El glaucoma no tiene cura, pero normalmente es posible controlar la enfermedad con su tratamiento. Principalmente cuando se identifica temprano, si el tratamiento se sigue de acuerdo con la orientación médica y hay una buena respuesta, es posible detener su avance y prevenir la pérdida de la visión.
El tratamiento del glaucoma generalmente se realiza con colirios o medicamentos orales, que deben ser utilizados según la indicación de un oftalmólogo, pero también puede involucrar cirugía en algunos casos.