La obesidad mórbida es una condición crónica compleja que puede causar diversas complicaciones a la salud, en el que la persona tiene un índice de masa corporal (IMC) igual o mayor a 40 kg/m². Esta forma de obesidad también se denomina como "obesidad grado 3".
El IMC no es una herramienta precisa, motivo por el cual es necesario que el médico o nutricionista realice una evaluación completa, en donde se considere otras mediciones corporales, como la circunferencia de cintura, por ejemplo, así como otros exámenes de diagnóstico.
Este tipo de obesidad aumenta el riesgo de padecer algunos problemas de salud como diabetes, hipertensión y enfermedades del corazón, siendo por esto importante acudir al médico general para que realicen una evaluación e indiquen, si es necesario, el tratamiento más adecuado.
Principales síntomas
No existen síntomas específicos de la obesidad morbida. El signo que la caracteriza es tener un IMC igual o mayor a 40 kg/m2, así como una distribución de la grasa corporal no saludable.
No obstante, algunas personas con obesidad mórbida pueden presentar dolor en el cuerpo, principalmente en la espalda, piernas, rodillas y hombros; dificultad para realizar esfuerzos o caminatas, debido al exceso de peso y a la falta de condición física; falta de aire por la presión del peso a nivel abdominal sobre los pulmones y manchas oscuras en la piel, principalmente en el cuello, axilas e ingles, condición conocida como acantosis nigricans.
Qué causa la obesidad mórbida
La causa de la obesidad es la asociación de varios factores, los cuales incluyen los siguientes:
- Factores culturales, donde se enaltece el consumo en exceso de alimentos con alto valor calórico, provenientes de las grasas o del exceso de carbohidratos, principalmente de azúcares simples;
- Condiciones socioeconómicas, personas con una nivel socioeconómico bajo tienen mayor dificultad en tener acceso a los alimentos saludables;
- Sedentarismo, ya que la falta de ejercicio no estimula la quema de grasa y facilita su acumulación;
- Trastornos emocionales, que favorecen la alimentación compulsiva (atracones);
- Predisposición genética, cuando los padres son obesos, es común que el hijo tenga una mayor tendencia a la obesidad;
- Alteraciones hormonales, como ocurre en algunas enfermedades como el síndrome de ovario poliquístico, síndrome de Cushing o hipotiroidismo, por ejemplo;
- Uso de medicamentos crónicos, como los esteroides y algunos antidepresivos.
Además, la obesidad también puede estar asociada a algunas alteraciones genéticas, como el síndrome de Prader Willi, Bardet-Biedl, osteodistrofia hereditaria de Albrigth, síndrome de Adler, síndrome de X frágil, síndrome de Borjeson-Forssman-Lehman y síndrome de Cohen, entre otros, siendo estas las causas menos comunes.
Cómo se diagnostica la obesidad mórbida
El diagnóstico de la obesidad mórbida puede ser indicado por el médico o por un nutricionista. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad mórbida o grado 3 es cuando la persona tiene un IMC igual o mayor a 40 kg/m².
No obstante, el cálculo del IMC no es considerado la forma más exacta de dar un diagnóstico nutricional, debido a que la fórmula no toma en cuenta la composición corporal, siendo importante que el profesional también considere la medición de la circunferencia de la cintura y del brazo, así como la medición de diversos pliegues cutáneos como el tríceps y el bíceps, por ejemplo.
Además, el profesional de salud también podrá solicitar algunos análisis como un hemograma, perfil de lípidos, examenes de la función hepática y renal, glucosa, examenes hormonales, entre otros, para verificar si hay alguna condición que pueda estar causando el aumento de peso y/o para evaluar si la persona tiene riesgo de padecer alguna complicación asociada al sobrepeso.
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Riesgos de la obesidad mórbida
La obesidad mórbida aumenta el riesgo de padecer algunas afecciones, que incluyen:
- Enfermedades cardiovasculares, como aterosclerosis, infarto o ACV, por ejemplo, debido a la elevación de la presión arterial, el aumento del colesterol y los triglicéridos;
- Dermatitis e infecciones micóticas, gracias a la acumulación de sudor en los pliegues del cuerpo;
- Diabetes tipo 2, debido a que el exceso de grasa almacenado en el organismo puede causar resistencia a la insulina, que a largo plazo se convierte en una diabetes tipo 2;
- Apnea del sueño, siendo este un trastorno que causa el paro momentáneo de la respiración, debido a la obstrucción de las vías respiratorias, ocasionando ronquidos, sofocamientos durante el sueño y somnolencia por la falta de sueño de calidad;
- Hígado graso y formación de piedras en la vesícula, debido a una alimentación rica en grasas y alimentos ultraprocesados;
- Impotencia sexual e infertilidad, debido a alteraciones hormonales y dificultades en la circulación sanguínea;
- Trombosis venosa profunda, que se produce por las alteraciones en los vasos y en la circulación sanguínea, debido al sedentarismo.
