Infecciones nosocomiales: qué son, síntomas, tipos y prevención

La infección intrahospitalaria o nosocomial, cualquier infección adquirida después de 48 horas de ingreso hospitalario, siempre que no haya sido incubada o detectada en el momento del ingreso, y también puede aparecer después del alta hospitalaria.

Este tipo de infección normalmente está relacionada con procedimientos realizados en el hospital, como cirugías, colocación de sonda vesical o catéter venoso central, y es más común en bebés, personas mayores o personas con el sistema inmunológico debilitado.

Para evitar este tipo de infección, es importante que se fomente la higiene de manos por parte de los profesionales de salud antes y después de atender al paciente, y que se sigan todas las medidas indicadas por el Ministerio de Salud de cada país.

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Síntomas de infección hospitalaria

Los principales síntomas de infección hospitalaria son:

  • Fiebre o escalofríos;
  • Sudoración nocturna;
  • Tos con flema o dificultad para respirar;
  • Palpitaciones cardíacas;
  • Dolor abdominal o en el costado del abdomen;
  • Dolor o ardor al orinar o aumento de la frecuencia urinaria;
  • Diarrea.

Los síntomas de la infección hospitalaria pueden variar según la ubicación de la infección y su causa, y siempre deben ser evaluados por un infectólogo, que es el médico responsable de la Comisión de Control de Infecciones Hospitalarias (CCIH).

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de la infección hospitalaria lo realiza el infectólogo a través de la evaluación de los síntomas, así como del momento en que comenzaron, el examen físico y los exámenes de laboratorios.

Así, los principales exámenes que el médico puede solicitar son un hemograma completo, un análisis de orina o de glucemia, por ejemplo, además del cultivo realizado con una muestra de sangre, orina o esputo, entre otros.

Principales causas

Durante el período en un hospital, algunos de los principales factores que causan la infección hospitalaria son:

  • Desequilibrio de la flora bacteriana de la piel y del organismo;
  • Disminución de las defensas del sistema inmune;
  • Uso de sonda vesical de permanencia o catéter venoso central;
  • Procedimientos médicos, como biopsias, endoscopias o cirugías;
  • Ventilación mecánica;
  • Mayor tiempo de permanencia en el hospital.

Adquirir una infección en el hospital no es raro, ya que es un entorno en el que se encuentran muchas personas enfermas y en tratamiento con antibióticos.

Cómo ocurre

Generalmente, los microorganismos que causan la infección hospitalaria no causan infecciones en otras situaciones, ya que aprovechan el ambiente con pocas bacterias inofensivas y la disminución de la resistencia de la persona para establecerse.

A pesar de esto, las bacterias hospitalarias suelen desarrollar infecciones graves y de difícil tratamiento, ya que son más resistentes a los antibióticos; por eso, en general, es necesario usar antibióticos más potentes para curar este tipo de infección.

Quién tiene más riesgo

Cualquier persona puede desarrollar una infección hospitalaria, sin embargo, tienen más riesgo aquellas con un sistema inmune debilitado, como:

  • Personas de la tercera edad;
  • Recién nacidos;
  • Personas con compromiso en el sistema inmune por enfermedades como SIDA, postrasplantados o en tratamiento de medicamentos inmunosupresores;
  • Diabetes mellitus mal controlada;
  • Enfermedades vasculares con compromiso de la circulación, ya que dificulta la oxigenación y cicatrización de los tejidos.

Además, las personas postradas en cama o con alteraciones en la conciencia tienen un mayor riesgo de aspiración y desarrollo de infecciones hospitalarias.

Además, cuanto mayor es el tiempo de hospitalización, mayor es el riesgo de adquirir una infección hospitalaria, debido a que hay mayor exposición a los riesgos y a los microorganismos responsables.

Tipos de infección hospitalaria

Los principales tipos de infección hospitalaria son:

1. Infección endógena

La infección endógena es un tipo de infección hospitalaria causada por la proliferación de microorganismos de la propia persona, siendo más frecuente en aquellas con el sistema inmune más comprometido.

2. Infección exógena

La infección exógena causada por un microorganismo que no forma parte de la microbiota de la persona, siendo adquirido a través de las manos de los profesionales de la salud o como consecuencia de procedimientos, medicamentos o alimentos contaminados.

3. Infección cruzada

Este tipo de infección es la más común cuando hay varios pacientes en la misma UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), favoreciendo la transmisión de microorganismos entre las personas internadas.

4. Infección interhospitalaria

La infección interhospitalaria es aquella que sucede cuando las infecciones son llevadas de un hospital a otro, es decir, la persona adquiere una infección en el hospital en el que se le dio el alta, pero fue internada en otro.

Es importante que se identifique el tipo de infección hospitalaria para que la Comisión de Control de Infección del hospital tome las medidas de prevención y control necesarios de microorganismos en el hospital.

Cómo se hace el control

El control de la infección hospitalaria es llevada por el ministerio de salud de cada país, con medidas como:

  • Orientación sobre el uso de productos químicos para eliminar microorganismos como germicidas, desinfectantes, antisépticos, agentes de limpieza;
  • Determinación de reglas para pacientes, visitantes y profesionales, para disminuir el riesgo de infecciones;
  • Elaboración de normas y rutinas para la limpieza y desinfección de los ambientes, como el retén de recién nacidos, áreas quirúrgicas o las UCI, por ejemplo;
  • Orientación para el uso correcto de antibióticos, evitando que los pacientes sean tratados con antibióticos sin necesidad, impidiendo así el desarrollo de bacterias multirresistentes;
  • Vigilancia de los casos de infección, para entender las causas y elaborar planes de prevención.

