La pérdida de líquido amniótico se manifiesta a través de la salida de líquido transparente, el cual puede observarse en la ropa interior, haciendo que esta se moje más de una vez al día.
Una forma de confirmar si es realmente líquido amniótico es colocar una toalla sanitaria en la ropa interior y observar las características, que en este caso son transparentes y sin olor, o con un ligero olor a cloro. Si hay sospecha de pérdida de líquido amniótico en el primer o segundo trimestre del embarazo, se recomienda acudir de inmediato a la sala de emergencias o al obstetra.
La disminución de la cantidad de líquido amniótico en este período puede afectar directamente la seguridad del embarazo y el desarrollo del bebé, y existen pruebas de laboratorio específicas que se pueden realizar para identificar si hay ruptura de la bolsa o no. Además, algunos hospitales disponen y utilizan pruebas para confirmar o descartar el diagnóstico, que son rápidas y poco invasivas, brindando mayor seguridad a la mujer embarazada.
Cómo saber si estoy perdiendo líquido amniótico
En la mayoría de los casos, la pérdida de líquido amniótico simplemente se confunde con la pérdida involuntaria de orina que ocurre debido al peso del útero sobre la vejiga.
Una buena forma de confirmar si la pérdida es realmente líquido amniótico es colocar una toalla sanitaria en la ropa interior y observar las características del líquido.
Normalmente, la orina es amarillenta y tiene olor, mientras que el líquido amniótico es transparente y sin olor, o tiene un ligero olor a cloro. Además, el líquido liberado también puede ser simplemente lubricación íntima, que tiene la consistencia de clara de huevo.
Principales síntomas
Los principales síntomas y signos de pérdida de líquido amniótico incluyen:
- La ropa interior se moja, pero el líquido no tiene olor, sin color o puede tener un ligero olor a cloro;
- La ropa interior se moja más de una vez al día;
- Disminución de los movimientos del bebé en el útero, cuando ya hubo una pérdida mayor de líquido.
Las embarazadas con factores de riesgo como la presión arterial alta, la diabetes o el lupus, tienen más probabilidades de presentar una pérdida de líquido amniótico, pero esto puede ocurrirle a cualquier embarazada.
Qué hacer si está perdiendo líquido amniótico
El tratamiento para la pérdida de líquido amniótico varía de acuerdo a la edad gestacional:
En el 1º y el 2º trimestre
Se debe buscar ayuda médica de inmediato, pero el tratamiento generalmente se realiza acudiendo semanalmente al obstetra para evaluar la cantidad de líquido a lo largo del embarazo. Cuando el médico realiza el ultrasonido y descubre que el líquido está muy bajo, puede recomendar aumentar la ingesta de agua.
En caso no haya señales de infección o sangrado asociado la pérdida de líquido, el acompañamiento de la mujer puede realizarse periódicamente a nivel ambulatorio, en el que el equipo de salud verifica la temperatura corporal de la mujer y realiza una hematología para verificar si hay signos de infección o de trabajo de parto. Además, también se realizan exámenes para evaluar si está todo bien con el bebé, como auscultación de los latidos cardíacos del bebé y biometría fetal. De esta manera, es posible verificar si el embarazo está desarrollándose correctamente, a pesar de la pérdida de líquido amniótico.
En el 3º trimestre
Cuando la pérdida de líquido es transparente y ocurre después de las 37 semanas, no suele ser grave, y generalmente indica el comienzo del trabajo de parto. En estos casos, la mujer puede quedarse en casa durante 18 horas aproximadamente, pero luego de ese período, debe acudir a la maternidad para una evaluación con el obstetra. Su médico puede recomendarle que le administre un antibiótico directamente en la vena mientras espera que comience el trabajo de parto. Vea cuáles son los primeros síntomas que indican que el bebé está por nacer.
Si el trabajo de parto no comienza al cabo de 12 a 24 horas, el obstetra puede recomendar inducir el trabajo de parto.
En los casos en que el líquido tenga un color verdoso o marrón, se aconseja acudir inmediatamente a la maternidad u hospital, para identificar la causa y evaluar cómo se encuentra el bebé.
Principales causas
Las causas de la pérdida de líquido amniótico no siempre son conocidas, sin embargo, algunas que se han podido identificar incluyen:
- Ruptura parcial de la bolsa: en el que el líquido amniótico empieza a caer por un pequeño agujero en la bolsa. Es más frecuente al final del embarazo y normalmente la apertura se cierra sola con reposo y buena hidratación;
- Problemas en la placenta: en la que puede no estar produciendo suficiente sangre y nutrientes para el bebé y no produce tanta orina, habiendo menos líquido amniótico;
- Uso de medicamentos para el control de la presión arterial, pues pueden disminuir la cantidad de líquido amniótico y afectar los riñones del bebé;
- Anomalías en el bebé: al principio del segundo trimestre, el bebé comienza a tragar el líquido amniótico y a eliminarlo por la orina. Cuando hay pérdida de líquido amniótico, los riñones del bebé pueden no desarrollarse correctamente;
- Síndrome de transfusión feto-fetal: en el caso de gemelos idénticos, uno puede recibir más sangre y nutrientes que el otro, haciendo que uno tenga menos líquido amniótico que el otro.
Además de esto, la presencia de cuadros infecciosos genitales también puede ocasionar problemas con el líquido amniótico, por lo que se recomienda consultar al obstetra siempre que surgen síntomas como ardor al orinar, dolor genital o enrojecimiento, por ejemplo. Vea cómo identificar una infección vaginal.