Neumonía viral: qué es, síntomas y tratamiento

La neumonía viral es una infección en los pulmones provocada por virus, causando inflamación de las vías respiratorias inferiores, lo que dificulta el intercambio de gases, resultando en síntomas como fiebre, falta de aire y tos, que empeoran con el tiempo.

La neumonía viral es causada principalmente por el virus de la gripe, afectando principalmente a niños y ancianos. Sin embargo, otros virus, como el H1N1, H5N1 o el coronavirus, también pueden causarla.

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El tratamiento de la neumonía viral lo realiza el neumólogo, médico general o pediatra, y normalmente implica reposo, aumento de la ingesta de líquidos, uso de medicamentos para aliviar los síntomas y, en los casos más graves, hospitalización.

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Principales síntomas

Los síntomas de neumonía viral son:

  • Tos seca, la cual avanza para tos con flema transparente, blanca o rosada;
  • Dolor en el tórax;
  • Dificultad para respirar;
  • Fiebre hasta 39 ºC;
  • Dolor de garganta o de oído;
  • Dolor muscular o debilidad;
  • Malestar.

Los síntomas de la neumonía viral pueden aparecer unos días después del contacto con el virus y empeoran con el paso de los días.

En personas mayores, los síntomas de la neumonía también pueden incluir confusión mental, cansancio extremo y falta de apetito, incluso si no hay fiebre.

En el caso de los bebés, los padres pueden sospechar de neumonía cuando los síntomas de gripe tardan en desaparecer o empeoran a lo largo de la semana, como fiebre persistente, tos constante, falta de apetito, respiración muy rápida que causa una abertura exagerada de las fosas nasales, por ejemplo. 

Cuál es la diferencia entre neumonía viral y bacteriana

La neumonía viral se diferencia de la bacteriana, generalmente, por tener un inicio repentino, producir una flema más transparente o blanca, además de tener otros signos de infección viral, como congestión nasal, sinusitis, irritación en los ojos y estornudos, por ejemplo; sin embargo, puede ser difícil diferenciar los 2 tipos de infección sin la realización de exámenes.

A pesar de ello, es importante que el médico realice pruebas para identificar el agente causal de la neumonía, de manera que el tratamiento de la enfermedad sea lo más eficaz posible. Conozca qué síntomas ocasiona la neumonía bacteriana.

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de la neumonía viral lo realiza el neumólogo, médico general o pediatra mediante la evaluación de los síntomas, el historial médico y el examen físico, auscultando los pulmones con un estetoscopio para verificar la presencia de ruidos durante la respiración.

Para confirmar el diagnóstico, el médico puede solicitar una radiografía de tórax o una tomografía computarizada para evaluar los pulmones y determinar qué parte está afectada.

Si es necesario, el médico puede solicitar muestras de secreciones respiratorias de la nariz y la garganta para su análisis en el laboratorio. Estas muestras deben recolectarse idealmente hasta el tercer día de la enfermedad, pero pueden recolectarse hasta el séptimo día después del inicio de los síntomas, para identificar el virus.

Posibles causas  

La neumonía viral es causada por virus que provocan inflamación en los pulmones, dificultando los intercambios gaseosos y dando lugar a los síntomas.

Los principales virus que pueden causar neumonía viral son:

  • Influenza A, B y C, y parainfluenza;
  • Virus respiratorio sincitial;
  • Rinovirus, adenovirus o hantavirus;
  • Virus del sarampión;
  • Coronavirus;
  • H1N1 o H5N1.

Además, otros virus que pueden causar neumonía viral son el virus varicela zóster o los virus del herpes, por ejemplo.

Cómo ocurre la transmisión  

Los virus de la neumonía viral pueden ser transportados en gotas de saliva o secreción respiratoria que quedan suspendidas en el aire de una persona infectada a otra.

Aunque los virus relacionados con la neumonía viral se transmiten fácilmente de una persona a otra, no siempre la persona desarrolla neumonía; en la mayoría de los casos, desarrolla síntomas de resfriado o gripe, ya que el sistema inmunológico es capaz de combatir estos virus.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la neumonía viral debe ser realizado bajo la orientación del neumólogo, médico general o pediatra, quienes pueden recomendar reposo, aumento de la hidratación y el uso de analgésicos o antitérmicos para aliviar los síntomas.

Además, el tratamiento de la neumonía viral o una gripe causada por virus como H1N1, H5N1 o coronavirus, también puede incluir el uso de medicamentos antivirales recetados por el médico, como oseltamivir, zanamivir y ribavirina, por ejemplo.

En casos más graves, puede ser necesaria hospitalización para administrar medicamentos por vía intravenosa y el uso de máscara de oxígeno. Conozca cómo debe ser el tratamiento de la neumonía viral

Vea en el siguiente video más detalles sobre cómo se realiza el tratamiento de la neumonía viral:

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Cómo prevenir la neumonía viral

Para prevenir infecciones virales de cualquier tipo, es muy importante mantener las manos limpias, lavando o usando alcohol en gel siempre que se frecuenten sitios públicos, como en el autobús, centros comerciales y mercados, además de evitar compartir objetos de uso personal, como cubiertos y vasos. 

La vacuna contra la gripe, que es aplicada anualmente, también es una excelente forma de evitar la infección de los principales tipos de virus. 

Además, otra vacuna disponible para administrar a mujeres embarazadas es la vacuna del virus sincitial respiratorio, que ayuda a prevenir la bronquiolitis o infecciones respiratorias graves en el bebé.

Neumonía viral en el bebé  

La neumonía viral en el bebé siempre debe ser tratada bajo la orientación del pediatra para prevenir complicaciones o infecciones bacterianas secundarias.

Por lo tanto, es importante tomar algunos cuidados durante el tratamiento del bebé, como por ejemplo:

  • Realizar nebulizaciones con suero fisiológico de 2 a 3 veces al día o según las indicaciones del pediatra;
  • Animar al bebé a amamantar o comer, dando preferencia a frutas, leche materna o fórmula;
  • Dar agua al bebé que ya ha comenzado la alimentación complementaria;
  • Vestir al bebé según la temperatura, evitando cambios bruscos de temperatura;
  • Evitar el uso de medicamentos para la tos que no hayan sido indicados por el pediatra, ya que pueden facilitar la acumulación de secreciones en los pulmones;
  • No administrar ácido acetilsalicílico (Aspirina o AAS) al bebé, ya que puede causar síndrome de Reye.

En casos más graves, donde el bebé no quiere comer, tiene dificultad para respirar o presenta fiebre superior a 39ºC, el pediatra puede recomendar la hospitalización para recibir oxígeno, medicamentos intravenosos y suero mientras no pueda alimentarse.

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