La inflamación es la respuesta natural del organismo ante una infección o lesión en el cuerpo, ya sea por calor, radiación o traumatismo, provocando que el tejido lesionado o el hígado produzca sustancias inflamatorias, que provocan síntomas como dolor, enrojecimiento, hinchazón, sensación de calor o disminución de la función de la región afectada.
Los principales objetivos de la respuesta inflamatoria son tratar la causa de la lesión, eliminar las células muertas y reparar los tejidos dañados. Puede ocurrir en prácticamente todas las partes del cuerpo, pero normalmente es más común en oídos, intestino, garganta, piel, articulaciones y útero.
Además, la inflamación puede ser aguda o crónica, dependiendo de la duración de los síntomas, que pueden durar desde unos minutos hasta horas e incluso años, como ocurre con la artritis reumatoide, la diabetes o el lupus, por ejemplo.
Síntomas de inflamación
Los principales síntomas que pueden indicar inflamación son:
- Hinchazón o edema;
- Dolor al tocarlo;
- Enrojecimiento;
- Sensación de calor;
- Disminución del movimiento o función de la región afectada.
Dependiendo de la causa y gravedad de la inflamación, puede ser necesario acudir a urgencias o a un hospital para que el médico pueda identificar las causas e iniciar el tratamiento más adecuado.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de inflamación lo realizan todas las especialidades médicas como el médico general, el ortopedista, el reumatólogo, el otorrinolaringólogo, el ginecólogo, el urólogo, el gastroenterólogo o el neurólogo, por ejemplo.
Durante la consulta, el médico realiza una evaluación donde analiza los síntomas y los antecedentes clínicos, además de hacer una exploración física de la zona afectada.
Para identificar la causa de la inflamación, el médico puede ordenar varias pruebas, como hemograma completo, panel de coagulación, proteína C reactiva, hemoglobina glucosilada, ferritina, VSG, colesterol total y fraccionado, triglicéridos o enzimas hepáticas, por ejemplo.
Si es necesario, el médico también podrá solicitar pruebas de imagen, como ecografía, rayos X, resonancia magnética, tomografía computarizada o PET-CT, por ejemplo, para evaluar con más detalle la región afectada.
Principales causas
La inflamación puede tener varias causas, siendo las principales:
- Infección por bacterias, virus, hongos o protozoos;
- Lesiones físicas o estrés crónico;
- Problemas neurológicos, como Alzheimer o depresión;
- Esguinces o fracturas;
- Exposición a radiación, calor, cigarrillos o bebidas alcohólicas;
- Enfermedades alérgicas;
- Enfermedades agudas como dermatitis, cistitis y bronquitis;
- Formación de coágulos de sangre o cáncer.
Además, las enfermedades crónicas como el lupus, la obesidad, la diabetes, la artritis reumatoide, la psoriasis y la colitis ulcerosa, por ejemplo, pueden provocar inflamación en el cuerpo.
Cómo ocurre la inflamación
Cuando el cuerpo está expuesto a una infección o lesión, el sistema inmunológico se activa y comienza a liberar células y sustancias pro y antiinflamatorias que actúan directamente sobre la respuesta inflamatoria y promueven la recuperación del cuerpo.
La respuesta inflamatoria se produce mediante la liberación de sustancias, llamadas mediadores químicos inflamatorios, en el lugar de la lesión o producidas por el hígado, como histamina, prostaglandinas, citocinas, leucotrienos, interleucina, factor de necrosis tumoral o bradicinina, por ejemplo, que actúan dilatando los vasos sanguíneos y permitiendo un mayor suministro de sangre al sitio de la lesión.
Además, se inicia el proceso conocido como quimiotaxis, en el que las células sanguíneas, como neutrófilos y macrófagos, son atraídas hacia el lugar de la lesión para combatir los agentes causantes de la inflamación y controlar posibles sangrados.
Diferencia entre inflamación aguda y crónica
Las principales diferencias entre la inflamación aguda y la crónica son: la intensidad de los síntomas, el tiempo que tardan en aparecer y el tiempo que tarda la inflamación en sanar.
En la inflamación aguda se presentan los síntomas más típicos de la inflamación, como calor, enrojecimiento, hinchazón y dolor, que duran poco tiempo, como es el caso de la amigdalitis o la otitis, por ejemplo.
En la inflamación crónica, los síntomas pueden ser menos específicos y, a menudo, tardan en aparecer y desaparecer, pudiendo durar más de 3 meses. En este caso, los ejemplos incluyen la artritis reumatoide o la tuberculosis, por ejemplo.
¿Qué puede causar la inflamación en el cuerpo?
La inflamación crónica o frecuente en el cuerpo puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer o enfermedades autoinmunes, por lo que es importante consultar al médico cuando aparecen síntomas de inflamación para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento más adecuado.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la inflamación debe realizarse según recomendación del médico, con el objetivo de reducir la inflamación y aliviar los síntomas.
Los principales tratamientos para la inflamación son:
- Antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno, el ácido acetilsalicílico o el naproxeno, que generalmente se utilizan para tratar inflamaciones más simples, como el dolor de garganta o el dolor de oído, por ejemplo;
- Corticosteroides, como prednisolona o prednisona, que generalmente se usan solo en casos de inflamación más graves o crónicas, como la psoriasis o algunas candidiasis crónicas. En algunos casos, se pueden realizar inyecciones de corticosteroides;
- Suplementos alimenticios, como vitaminas, minerales u omega-3, que ayudan a reducir la inflamación y favorecen la reparación de los tejidos;
- Antibióticos, como amoxicilina, ciprofloxacino o azitromicina, para eliminar las bacterias que están provocando la inflamación;
- Antifúngicos, como fluconazol, itraconazol o ketoconazol, si la inflamación fue causada por hongos;
- Antivirales, como aciclovir u oseltamivir, para combatir virus como el herpes o la gripe;
- Antiparasitarios, como metronidazol, albendazol, nitazoxanida o quinina, para combatir enfermedades provocadas por protozoos;
- Antihistamínicos, como loratadina, hidroxizina o fexofenadina, para reducir la liberación de histamina, especialmente en casos de alergias o reacciones alérgicas.
Estos medicamentos pueden estar indicados para ayudar a reducir las molestias y los efectos de la inflamación en el cuerpo, reduciendo el dolor, la hinchazón y el enrojecimiento, o combatir la causa de la inflamación.
Tratamiento casero para la inflamación
El tratamiento casero para la inflamación aguda causada por golpes, distensiones musculares o esguinces, por ejemplo, se puede realizar aplicando compresas frías durante los primeros 2 a 3 días y luego usando compresas tibias en el área afectada.
Además, llevar una dieta antiinflamatoria es fundamental para acelerar la recuperación, curar la inflamación y aliviar el dolor, debiendo darse prioridad a alimentos como la cúrcuma, el brócoli o las espinacas, así como a los alimentos ricos en omega-3 como las sardinas, el atún, el salmón y las semillas de linaza o de chía, por ejemplo. Vea una lista completa de alimentos antiinflamatorios.
Vea cuáles son los alimentos que inflaman en el cuerpo en el video a continuación: