Qué es:
El neuroma de Morton es el engrosamiento del tejido alrededor de un nervio en el pie que se ha irritado o dañado, formando una pequeña bolita o bulto que causa dolor localizado entre el 3º y 4º dedo del pie cuando la persona camina, se pone de cuclillas, sube escaleras o corre.
Esta lesión es más común en mujeres mayores de 40 años que necesitan usar tacones altos y puntiagudos o en personas que practican actividad física, especialmente correr, debido a la presión excesiva en solo uno de los puntos del pie y la aparición de microtraumatismos durante la actividad física.
Es importante que ante la presencia de síntomas se consulte a un ortopedista, de manera que indique la realización de pruebas que confirmen el diagnóstico y se inicie el tratamiento más adecuado, que puede implicar el uso de medicación, fisioterapia y, en los casos más graves, cirugía.
Síntomas del neuroma de Morton
Los síntomas del neuroma de Morton son:
- Fuerte dolor en la planta del pie en forma de ardor o punzada, que empeora al subir o bajar la escaleras y mejora al masajear la región;
- Adormecimiento de la planta del pie y en los dedos;
- Sensación de shock entre el 2º y el 3º dedo o entre el 3º y 4º dedo;
- Acortamiento de la musculatura.
Estos síntomas normalmente surgen debido a la hiperextensión de los dedos, que provoca compresión del neuroma presente en la región.
Principales causas
La principal causa del desarrollo del neuroma de Morton es el uso de zapatos con tacones, puntiagudos o apretados, siendo por esto más común en mujeres. Esto sucede porque el uso de este tipo de zapatos le quita presión al talón y la traslada a la punta del pie, favoreciendo la formación de callosidades.
Además, el neuroma de Morton también puede ocurrir en personas que tienen la costumbre de correr, ya sea en la calle o en la caminadora, y no utilizan un calzado adecuado, pues esto provoca microtraumatismos a repetición, dando lugar a la inflamación y formación del neuroma, que es el engrosamiento de la nervio plantar.
Asimismo, otras causas también pueden ser tener el pie plano, el arco del pie elevado, juanetes o dedos en martillo.
Cómo se realiza el diagnóstico
El diagnóstico del neuroma de Morton lo realiza el ortopedista inicialmente evaluando los signos y síntomas que presenta la persona, así como realizando un examen físico, en el cual el médico palpa la planta del pie, buscando un bulto entre los dedos, y evalúa si la persona siente algún dolor, entumecimiento, shock o malestar durante la palpación.
Además, se pueden realizar pruebas de imagen, como una ecografía o resonancia magnética, con el objetivo de confirmar la presencia del neuroma y descartar otras alteraciones en los pies, como el síndrome del túnel tarsiano, neuritis periférica, neuropatía o artritis reumatoide, por ejemplo. Las pruebas de imagen también son fundamentales para comprobar la gravedad de la lesión, siendo útiles para que el médico indique el tratamiento más adecuado.
Cómo se realiza el tratamiento
Entre las principales opciones de tratamiento para el neuroma de Morton se incluyen las siguientes:
1. Uso de plantillas
Inicialmente, el médico puede indicar el uso de plantillas adecuadas dentro de los zapatos para que los pies puedan adaptarse mejor, lo que ayuda a disminuir el dolor y las molestias ocasionadas por el neuroma. Asimismo, también se recomienda utilizar calzado cómodo, como zapatos deportivos, y que sea adecuado a la pisada de la persona.
También es fundamental evitar zapatos de tacón alto, chanclas y sandalias bajas, pues pueden aumentar el nivel de compresión del neuroma, intensificando los síntomas.
2. Medicamentos e infiltraciones
Tomar un analgésico puede ser útil si se siente dolor en los pies, así como aplicar una pomada antiinflamatoria como Cataflam, por ejemplo, que también es una buena opción para aliviar el dolor y las molestias. Sin embargo, no se debe tomar analgésicos todos los días ni emplear este tipo de pomadas por más de 1 mes, pues eso indica que el tratamiento no está surtiendo el efecto esperado.
El ortopedista puede aplicar una inyección de corticosteroides, alcohol o fenol, en la zona exacta del dolor, lo que proporciona excelentes resultados y elimina el dolor durante semanas o meses. No obstante, este tipo de inyecciones no debe ser aplicada más de 1 vez al año, por lo que si los síntomas persisten, lo más indicado es realizar algunas sesiones de fisioterapia.
