Los ojos llorosos pueden producirse debido a una gripe, resfriado o alergia, siendo en estos casos recomendado solo un lavado ocular con suero fisiológico y el uso de colirio antihistamínico, en caso de que la causa sea una alergia.
Sin embargo, los ojos llorosos también pueden ser una señal que indican conjuntivitis o úlcera en la córnea, por ejemplo, que son situaciones que deben ser evaluadas por el médico para que se inicie el tratamiento más adecuado.
Por ello, ante la presencia de otros síntomas además de ojos llorosos, como enrojecimiento, vista borrosa, comezón, sensación de arena en el ojo, lagañas en exceso e inflamación en el párpado, por ejemplo, es importante consultar a un oftalmólogo.
Las principales causas de ojos llorosos son:
1. Conjuntivitis
La conjuntivitis es una inflamación en el ojo, que puede producirse por una reacción alérgica, reacción a alguna sustancia irritante o infección por virus o bacterias. Los síntomas que pueden manifestarse son enrojecimiento en los ojos, comezón, lagrimeo, lagañas e irritación, por ejemplo. Conozca los principales tipos de conjuntivitis.
Qué hacer: el tratamiento de la conjuntivitis depende de su causa. Ante una conjuntivitis alérgica, el médico generalmente prescribe colirios antihistamínicos, y en caso de una conjuntivitis tóxica se recomienda un lavado con suero fisiológico esterilizado y utilizar un colirio que calme la irritación. En caso de infección puede ser necesario un colirio con antibiótico, el cual, dependiendo de los síntomas, puede agregarse un antiinflamatorio. Conozca más sobre los medicamentos para tratar la conjuntivitis.
2. Gripe y resfriado
En una gripe o resfriado, pueden haber síntomas como ojos llorosos, tos, fiebre, dolor de garganta y cabeza, coriza y cansancio. Sin embargo, durante una gripe, los síntomas son más intensos y duran más tiempo.
Qué hacer: el tratamiento de la gripe y resfriado consiste en aliviar los síntomas alérgicos y dolor, basándose en el uso de analgésicos y antipiréticos, como Dipirona o Paracetamol, antihistamínicos como Desloratadina o antiinflamatorios como Ibuprofeno. Además, también puede recomendarse el refuerzo del sistema inmune a través de la ingesta de vitamina C, de acuerdo a la indicación del médico. Conozca más sobre el tratamiento para la gripe.
3. Úlcera corneal
La úlcera corneal es una herida inflamada que surge en la córnea, produciendo síntomas como dolor, sensación de objeto extraño en el ojo o visión borrosa, por ejemplo. Normalmente es causada por una infección en el ojo, pero también puede producirse por pequeños cortes, resequedad en los ojos, contacto con sustancias irritantes o problemas del sistema inmune, como artritis reumatoide o lupus.
De esta forma, quienes tienen mayor riesgo de padecer una úlcera corneal son aquellas personas que utilizan lentes de contacto, colirios con esteroides o que presenten lesiones o quemaduras en la córnea.
Qué hacer: el tratamiento debe realizarse de inmediato con el objetivo de evitar complicaciones graves en la córnea y consiste en la administración de colirios antibióticos, antifúngicos y/o antiinflamatorios, en caso de que se trate de una infección. En caso de que la úlcera sea producida por alguna enfermedad, esta debe tratarse o controlarse.
4. Alergias
La alergia respiratoria puede presentarse cuando las vías aéreas entran en contacto con sustancias como polen, polvo, moho, pelo de gato u otros animales, u otras sustancias alergénicas, que causan síntomas como nariz tapada o flujo nasal, comezón en la nariz, estornudos constantes, tos seca, enrojecimiento y lagrimeo, así como dolor de cabeza.
Qué hacer: el tratamiento consiste en la administración de antihistamínicos como desloratadina, cetirizina o ebastina, por ejemplo, y en caso de que la alergia dificulte la respiración, puede ser necesario utilizar broncodilatadores, como salbutamol o fenoterol.
5. Cefalea en racimos
La cefalea en racimos es un dolor en un solo lado de la cabeza, generalmente muy fuerte, lancinante el cual surge durante el sueño, siendo una enfermedad rara, mucho más intensa e incapacitante que la migraña, considerada como el peor dolor que se puede experimentar, siendo más fuerte que una crisis renal, pancreática o dolor de parto. Otros síntomas, como enrojecimiento, lagrimeo en el ojo del mismo lado en que se presenta el dolor, inflamación del párpado o flujo nasal también pueden manifestarse. Conozca más sobre la cefalea en racimos.
