Las mujeres embarazadas que son diagnosticadas con diabetes gestacional presentan un mayor riesgo de sufrir un parto prematuro, necesidad de inducción del parto e incluso pérdida del bebé, debido a su crecimiento excesivo. No obstante, estos riesgos pueden disminuirse al mantener los niveles de azúcar en la sangre debidamente controlados durante toda la gestación.
Las gestantes que mantienen la glucemia bajo control y que no poseen bebés con más de 4 kg pueden esperar al inicio espontáneo del trabajo de parto hasta las 38 semanas de gestación, pudiendo tener un parto normal, si es esto lo que ella desea. Sin embargo, si se comprueba que el bebé posee más de 4 kg, el médico puede sugerir cesárea o inducción del parto a las 38 semanas.
La diabetes gestacional se caracteriza por una intolerancia a los carbohidratos que ocurre, por primera vez, durante el embarazo, en la cual existen más riesgos asociados si aparece durante el primer trimestre del embarazo.
Riesgos para la madre
Los riesgos del parto en la diabetes gestacional que pueden afectar a la gestante pueden ser:
- Parto normal prolongado, debido a poca contractilidad uterina;
- Necesidad de inducir el parto con medicamentos para iniciar o acelerar el parto normal;
- Laceración del perineo durante el parto normal debido al tamaño del bebé;
- Infección uterina y pielonefritis;
- Eclampsia;
- Aumento del líquido amniótico;
- Trastornos hipertensivos.
Asimismo, después del parto, la madre también puede sufrir un retraso en el inicio de la lactancia. Conozca cómo solucionar los problemas más comunes de la lactancia.
Riesgos para el bebé
La diabetes gestacional puede generar riesgos para el bebé durante la gestación o incluso después del parto, como:
- Nacimiento antes de la fecha prevista, debido a la rotura del saco amniótico antes de las 38 semanas de gestación;
- Disminución de la oxigenación durante el parto;
- Hipoglucemia después del nacimiento;
- Aborto en cualquier momento del embarazo o muerte justo después del parto;
- Hiperbilirrubinemia;
- Nacimiento con un peso superior a 4 kg, el cual aumenta el riesgo de desarrollar diabetes en el futuro y de sufrir alguna alteración en el hombro o fractura de la clavícula durante el parto normal.
Además, el bebé puede sufrir de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.
Cómo disminuir el riesgo
Para disminuir los riesgos de la diabetes gestacional es importante mantener la glucemia bajo control, verificando diariamente la glucemia capilar, alimentándose de forma correcta y realizando ejercicios, como caminata, hidrogimnasia o musculación, alrededor de 3 veces a la semana.
Algunas mujeres embarazadas pueden requerir de insulina cuando la dieta y los ejercicios no son suficientes para controlar los niveles de azúcar en la sangre. El médico obstetra, junto con un endocrinólogo, puede prescribir las inyecciones diarias.
Conozca más acerca del tratamiento de la diabetes gestacional.
Cómo es el posparto en la diabetes gestacional
Inmediatamente después del parto, la glucemia debe ser medida de cada 2 a 4 horas para prevenir hipoglucemia y cetoacidosis, que son comunes en este período. Por lo general, la glucemia se normaliza en el posparto, sin embargo, existe el riesgo de que la gestante desarrolle diabetes tipo 2 en 10 años, en caso de que no adopte un estilo de vida saludable.
Antes del alta médica, la glucemia de la madre debe medirse, con la finalidad de determinar si ya se encuentra normal. Generalmente, los antidiabéticos orales son suspendidos; no obstante, algunas mujeres necesitan continuar tomando estos medicamentos luego del parto, y después de una evaluación por el médico, para no perjudicar la lactancia.
La prueba de intolerancia a la glucosa debe ser realizada de 6 a 8 semanas después del parto, con la finalidad de verificar si la glucemia continúa normal. La lactancia debe ser estimulada porque es esencial para el bebé y, además, ayuda a perder peso en el posparto, a la regulación de la insulina y al desaparecimiento de la diabetes gestacional.
Si la glucemia se mantiene controlada luego del parto, la cicatrización de la cesárea y de la episiotomía ocurren de la misma forma que en las mujeres que no tienen diabetes gestacional; no obstante, si los valores no se normalizan, la cicatrización puede demorar más.