La artritis reumatoide no es un tipo de cáncer, sino una enfermedad crónica que provoca inflamación en las articulaciones, principalmente en las manos, pies, muñecas y rodillas. Esta inflamación genera síntomas como dolor moderado o intenso, hinchazón, calor, enrojecimiento, deformidad y dificultad para mover las articulaciones afectadas.
Se trata de una enfermedad autoinmune que ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error los tejidos del cuerpo. Esto puede causar daño en diferentes sistemas del organismo, como la piel, los ojos, los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos.
Aunque la artritis reumatoide y el cáncer son condiciones completamente diferentes, diversas investigaciones indican que las personas con esta enfermedad autoinmune tienen aproximadamente el doble de riesgo promedio de desarrollar linfoma, un tipo de cáncer que afecta las células de la sangre. Este aumento en el riesgo parece estar relacionado con la estimulación inflamatoria crónica del sistema inmunológico, característica de la artritis reumatoide.
El tratamiento de la artritis reumatoide debe ser indicado por un reumatólogo o un ortopedista e incluye el uso de medicamentos, como antiinflamatorios o corticoides, y fisioterapia. Estos tratamientos ayudan a aliviar el dolor y la inflamación en las articulaciones, mejorando así la calidad de vida de la persona. Conozca más sobre la artritis reumatoide y cómo se realiza el tratamiento.