Inanición: qué es, síntomas, causas y tratamiento

La inanición es un estado extremo de desnutrición que ocurre cuando el cuerpo carece de nutrientes esenciales durante un período prolongado. Esto provoca una grave debilidad, pérdida de peso significativa y el deterioro de funciones vitales.

Este estado es causado principalmente por la falta de alimentos. No obstante, también puede ser consecuencia de enfermedades que impiden la absorción o utilización adecuada de nutrientes, como ciertos trastornos digestivos, metabólicos o psicológicos.

Es importante que la inanición sea tratada lo más pronto posible, pues podría causar complicaciones o incluso la muerte. El tratamiento suele implicar una reintroducción gradual de nutrientes, monitorización médica y atención psicológica en algunos casos, dependiendo de la causa.

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Principales signos y síntomas

Los principales signos y síntomas que demuestra una persona en inanición son:

  • Pérdida de peso extrema, acompañada de una marcada reducción de la masa muscular y grasa corporal, con prominencia visible de los huesos. La persona se encuentra en un estado de caquexia. Vea qué es la caquexia;
  • Fatiga y debilidad, que impiden realizar las actividades del día a día;
  • Mareos y desmayos;
  • Cabello quebradizo, con menos brillo y que se cae fácilmente;
  • Piel seca, escamosa, y flácida debido a la pérdida de elasticidad en la piel;
  • Hinchazón en las piernas, pies o en el abdomen;
  • Sensación constante de frío por la falta de grasa corporal, mejor conocida como hipotermia;
  • Pulso lento y presión arterial baja, debido a que el corazón funciona con dificultad;
  • Diarrea persistente y anemia;
  • Confusión, desorientación, falta de concentración y pérdida de memoria;
  • Irritabilidad, con cambios de humor frecuentes, depresión o apatía.

En el caso de los niños y adolescentes, puede presentarse un retraso en el crecimiento y desarrollo, lo que podría dar lugar al marasmo nutricional y, en algunos casos, al kwashiorkor. Este grupo es uno de los principales factores de riesgo frente a la inanición.

Estos signos y síntomas pueden variar según la gravedad y la duración del estado de inanición y desnutrición. Por esto, es importante actuar de inmediato si se sospecha de inanición para evitar consecuencias irreversibles.

Cómo se realiza el diagnóstico

El diagnóstico es llevado a cabo por un médico general, nutricionista, pediatra o médico internista, el cual evaluará los signos y síntomas que la persona presenta, así como su historial clínico.

Además, también podrá solicitar algunos exámenes complementarios, como análisis de sangre completo y de orina, un electrocardiograma y/o una densitometría ósea, por ejemplo.

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Causas de inanición

Las causas de inanición son:

  • Falta de alimentos, debido a la pobreza extrema, desastres naturales, desplazamientos, pérdida en un lugar remoto como la selva o una montaña o por escasez de comida en regiones aisladas y comunidades rurales;
  • Enfermedades, que incluyen cáncer, VIH/SIDA, infecciones parasitarias prolongadas, cáncer, insuficiencia o fallo hepático, enfermedad celíaca, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa o síndrome de malabsorción;
  • Discriminación o exclusión social, como grupos en situación de vulnerabilidad, como personas sin hogar;
  • Prácticas culturales o religiosas;
  • Desempleo o inseguridad alimentaria;
  • Trastornos de la alimentación, como anorexia o bulimia.
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Las causas de la inanición son variadas y pueden involucrar factores sociales, económicos, psicológicos, médicos o una combinación de estos. Es importante identificar la causa para proporcionar un tratamiento adecuado y evitar complicaciones graves.

Cómo es el tratamiento 

El tratamiento de la inanición dependerá de la gravedad, el estado de salud de la persona y la causa que la origina, como se indica a continuación:

1. Reintroducción gradual de alimentos

La reintroducción gradual de los alimentos permite que el cuerpo se adapte a los nutrientes y calorías suministrados, evitando la aparición de deficiencias nutricionales y electrolíticas, así como complicaciones metabólicas, como el síndrome de realimentación, que ocurre debido a la reintroducción rápida de alimentos. Vea qué es el síndrome de realimentación.

Dependiendo del estado nutricional y de salud de la persona, la reintroducción de alimentos puede realizarse por vía oral, a través de nutrición enteral mediante una sonda que conecta la nariz o la boca con el intestino, o, en los casos más graves, mediante nutrición parenteral, que consiste en administrar los nutrientes directamente a través de las venas. Esto se debe a que, cuando el intestino permanece mucho tiempo sin recibir alimentos, puede atrofiarse, lo que dificulta la absorción de nutrientes.

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Inicialmente se comienza con una baja cantidad de calorías y los primeros alimentos suelen ser líquidos o semilíquidos, con bajo contenido de grasas y proteínas. A medida que el cuerpo se adapta, se aumentan las calorías y nutrientes. El objetivo es restaurar el peso y la salud nutricional sin causar un choque metabólico. 

2. Corregir las deficiencias de vitaminas y minerales

El médico o nutricionista deberá indicar la ingesta de suplementos de vitaminas y minerales, como potasio, magnesio, fosfato, calcio y vitaminas A, D y B12, que son cruciales para la recuperación.

Además, es fundamental monitorear y corregir cualquier desequilibrio en los electrolitos (potasio, sodio, calcio, magnesio, fósforo, cloro, entre otros), ya que los bajos niveles de estos pueden causar problemas cardíacos y musculares.

3. Psicoterapia

En los casos donde la inanición se produce por trastornos alimentarios e incluso por algún trastorno emocional, como un desastre natural, desplazamiento o por la pérdida en un lugar remoto, es importante el apoyo psicológico o psiquiátrico, que puede incluir terapia cognitivo-conductual, psicoterapia o incluso medicación. Vea qué es la psicoterapia.

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4. Tratamiento específico

Si la inanición es consecuencia de una enfermedad crónica, como cáncer o trastornos gastrointestinales, se tratará la enfermedad con los tratamientos adecuados, como quimioterapia, cirugía o medicamentos que mejoren la absorción de nutrientes.

Además, en caso de complicaciones como insuficiencia cardíaca o fallo multiorgánico, la persona deberá ser hospitalizada y recibir un tratamiento específico.

5. Acompañamiento nutricional

A lo largo del proceso de recuperación, es fundamental realizar un seguimiento regular por parte de un nutricionista para evaluar los hábitos alimentarios, el progreso en el aumento de peso y monitorizar algunos parámetros sanguíneos que permiten determinar el estado nutricional de la persona.

Asimismo, es crucial que tanto la persona afectada como su familia reciban educación nutricional sobre la importancia de una dieta equilibrada y adecuada para prevenir recaídas en la desnutrición.

Complicaciones de la inanición

En etapas avanzadas, la inanición puede provocar complicaciones graves, como el deterioro de la función inmunológica, colapso vascular, insuficiencia cardíaca, fallo multiorgánico e incluso la muerte si no se interviene a tiempo.

Además, durante el tratamiento, específicamente en la reintroducción de los alimentos, existe el riesgo de desarrollar síndrome de realimentación, una condición que puede causar náuseas, hipotensión, debilidad muscular, calambres, convulsiones o incluso coma.