Qué hacer: este padecimiento no tiene cura, sin embargo el médico puede prescribir antiinflamatorios no esteroideos, opioides y oxígeno al 100% en el caso de crisis.
6. Sinusitis
También conocida como rinosinusitis, es una enfermedad que se presenta cuando se inflama la mucosa de los senos del rostro, los cuales son estructuras localizadas alrededor de las cavidades nasales. Se desencadena por sustancias irritantes en el ambiente, infecciones por hongos y alergias, por ejemplo.
Los síntomas más comunes son dolor en la zona de la cara, secreción nasal, ojos llorosos y dolor de cabeza, pudiendo variar de acuerdo a la causa de la enfermedad y de la persona. Conozca más sobre los tipos de sinusitis.
Qué hacer: el tratamiento depende del tipo de sinusitis que padece la persona, aunque generalmente se realiza con analgésicos y antiinflamatorios, corticoides, antibióticos y descongestionantes nasales. Conozca más a fondo el tratamiento para la sinusitis.
7. Blefaritis
La blefaritis es la inflamación de los párpados debido a la alteración en las glándulas de Meibomio, que son glándulas presentes en los párpados responsables de mantener la humedad en el ojo, pudiendo causar lagrimeo excesivo, además del surgimiento de costras alrededor del ojo.
Además de lagrimeo y de costras, es común que también haya otros síntomas como comezón, enrojecimiento en el ojo, hinchazón de los párpados y lagrimeo en ambos ojos, pudiendo surgir de un día para otro.
Qué hacer: el tratamiento para la blefaritis puede realizarse en casa a través de cuidados con la limpieza ocular, ya que de esta forma es posible restaurar la humedad de los ojos y estimular la función normal de las glándulas. Por ello se recomienda que la limpieza de los ojos y remoción de las lagañas y costras sea con un colirio propio, además de que también puede hacerse con una compresa tibia en el ojo por alrededor de 3 minutos, 3 veces al día para aliviar los síntomas.
Sin embargo, cuando la inflamación de los párpados se produce de forma frecuente, es importante consultar al oftalmólogo para que evalúe la causa de la blefaritis e indique el tratamiento específico. Vea cómo se realiza el tratamiento para blefaritis
8. Meibomitis
La meibomitis es la inflamación de las glándulas de Meibomio, localizadas en los párpados superiores e inferiores de los ojos, llevando al surgimiento de lagrimeo, lágrimas con apariencia espumosa, enrojecimiento o hinchazón de los párpados.
Esta inflamación puede surgir debido al uso de lentes de contacto, exposición a ambientes secos, uso excesivo de la computadora o celular, alteraciones hormonales o incluso, el uso de colirios para el tratamiento del glaucoma, por ejemplo.
Qué hacer: el tratamiento de la meibomitis debe realizarse bajo la orientación del oftalmólogo, de acuerdo a la gravedad de los síntomas, pudiendo estar indicado la aplicación de compresas tibias en los párpados, uso de colirios lubricantes, corticoides o antibióticos. En los casos más graves, el médico puede indicar la realización de una cirugía.
9. Herpes ocular
El herpes ocular, es una infección causada por el virus del herpes simple tipo 1, pudiendo lesionar uno o ambos ojos y llevar al surgimiento de síntomas semejantes a los de la conjuntivitis, como lagrimeo excesivo, lagañas, comezón, hinchazón, enrojecimiento, irritación en el ojo, visión borrosa, ampollas o úlceras cerca del ojo, enrojecidas y con contenido líquido.
El herpes ocular es contagioso, pudiendo transmitirse fácilmente de persona apersona, a través del contacto de la piel con las ampollas con líquido del herpes ocular, o incluso con un contacto accidental con el líquido de las ampollas en los labios, cuando se toca la ampolla y después los ojos.
Qué hacer: se debe consultar al oftalmólogo lo antes posible para iniciar el tratamiento y evitar complicaciones como ceguera. Generalmente, el médico puede indicar el uso de pomadas oftálmicas o colirios antivirales o corticoides, antivirales orales o antibióticos. Vea cómo se realiza el tratamiento del herpes ocular.
10. Migraña
La migraña es un tipo de dolor de cabeza intensa y pulsátil que puede causar dolor detrás de los ojos, pudiendo acompañarse de otros síntomas como lagrimeo, sensibilidad a la luz, presencia de manchas en el campo de visión, o incluso mareos, náuseas o escurrimiento nasal, por ejemplo.
