Para quitar el dolor de reumas el médico puede indicar antiinflamatorios, analgésicos o corticoesteroides, los cuales ayudan a disminuir los síntomas como dolor, dificultad en los movimientos, rigidez y las molestias causadas por la inflamación en los huesos, articulaciones y músculos, además de regular el sistema inmune.
Los reumas, también llamados reumatismo es un término que se utiliza de forma coloquial para expresar un conjunto de enfermedades inflamatorias o autoinmunes, llamadas reumatológicas, que generalmente afectan a las articulaciones, huesos y músculos, que pueden comprometer la función de órganos, como pulmones, corazón, piel y sangre.
Las enfermedades reumatológicas son diversas e incluyen principalmente la osteoartrosis, artritis reumatoide, lupus, espondilitis anquilosante o vasculitis, por ejemplo. Por ello, es importante acudir con un reumatólogo para que realice una evaluación clínica e indique el tratamiento individual adecuado de acuerdo a los síntomas y signos presentados.
Medicamentos para quitar el dolor de reumas
Algunos ejemplos de medicamentos para reumatismo, que deben ser prescritos por el médico reumatólogo, son:
1. Antiinflamatorios
Los medicamentos antiinflamatorios reducen el proceso inflamatorio que causa dolor e hinchazón. Estos pueden ser recomendados por el médico solo en períodos de crisis, ya que su uso continuo puede causar efectos secundarios.
Ejemplos: ibuprofeno, aspirina, naproxeno, etoricoxib o diclofenaco.
2. Analgésicos
Los analgésicos ayudan a controlar el dolor y contribuyen para que la persona continúe realizando sus actividades diarias con menos malestar. Estos medicamentos pueden asociarse a otros medicamentos indicados por el reumatólogo o médico general.
Ejemplos: dipirona o paracetamol.
3. Corticosteroides
Los corticoesteroides reducen de forma más potente el proceso inflamatorio y modulan el sistema inmune. Debe evitarse el uso continuo de estos medicamentos. En algunos casos, solo bajo prescripción médica, pueden ser mantenidos en dosis bajas por períodos prolongados, lo cual dependerá de la gravedad y estado de salud de cada persona.
Ejemplos: prednisolona, prednisona o betametasona.
4. Antirreumáticos
Los antirreumáticos son medicamentos también son conocidos como medicamentos modificadores de la enfermedad, los cuales disminuyen la reacción inflamatoria, bloqueando la respuesta de las células a la actividad del sistema inmune.
Ejemplos: metotrexato, sulfasalazina, leflunomida o hidroxicloroquina.
5. Inmunosupresores
Los inmunosupresores disminuyen la reacción inflamatoria de la enfermedad, bloqueando la respuesta de las células a la actividad del sistema inmune, disminuyendo así los síntomas inflamatorios, como dolor, por ejemplo.
Ejemplos: ciclosporina, ciclofosfamida o azatioprina.
6. Inmunobiológicos
Los medicamentos inmunobiológicos son una terapia más reciente, que utiliza mecanismos de activación del propio sistema inmunológico, combatiendo procesos inflamatorios causados por enfermedades autoinmunes.
Ejemplos: etanercept, infliximab, golimumab, abatacept, rituximab o tocilizumab.
Remedios caseros
Para tratar las enfermedades reumáticas, además del uso de medicamentos, es importante tener algunos cuidados caseros que ayudan a controlar la inflamación y aliviar los síntomas crónicos.
Algunas opciones incluyen:
- Utilizar compresas con hielo o agua fría, debiendo colocarlas entre 15 a 30 minutos, 2 veces al día, durante los períodos de inflamación de las articulaciones.
- Realizar ejercicios de fisioterapia: estos son útiles para trabajar la movilidad de las articulaciones, fortalecer los músculos y favorecer una mejor condición física de las personas que padecen reumatismo, son orientados por el fisioterapeuta de acuerdo con la enfermedad de cada persona.
- Practicar actividades físicas: realizar ejercicios como natación, hidrogimnasia o caminatas, son de gran importancia para las personas que padecen enfermedades reumatológicas, debido a que ayuda a controlar el peso, impide la sobrecarga de las articulaciones y fortalece los músculos y huesos. También ayuda a aumentar la flexibilidad y a mantener una buena salud cardiovascular.
- Cuidados con la alimentación: la dieta debe ser rica en omega-3, presente en pecados como el salmón y la sardina y en semillas de chía y linaza, pues existen evidencias que ayudan a regular el sistema inmune y disminuyen la inflamación. Es importante que la dieta contenga calcio y vitamina D, presente en la leche y sus derivados. Evitar las bebidas alcohólicas y el consumo de alimentos procesados y con muchos aditivos, debido a que pueden empeorar el proceso inflamatorio y entorpecer el tratamiento. Vea cuáles son los alimentos con propiedades antiinflamatorias.
Además de esto, la terapia ocupacional también es una excelente alternativa para individuos con enfermedades de las articulaciones y huesos, ya que estos profesionales pueden indicar cómo es la mejor forma de realizar las tareas diarias sin sobrecargar las articulaciones, el dolor y el proceso inflamatorio.