El hombre deja de crecer alrededor de los 18-20 años, pero el proceso de crecimiento depende de varios factores y, por ello, no debe generalizarse.
Se considera que el crecimiento termina cuando se produce el cierre de todos los cartílagos óseos. Este proceso no necesariamente coincide con la edad cronológica, pero la mayoría de los jóvenes alcanzan este cierre alrededor de los 20 años.
Aunque la estatura del hombre está determinada en un 80% por la altura de los padres, la altura final también depende de factores genéticos y ambientales, como:
- Nutrición: para que un niño y un joven crezcan y se desarrollen adecuadamente es esencial que tengan una alimentación saludable y rica en nutrientes;
- Enfermedades crónicas: algunas enfermedades y condiciones crónicas como obesidad, hiperplasia suprarrenal congénita, hipertiroidismo, hipotiroidismo y/o exceso de glucocorticoides, pueden interferir directamente en la edad ósea, afectando el crecimiento;
- Sueño: la calidad del sueño también es esencial para que el niño pueda crecer de forma saludable. Los niños que presentan baja calidad del sueño y duermen poco, tienden a crecer menos;
- Actividad física: aunque la práctica deportiva no interfiere directamente en la estatura de niños y jóvenes, se sabe que la actividad física de intensidad moderada puede mejorar la densidad ósea y contribuir a una vida más saludable.
Si tiene dudas sobre el crecimiento de su hijo, recomendamos que consulte al pediatra. Este es el especialista más indicado para identificar problemas de crecimiento y recomendar algún tipo de tratamiento, si es necesario.