Qué es:
La mucormicosis, conocida popularmente como enfermedad del hongo negro, es una rara enfermedad infecciosa causada por el hongo Rhizopus spp., que se puede encontrar de forma natural en el ambiente, principalmente en la vegetación, suelos, frutas y en productos en descomposición, y que puede llevar a la aparición de síntomas después de la inhalación de sus esporas.
Los síntomas de esta enfermedad son más frecuentes en personas que tienen el sistema inmunitario más comprometido, pudiendo observarse dolor de cabeza, fiebre, secreciones en ojos y nariz, enrojecimiento del rostro y, en los casos más graves donde el hongo alcanza al cerebro, también puede haber convulsiones y pérdida de la conciencia.
El diagnóstico de la mucormicosis es realizado por un médico general o infectólogo a través de la tomografía computarizada y de cultivo de hongos, y el tratamiento normalmente se realiza con el uso de medicamentos antimicóticos inyectables o por vía oral, como la anfotericina B.
Síntomas de mucormicosis
Los síntomas de la mucormicosis pueden variar según el estado general del sistema inmunitario de la persona y del órgano afectado por el hongo, esto porque el mismo, después de inhalado, puede restringirse a la nariz o desplazarse a otros órganos, como ojos, pulmones, piel y cerebro. De forma general, los principales signos y síntomas de la mucormicosis incluyen:
- Nariz congestionada;
- Dolor en los pómulos;
- Pérdida del cartílago de la nariz, en los casos más graves;
- Secreción nasal verdosa;
- Dificultad para ver e hinchazón de los ojos, cuando hay comprometimiento ocular;
- Tos con flema o con sangre;
- Dolor en el pecho;
- Dificultad para respirar;
- Convulsiones;
- Pérdida de la conciencia;
- Dificultad para hablar.
Asimismo, cuando el hongo afecta la piel, pueden surgir lesiones enrojecidas, endurecidas, hinchadas y dolorosas, las cuales, en algunas situaciones, pueden convertirse en ampollas y formar heridas abiertas de aspecto negro.
En casos más avanzados, la persona con mucormicosis puede presentar una coloración azulada en la piel y dedos violáceos, esto debido a la falta de oxígeno provocada por la acumulación de hongos en los pulmones. Además, en situaciones en que la infección no es identificada y tratada, el hongo puede extenderse rápidamente a otros órganos, principalmente si la persona posee el sistema inmunitario muy comprometido, afectando riñones y corazón y poniendo en riesgo la vida del individuo.
Quién presenta más riesgo
El hongo responsable por la mucormicosis se puede encontrar de forma natural en el ambiente y logra ser combatido fácilmente por el sistema inmunitario. Sin embargo, cuando hay alteraciones en el sistema inmune, existe un mayor riesgo de desarrollar los signos y síntomas de la infección, razón por la cual el Rhizopus spp. se considera un hongo oportunista.
De esta forma, esta enfermedad puede afectar más fácilmente a personas con diabetes descompensada con cetoacidosis, a portadores de VIH o a aquellas que utilizan medicamentos inmunosupresores o que se sometieron a trasplantes, por ejemplo. Asimismo, existen informaciones de casos de mucormicosis en pacientes en tratamiento o curados de COVID-19.
Mucormicosis y COVID-19
La mucormicosis es una enfermedad rara que ocurre con mayor facilidad en personas que poseen el sistema inmunitario comprometido, razón por la cual puede surgir en personas con COVID-19.
Pese a que es una infección inusual asociada al COVID-19, la mucormicosis es bastante grave, esto porque, aparte de que la persona ya se encuentra con la inmunidad más comprometida y dirigida al tratamiento del SARS-CoV-2, existe la necesidad de hospitalización prolongada y uso de medicamentos, lo que también puede interferir en la acción del sistema inmune y crear un ambiente más favorable para el hongo.
Tipos de mucormicosis
La mucormicosis se puede dividir en varios tipos según la localización de la infección por los hongos, incluyendo los siguientes:
- Mucormicosis rinocerebral, que es la forma más común de la enfermedad en la que el hongo afecta la nariz, senos paranasales, ojos y boca;
- Mucormicosis cutánea, consiste en la propagación de la infección de los hongos en partes de la piel, pudiendo incluso alcanzar los músculos;
- Mucormicosis pulmonar, en la cual los hongos alcanzan los pulmones, siendo esta la segunda manifestación más común;
- Mucormicosis gastrointestinal, en la que el hongo llega al tracto gastrointestinal.
También existe un tipo de mucormicosis llamada diseminada, que es más rara y ocurre cuando los hongos migran a varios órganos del cuerpo, como corazón, riñones y cerebro.
Cómo se realiza el diagnóstico
El diagnóstico de la mucormicosis es realizado por el médico general o el infectólogo a través de la evaluación del historial de salud de la persona y la tomografía computarizada, que sirve para verificar la ubicación y la extensión de la infección. También se realiza cultivo de esputo, que se basa en analizar las secreciones pulmonares para identificar el hongo relacionado con la infección.
En algunos casos, el médico también puede indicar que se realice un examen molecular, como PCR, para identificar la especie de hongo y, dependiendo de la técnica utilizada, la cantidad presente en el organismo, y una resonancia magnética para comprobar si el hongo alcanzó las estructuras del cerebro, por ejemplo. Estas pruebas deben ser realizadas lo antes posible, porque cuanto más rápido se haga el diagnóstico, más probabilidades existen de eliminar la infección.
Tratamiento de la mucormicosis
El tratamiento para la mucormicosis debe realizarse rápidamente, tan pronto como se diagnostique la enfermedad, para que las probabilidades de cura sean mayores, y debe realizarse según las recomendaciones del médico, pudiendo estar indicado el uso de antimicóticos por vía intravenosa, como la anfotericina B, o posaconazol, por ejemplo. Es importante que los medicamentos se utilicen de acuerdo a las indicaciones del médico y que el tratamiento se continúe incluso si no hay más síntomas.
Además, dependiendo de la gravedad de la infección, el médico puede indicar la realización de una cirugía para extirpar el tejido necrótico causado por el hongo, este procedimiento se denomina desbridamiento.