Las olas de calor ocurren cuando las temperaturas se mantienen extremadamente altas para una región determinada, pudiendo ocasionar diversas consecuencias para la salud, como deshidratación, agotamiento por calor y golpe de calor, la cual puede llegar a ser mortal si no es tratada.
Estas olas de calor pueden afectar a cualquier persona, pero aquellas con más de 75 años y los bebés y niños, por ejemplo, son uno de los grupos que tienen más riesgo de verse afectados.
Por este motivo, es importante tomar algunas precauciones ante una ola de calor, como mantenerse hidratado y evitar salir en las horas más calientes del día, debiendo usar ropas ligeras, protector solar y un sombrero.
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En una ola de calor es importante mantenerse alerta al surgimiento de algunos signos y síntomas, que incluyen:
- Síntomas de deshidratación: sensación de sed constante, disminución de la cantidad de orina, cansancio, boca y labios secos y orina amarilla oscura. En el caso de los bebés puede haber llanto sin lágrimas, irritabilidad, somnolencia excesiva y poca orina en el pañal. Conozca los síntomas más graves de la deshidratación;
- Síntomas de insolación y golpe de calor: sudoración intensa, fatiga, mareos, náuseas, dolor de cabeza, debilidad, pulso débil y rápido, presión arterial baja al ponerse de pie, calambres musculares y elevación de la temperatura corporal (hipertermia). Vea los peligros de la insolación.
Es importante llamar al número de emergencia de su país o acudir al servicio de urgencia más cercano si la persona no se recupera al cabo de 30 minutos de descansar en un lugar fresco, refrescarse y beber líquidos, si tiene la temperatura corporal aún elevada o si presenta síntomas como pulsaciones y respiración acelerada, confusión, falta de coordinación, convulsiones o pérdida de consciencia.
Qué hacer ante los síntomas
En caso alguna persona presente síntomas de deshidratación, es importante beber abundantes líquidos, como agua, agua de coco, sales de rehidratación oral o bebidas deportivas, para reponer la pérdida de líquido.
En caso de agotamiento por calor, es importante trasladar a la persona a un lugar fresco, darle de beber abundantes líquidos fríos, retirarle el exceso de ropa y colocarle compresas frías envueltas en un paño por debajo de las axilas y en el cuello o rociarlos con agua fría.
Si al cabo de 30 minutos la persona no comienza a recuperarse y a sentirse mejor, es importante acudir al centro de salud más cercano o llamar a una ambulancia.
Quién tiene mayor riesgo
Las olas de calor pueden afectar a cualquier persona, pero las que tienen mayor riesgo incluyen:
- Mayores de 75 años de edad y del sexo femenino;
- Bebés y niños muy pequeños;
- Personas con demencia, enfermedad de Alzheimer, enfermedades cardíacas o pulmonares, diabetes, enfermedad renal, enfermedad de Parkinson o condiciones mentales;
- Adictos a las drogas o al alcohol;
- Personas encamadas.
Además de esto, las personas sin hogar o que trabajan en las calles, también pueden verse afectados por la ola de calor.
Medidas de prevención ante una ola de calor
Ante una ola de calor se deben tomar algunas medidas de prevención, siendo importante mantenerse hidratado y evitar salir en las horas más calientes del día, entre las 10 y las 16h. En caso de hacerlo, lo ideal es mantenerse en la sombra y protegerse con una gorra o sombrero, usar ropa ligera y protector solar.
Además, también es importante consumir alimentos fríos, refrescantes y ricos en agua, como el pepino y la sandía, por ejemplo. Vea cuáles son los alimentos ricos en agua.
Otras medidas a tomar es bañarse con agua fresca y evitar las bebidas alcohólicas y calientes, como el café y los tés. Asimismo, se deben cerrar las ventanas durante el día, para evitar que entre el calor, y se pueden utilizar ventiladores para mantener fresco el ambiente.