Asimismo, las personas con obesidad mórbida tienen un elevado riesgo de padecer ansiedad y depresión, debido a insatisfacciones con la imagen corporal, compulsión alimentaria y a la discriminación que sufren por parte de las personas, situación que se conoce como gordofobia.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la obesidad mórbida debe ser individualizado, pues este debe ser adaptado al estado de salud, situación socioeconómica y metas de la persona. En caso haya enfermedades asociadas, que puedan estar causando el aumento de peso o que sean consecuencia de ello, deben ser tratadas de forma adecuada y específica.
Algunos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a mejorar la salud y reducir los riesgos de las complicaciones asociadas a la obesidad mórbida son:
1. Cambios en la alimentación
Es importante acudir a un nutricionista especializado para que indique un plan nutricional adaptado a las necesidades de la persona.
Algunos cambios que se pueden realizar son preferir el consumo de alimentos frescos como vegetales y frutas, ingerir carnes magras y alimentos ricos en fibras como semillas, legumbres y cereales integrales. Además, se debe reducir el consumo de alimentos procesados y ultraprocesados ricos en grasas y azúcares. Vea cómo hacer una alimentación saludable.
2. Realizar actividad física
La actividad física es importante para favorecer la pérdida de peso y el exceso de grasa acumulado en el organismo, así como estimular el aumento de masa muscular. Lo ideal es acudir a un profesor de educación física o entrenador personal que indique un plan de ejercicio adaptado a las necesidades de la persona.
Sin embargo, la recomendación general es realizar actividad física de intensidad moderada, 3 veces por semana durante 30 a 60 minutos, de preferencia ejercicios aeróbicos como natación o zumba, por ejemplo, dependiendo de la condición física de cada persona.
3. Terapia psicológica
En algunos casos, dependiendo de la causa, el médico podrá indicar acudir a un psicólogo para realizar varias sesiones de terapia cognitivo conductual, principalmente si se sufre de depresión, ansiedad o estrés.
4. Medicamentos
En los casos donde los cambios en el estilo de vida no son suficientes, el médico podrá indicar el uso de algunos medicamentos que ayuden a facilitar la pérdida de peso, como orlistat, liraglutida, lorcaserina, dietilpropión, bupropión o fendimetrazina, por ejemplo.
No obstante, es importante seguir las orientaciones médicas en cuanto al uso de este tipo de medicación, debido a que pueden generar efectos secundarios no deseados. Además, tampoco deben ser automedicados, no solo por sus efectos adversos sino también porque pueden estar contraindicados en algunas condiciones de salud. Vea cuáles son las pastillas para bajar de peso.
5. Cirugía
La cirugía bariátrica es una alternativa de tratamiento válida para la obesidad mórbida, siendo recomendada en los casos donde la persona no logre una pérdida de peso sustancial o duradera en el tiempo con el tratamiento médico y nutricional.
Existen diversos tipos de cirugía, como la manga gástrica, el bypass gástrico o la banda gástrica, cuya elección deberá ser del cirujano después de una evaluación minuciosa de la persona y de su estado de salud general. Conozca cuáles son los tipos de cirugía bariátrica y sus riesgos.
Obesidad mórbida infantil
La obesidad infantil se caracteriza por el exceso de peso entre bebés y niños de hasta 12 años de edad, cuando su peso corporal supera un 15% el peso medio correspondiente a su edad. Este exceso de peso aumenta el riesgo del niño de desarrollar problemas de salud graves, como diabetes, presión alta, dificultad respiratoria, trastornos del sueño, colesterol alto o problemas en el hígado, por ejemplo, al igual que en el adulto.
El tratamiento de la obesidad infantil también implica cambios en los hábitos alimentarios y el estímulo de la práctica de actividad física, recomendándose la orientación de un nutricionista especialista en pediatría, pues al ser una fase de crecimiento es necesario que el plan nutricional sea individualizado y adaptado a las necesidades del niño. Conozca cómo ayudar al niño con exceso de peso.