La migraña puede desencadenarse por alteraciones hormonales, estrés, olores fuertes, luces parpadeantes o incluso, alergia a alimentos.
Qué hacer: es importante permanecer en reposo y en un ambiente con poco ruido y poca luz, ya que de esta forma es posible aliviar la migraña. Además, en caso de que la migraña sea frecuente, está indicado consultar a un neurólogo para identificar la causa de la migraña y, si es necesario, iniciar el tratamiento con medicamentos. Vea cuáles son los medicamentos indicados para la migraña.
11. Canal lagrimal tapado
El canal lagrimal tapado es un bloqueo total o parcial del canal que conduce las lágrimas, llevando al surgimiento de síntomas como lagrimeo excesivo, enrojecimiento, dolor o hinchazón en el borde interno del ojo.
Este bloqueo del canal lagrimal, conocido científicamente como dacrioestenosis, puede surgir en bebés desde el nacimiento, debido a malformación del canal lagrimal o desarrollo anormal de la cara, pero también puede desarrollarse a cualquier edad, siendo que, en estos casos, es más común que sea el resultado de una infección o golpes en la nariz, por ejemplo.
Qué hacer: el canal lagrimal tapado en el recién nacido, normalmente mejora hasta el primer año de vida, no siendo normalmente indicado tratamiento específico. En este caso, el pediatra puede indicar la limpieza ocular con suero fisiológico para mantener lubricado el ojo y evitar que se reseque, además de hacer un pequeño masaje presionando el borde interno de los ojos con el dedo, ya que en esa zona está presente el canal lagrimal.
En el caso de bloqueo del canal lagrimal por infecciones o fracturas en la zona de la nariz, es importante consultar al oftalmólogo, el cual puede indicar el tratamiento más adecuado, como el uso de colirios antiinflamatorios o antibióticos, o, en casos más graves, recomendar la realización de un pequeño procedimiento quirúrgico para desobstruir el canal lagrimal.
12. COVID-19
Aunque el COVID-19 sea una enfermedad principalmente respiratoria, con síntomas más comunes de tos seca persistente, fiebre o pérdida del gusto y olfato, la infección por coronavirus puede causar manifestaciones oculares como neuritis óptica, conjuntivitis, queratoconjuntivitis o conjuntivitis hemorrágica, cuyos síntomas son el aumento del lagrimeo, además de dolor en los ojos, sensibilidad a la luz o comezón, por ejemplo. Realice el test online de síntomas de COVID-19.
Las alteraciones en los ojos causadas por el COVID-19, aún no son totalmente conocidas, pero parecen ocurrir debido al agravamiento de una enfermedad preexistente en los ojos o daño directo en los nervios, vasos sanguíneos u otras estructuras en los ojos, causados por el coronavirus.
Qué hacer: en este caso, es importante que la persona permanezca en aislamiento y se consulte al médico, pudiendo indicar reposo y el uso de medicamentos que ayuden a aliviar los síntomas. Conozca cómo se realiza el tratamiento del COVID-19.
13. Quimioterapia
Algunos medicamentos utilizados en la quimioterapia para el tratamiento del cáncer, principalmente la ciclofosfamida, pueden causar ojos llorosos en exceso, especialmente durante la inyección en la vena, además de otros síntomas como escurrimiento nasal o nariz tapada, o estornudos, por ejemplo, lo cual puede indicar una reacción alérgica al medicamento.
Además, la mayoría de los medicamentos utilizados en la quimioterapia pueden aumentar el riesgo de infecciones, que puede surgir en cualquier parte del cuerpo, incluso en los ojos, además de causar alteraciones en la composición de la lágrima, y aumentando el riesgo de desarrollar conjuntivitis, úlceras corneales, blefaritis o queratitis, por ejemplo.
Qué hacer: en caso de presentar ojos llorosos durante la infusión de ciclofosfamida, se debe comunicar de inmediato al enfermero, que puede disminuir la velocidad en que el medicamento se administra, para aliviar el lagrimeo.
Además, para evitar infecciones en los ojos causados por la quimioterapia, se deben mantener los ojos siempre limpios, evitar tocarlos con las manos sucias o utilizar lágrimas artificiales, para mantener la lubricación de los ojos, En caso de que haya una infección, el oftalmólogo puede indicar el uso de colirios con antibióticos o corticoides, por ejemplo.