La "placenta anterior" y "placenta posterior" son términos médicos que describen la ubicación de la placenta después de la fertilización, sin implicar riesgos específicos para el embarazo.
Comprender su posición es relevante porque influye en cuándo la madre empezará a percibir los movimientos fetales. Con una placenta anterior, estos movimientos podrían sentirse más tarde debido a la ubicación entre el bebé y la pared abdominal, mientras que con una placenta posterior, los movimientos suelen notarse antes.
La ubicación se confirma mediante un ultrasonido durante el control prenatal, realizado por el ginecobstetra.
Lea también: Ultrasonido: tipos, para qué sirve y cómo se realiza tuasaude.com/es/ultrasonidoCuándo es normal sentir los movimientos fetales
Por lo general, los movimientos fetales empiezan a sentirse entre las 18 y las 20 semanas de embarazo, en caso de ser el primer hijo.
En los embarazos posteriores es posible sentirlos entre las 16 y las 18 semanas de gestación. Vea cómo identificar los movimientos fetales.
Cómo la placenta afecta los movimientos fetales
La intensidad y el inicio de los movimientos fetales pueden variar dependiendo de la ubicación de la placenta:
1. Placenta anterior
La placenta anterior está ubicada en la parte frontal del útero y puede estar fija tanto en el lado izquierdo, como del lado derecho del cuerpo.
La placenta anterior no afecta el desarrollo del bebé, sin embargo, es común que los movimientos fetales puedan sentirse más tarde de lo normal, es decir, a partir de los 28 semanas de gestación. Esto ocurre porque, como la placenta esta ubicada en la parte delantera del cuerpo, amortigua los movimientos del bebé, razón por la cual puede haber una mayor dificultad para sentirlos.
Si a partir de las 28 semanas de gestación los movimientos del bebé no se sienten, es importante consultar al ginecólogo obstetra para hacer una evaluación adecuada.
2. Placenta posterior
Esta placenta está ubicada en la parte posterior del útero y puede estar insertada tanto en el lado izquierdo como en el lado derecho del cuerpo.
Dado que esta placenta se ubica en la parte posterior del cuerpo, es común que los movimientos del bebé se sientan más temprano que en un embarazo con placenta anterior, dentro del período que se considera normal.
En situaciones donde existe una disminución de los movimientos fetales en comparación con el patrón normal del bebé, o si estos no se inician, se recomienda consultar al ginecólogo obstetra para que pueda ser realizada una evaluación del mismo.
3. Placenta fúndica
La placenta fúndica está situada en la parte alta del útero, y, al igual que en la placenta posterior, los movimientos del bebé se sienten, en promedio, entre las 18 y las 20 semanas de gestación, en el caso de ser el primer hijo, o entre las 16 y las 18 semanas, en los otros embarazos.
Las señales de alarma son las mismas de la placenta posterior, es decir, si existe una reducción de los movimientos fetales, o si demoran más tiempo en aparecer, es importante consultar al ginecólogo obstetra.
¿La localización de la placenta puede traer riesgos?
La placenta posterior, anterior o fúndica no representan riesgos para el embarazo. No obstante, la placenta también puede estar insertada de forma total o parcial en la parte inferior del útero, cerca de la apertura del cuello uterino, siendo conocida como placenta previa. Conozca qué es placenta previa y cómo debe ser el tratamiento.
En los casos donde existe placenta previa, hay mayor riesgo de que ocurra un parto prematuro o una hemorragia, debido a la ubicación donde se encuentra en el útero, siendo importante realizar un seguimiento más regular con el ginecobstetra.