3. Fisioterapia
La fisioterapia debe ser capaz de disminuir el dolor y la inflamación y de mejorar la movilidad y el apoyo del pie, haciendo que la persona pueda realizar sus actividades diarias de manera normal.
Aunque la fisioterapia no es capaz de eliminar por completo el bulto formado, puede disminuir su tamaño, mejorando la anatomía del pie y evitando que se genere un nuevo neuroma. Algunos de los recursos que pueden ser empleados en la fisioterapia incluyen:
- Ecografía con gel antiinflamatorio, durante alrededor de 5 minutos en la zona exacta del dolor en el pie. Para acoplar mejor el dispositivo, se puede colocar el pie en un balde con agua, pues esta permite el paso de las ondas hasta el neuroma;
- Movilizar los metatarsos y los dedos de los pies, para mejorar la movilidad;
- Masaje transverso profundo, para eliminar los puntos de fibrosis del nervio;
- Ejercicios de fortalecimiento de los flexores y extensores de los dedos de los pies con banda elástica;
- Ejercicios propioceptivos, como mantener el equilibrio en una superficie cilíndrica, por ejemplo;
- Estiramiento de la fascia plantar, que es un tejido que recubre internamente todas las estructuras del pie;
- Fibrólisis diacutánea, que es un tipo técnica que emplea un gancho que es eficaz para eliminar la fibrosis del nervio, mediante pequeños movimientos en la zona del neuroma;
- Uso de bolsas de hielo o crioflow, para aplicar frío en toda la región, combatiendo los signos inflamatorios y el dolor;
- Masaje relajante en los pies para finalizar el tratamiento fisioterapéutico;
- Sesiones de reeducación postural global para realinear todo el cuerpo, permitiendo corregir alteraciones en la anatomía del pie.
Este únicamente es un ejemplo de tratamiento fisioterapéutico, pues el fisioterapeuta podrá escoger otras técnicas y dispositivos para promover el control del dolor y de los síntomas presentados. Sin embargo, las sesiones deben ser llevadas a cabo al menos 3 veces a la semana, con una duración mínima de 30 minutos cada una.
4. Cirugía
La cirugía es la última opción de tratamiento del neuroma de Morton, indicada cuando el tratamiento con medicamentos, infiltraciones y fisioterapia no fueron suficientes. Esta es una de las mejores opciones para curar el neuroma porque es el único tratamiento que elimina por completo el bulto que se formó en el nervio; sin embargo, la cirugía no impide que se forme otro neuroma, siendo importante trabajar en conjunto con un fisioterapeuta.
De acuerdo con las características del neuroma, el médico puede realizar dos tipos de procedimiento:
- Remoción del neuroma o solo de los ligamentos, mediante un corte en la parte superior o inferior del pie, con el objetivo de aumentar el espacio entre los huesos del pie;
- Criocirugía, que consiste en aplicar temperaturas entre los -70 y -50 ºC, directamente en el nervio afectado. Esto produce la destrucción de parte del nervio, impidiendo que haya dolor. Este procedimiento genera menos complicaciones posoperatorias.
La cirugía es realizada con anestesia local y demora alrededor de 1 hora, siendo necesario permanecer en la sala de recuperación para monitoreo y para descansar con el pie elevado, lo que facilita la cicatrización. Luego del procedimiento, es normal que el pie se hinche y que el médico coloque un vendaje para que la persona pueda caminar apoyando solo el talón en el suelo, con la ayuda de una muleta.
No siempre es necesario remover los puntos de la cirugía, siendo esto determinado por cada médico. En 1 semana aproximadamente, se debe acudir a fisioterapia para que la recuperación de la cirugía sea más rápida, disminuyendo las molestias y la hinchazón del pie.
5. Acupuntura
Las sesiones de acupuntura son buenas opciones de tratamiento alternativo, siendo capaces de aliviar el dolor y las molestias en aquellos casos donde la persona no puede o no desea someterse a cirugía. Por lo general, las sesiones son realizadas 1 vez a la semana, donde el profesional inserta pequeñas agujas en los pies o en los meridianos del cuerpo que considera necesario. Esto reequilibra las energías del organismo, disminuye la tensión y el estrés y alivia las molestia.
6. Tratamiento casero
Colocar una compresa caliente en la zona del dolor y masajear la región también es una buena forma de sentirse mejor. Aplicar una pomada con alcanfor o árnica, que pueden ser adquiridas en farmacias o en tiendas de productos naturales, también puede ser útil para masajear los pies después de bañarse, antes de dormir.