a la de un médico de medicina convencional, ya que se realiza una evaluación de los síntomas, antecedentes familiares, así como exámenes que ayuden a diagnosticar la causa.

No obstante, en el caso del homeópata, también tratará de entender de que manera los síntomas están afectando la vida diaria de cada persona y qué otros problemas pueden estar ocurriendo en su vida.

De esta manera, la consulta del homeópata tiene una mayor duración, al menos 30 minutos, ya que este profesional puede hacer varios tipos de preguntas para saber más sobre la vida personal de cada persona.

Después de esta evaluación, y luego de llegar a un diagnóstico, el homeópata es capaz de indicar cuál debe ser el remedio homeopático a utilizar, así como la fuerza de su dilución, creando un plan terapéutico con dosis, horarios y duración del tratamiento.