Además, es importante promover el alta hospitalaria siempre que sea posible, evitando una estancia prolongada en el hospital, ya que las posibilidades de infección aumentan con el tiempo.

Estas medidas tienen como objetivo principal promover la seguridad de la persona hospitalizada y reducir el riesgo de infección. Es fundamental fomentar la higiene frecuente de las manos, tanto de los acompañantes como del equipo médico, ya que las manos son consideradas las principales vías de transmisión y contagio de microorganismos.

Infecciones más frecuentes

Las infecciones nosocomiales pueden ser adquiridas en diversas regiones del cuerpo, siendo que los tipos más comunes son:

1. Neumonía hospitalaria

La neumonía adquirida en el hospital suele ser grave y es más común en las personas que están hospitalizadas o que tienen dificultades para deglutir, por el riesgo de aspiración de alimentos o de la saliva.

Además, los principales síntomas asociados a una neumonia hospitalaria son dolor en el tórax, tos con secreción amarillenta o sanguinolenta, fiebre, cansancio, falta de apetito y falta de aire.

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Principales microorganismos: algunas bacterias más comunes en este tipo de neumonía son: Klebsiella, Enterobacter, Pseudomonas, Acinetobacter, Staphylococcus aureus, Legionella, Mycoplasma, además de algunos tipos de virus.

2. Neumonía asociada a la ventilación mecánica

La neumonía asociada a la ventilación mecánica es un tipo de infección hospitalaria que puede desarrollarse en personas que están en ventilación mecánica durante más de 48 horas. Sepa qué es la ventilación mecánica.

Este tipo de infección hospitalaria es muy común en bebés prematuros que están en la UCI neonatal o en niños.

Principales microorganismos: las principales bacterias son Staphylococcus aureus, incluido el MRSA (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina), Pseudomonas aeruginosa, Klebsiella y Enterobacter

3. Infección urinaria asociada a catéteres

La infección urinaria asociada a catéteres es una infección hospitalaria que puede ocurrir debido al uso de sonda vesical permanente durante el período de internación, aunque cualquier persona puede desarrollarla.

Este tipo de infección puede identificarse mediante síntomas como dolor o ardor al orinar, dolor abdominal, presencia de sangre en la orina y fiebre. Conozca cómo identificar todos los síntomas de una infección urinaria.

Principales microorganismos: las bacterias más involucradas en esta situación incluyen Escherichia coli, Proteus sp., Pseudomonas aeruginosa, Klebsiella sp., Enterobacter sp., Enterococcus faecalis y hongos como Candida sp.

4. Infección de la piel

Las infecciones de la piel son muy comunes debido a: la aplicación de inyecciones a través de las venas para medicamentos o recolección de exámenes, cicatriz de una cirugía, biopsia o la formación de escaras de decúbito. 

Este tipo de infección puede causar síntomas, como área enrojecida e hinchazón en la piel, con o sin la presencia de ampollas. Generalmente, la región se encuentra dolorida y caliente, y puede haber producción de secreción purulenta y mal olorosa.

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Principales microorganismos: los microorganismos que causan ese tipo de infección son: Staphylococcus aureus, Klebsiella sp, Proteus sp, Enterobacter sp, Serratia sp, Streptococcus sp, Enterococcus y Staphylococcus epidermitis.

5. Infección de la sangre

La infección del torrente sanguíneo llamada septicemia surge, generalmente, después de la infección de alguna región del cuerpo que terminar diseminándose por el torrente sanguíneo, debido al uso de un cateter venoso central.

Este tipo de infección grave, y si no es debidamente tratada puede causar un fallo multiorgánico y riesgo de muerte.

Los principales síntomas relacionados con una infección en la sangre son fiebre, escalofríos, caída de la presión, latidos del corazón débil, somnolencia.

Principales microorganismos: cualquiera de los microorganismos de las infecciones se puede diseminar por la sangre, y algunos de los más comunes son: Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Staphylococcus epidermitis y Candida.

6. Infección del sitio quirúrgico  

La infección del sitio quirúrgico es un tipo de infección hospitalaria que ocurre en el lugar donde se realizó la incisión quirúrgica o en la región circundante, debido a la manipulación durante la cirugía, el uso de drenajes, hematoma o seroma en el área, pudiendo ser superficial o profunda y, en algunos casos, afectar órganos internos.

Además, la infección del sitio quirúrgico también puede ser causada por una asepsia inadecuada de la piel antes de la cirugía, una hospitalización prolongada o una profilaxis antibiótica inadecuada, por ejemplo.

Este tipo de infección generalmente ocurre de 4 a 6 días después de la cirugía, causando síntomas como hinchazón, enrojecimiento, dolor o sensación de calor en el área de la cicatriz, fiebre o dificultad para cicatrizar.

Principales microorganismos: los principales microorganismos son Staphylococcus aureus, incluyendo MRSA (Staphylococcus aureus, resistente a la meticilina), Staphylococcus coagulasa negativo, E. coli y Enterococcus.