Las axilas pueden oler mal a pesar del uso de desodorante debido a diversos factores, entre ellos:
- Desodorante ineficaz: algunos desodorantes no controlan la sudoración, por lo que es importante optar por uno que sea antitranspirante.
- Uso de ropa sintética: las telas sintéticas pueden retener más el olor. Se recomienda utilizar prendas de algodón o fibras naturales.
- Estrés y ansiedad: estas situaciones activan glándulas sudoríparas que producen un tipo de sudor diferente al generado por el calor o el esfuerzo físico, lo que puede causar mal olor.
- Alimentación: algunos alimentos, como el ajo, la cebolla o las especias fuertes, pueden intensificar el olor corporal.
- Hiperhidrosis: esta condición provoca sudoración excesiva, lo que puede favorecer el mal olor en las axilas y en el cuerpo en general.
Otra posible causa es la bromhidrosis, una afección en la que las bacterias y los hongos presentes en las axilas (o en otras partes del cuerpo) proliferan de manera descontrolada, descomponiendo las secreciones de las glándulas sudoríparas y la queratina de la piel. Este proceso genera compuestos con un olor desagradable, que puede ser más intenso en personas con sudoración abundante o en quienes no logran eliminar completamente estas bacterias con la higiene diaria. Vea qué es la bromhidrosis.
Qué hacer
Es importante, en primer lugar, cambiar el desodorante por uno antitranspirante, así como mantener una higiene corporal adecuada, siendo posible lavarse las axilas 2 veces al día, debiendo asegurarse de secarlas bien, ya que la humedad favorece la proliferación de microorganismos.
También se recomienda el uso de un jabón antibacteriano, mantener las axilas rasuradas y evitar el uso de prendas sintéticas o demasiado ajustadas, que pueden retener el sudor y el mal olor.
Si estas medidas no funcionan, es aconsejable consultar a un dermatólogo para que realice una evaluación y determine la posible causa del mal olor en las axilas.