La linfangitis es la inflamación de los vasos linfáticos, situación que genera síntomas como líneas rojizas en la piel, fiebre, dolor de cabeza o malestar general.
La linfangitis es causada principalmente por infecciones bacterianas, pero también puede surgir debido a infecciones por hongos o virus, o incluso por cáncer.
El tratamiento de la linfangitis es llevado a cabo por el médico general, dermatólogo o angiólogo, y normalmente implica el uso de antibióticos, antiinflamatorios o, en ciertos casos, cirugía.
Síntomas de linfangitis
Los principales síntomas de la linfangitis incluyen:
- Líneas rojizas en la piel, cercanas a una herida o corte;
- Sensibilidad en la zona afectada;
- Ampollas en la piel, en ciertos casos;
- Fiebre y escalofríos;
- Dolor de cabeza o dolor muscular;
- Cansancio excesivo y malestar.
Además, puede surgir inflamación de los ganglios en la ingle o axilas, o abscesos en la zona de la infección.
Cuando la linfangitis no es tratada adecuadamente, la infección puede propagarse a la sangre, causando bacteriemia y sepsis.
Por esta razón, ante la presencia de síntomas de linfangitis, se debe consultar al médico general, dermatólogo o angiólogo, para que sea diagnosticada e iniciado el tratamiento más adecuado.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de la linfangitis es llevado a cabo por el médico general, dermatólogo o angiólogo a través de la evaluación de los síntomas y antecedentes de salud.
Asimismo, el médico debe realizar el examen físico, observando las características de la piel y la presencia de ganglios linfáticos inflamados o abscesos.
En ciertos casos, el médico puede solicitar exámenes como hemograma completo, para evaluar la presencia de infección, o hemocultivo en caso de sospecha de sepsis, para identificar el tipo de microorganismo. Conozca cómo es realizado el hemocultivo.
En caso de que la persona tenga un absceso, el médico puede tomar una muestra de la secreción de la zona para ser analizada en el laboratorio e identificar el tipo de microorganismo que está causando la infección.
Posibles causas
La linfangitis es causada por infecciones por bacterias, virus u hongos, que pueden llegar hasta los vasos linfáticos a través de heridas en la piel.
Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de linfangitis incluyen:
- Celulitis bacteriana;
- Heridas o lesiones en la piel, como cortes o perforación;
- Mordida de animales o picaduras de insectos;
- Arañazo de gato;
- Cáncer de mama, próstata, pulmón o páncreas;
- Esporotricosis.
Asimismo, la linfangitis es más común que ocurra en personas con el sistema inmunitario debilitado, diabetes, VIH, enfermedad de Crohn o cáncer.
Tipos de linfangitis
Los principales tipos de linfangitis son:
1. Linfangitis esclerosante del pene
La linfangitis esclerosante del pene puede surgir debido al contacto íntimo o a la masturbación vigorosa, lo que causa síntomas como hinchazón o cordón firme en el cuerpo del pene.
Este tipo de linfangitis generalmente no causa dolor; sin embargo, puede surgir sensibilidad en la zona, que mejora sin necesidad de tratamiento específico; no obstante, se recomienda evitar el contacto íntimo o la masturbación hasta la mejoría completa de los síntomas.
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La linfangitis carcinomatosa se caracteriza por la presencia de inflamación u obstrucción de vasos linfáticos.
Este tipo de linfangitis puede ocurrir cuando un tumor, como cáncer de mama, próstata, pulmón, páncreas o estómago, por ejemplo, se disemina hacia los vasos linfáticos, causando su inflamación u obstrucción.
3. Linfangitis nodular
La linfangitis nodular es un tipo de linfangitis causada por infecciones específicas, como esporotricosis, leishmaniasis, nocardiosis o infecciones por micobacterias.
Este tipo de linfangitis provoca síntomas como nódulos o bultos firmes a lo largo de los vasos linfáticos, que, en ciertos casos, pueden formar heridas o romperse, liberando pus en la zona.
Cómo es realizado el tratamiento
El tratamiento de la linfangitis debe ser llevado a cabo bajo orientación del médico general, dermatólogo o angiólogo, y varía según la causa.
De esta manera, los principales tratamientos para linfangitis incluyen:
- Antibióticos, en los casos de infección por bacterias;
- Antifúngicos, en los casos de infección por hongos;
- Antivirales, en los casos de infección por virus;
- Antiinflamatorios o analgésicos, para reducir la inflamación y las molestias;
- Drenaje quirúrgico del absceso.
Además, para evitar que la infección se propague y favorecer la cicatrización del tejido afectado, el médico también puede indicar un desbridamiento, que es un procedimiento utilizado para remover los tejidos que ya están muertos, los cuales afectan negativamente la cicatrización y facilitan el crecimiento de bacterias. Conozca cómo es realizado el desbridamiento.
Tratamiento casero
Algunos tratamientos caseros pueden ser realizados para complementar el tratamiento médico, tales como:
1. Compresas tibias
Aplicar compresas tibias en la zona de la linfangitis o de los ganglios inflamados para ayudar a reducir el dolor y las molestias.
Asimismo, cuando es aplicada sobre el absceso, la compresa tibia puede ayudar a drenar el pus naturalmente.
2. Elevar la extremidad afectada
Elevar la extremidad afectada por encima de la altura del corazón ayuda a estimular la circulación sanguínea y a mejorar el drenaje del sistema linfático.
Esto ayuda a reducir la hinchazón de la zona y el dolor.
3. Limpiar la herida
La limpieza correcta de la herida en la piel ayuda a evitar nuevas infecciones y a promover la cicatrización de la zona.
De esta manera, se recomienda lavar la herida en la piel con jabón neutro y suero fisiológico al 0,9 %, y secarla bien con gasa estéril. Siempre se debe mantener la piel limpia y seca.
En ciertos casos, el médico puede recomendar aplicar un vendaje en la zona afectada. Descubra cómo se hace la cura de heridas.