El plasma sanguíneo es la parte líquida de la sangre, sin incluir glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas en su composición. Es responsable del transporte de nutrientes y eliminación de sustancias tóxicas del cuerpo, además de ayudar en la coagulación de la sangre y la defensa del organismo.
Debido a su composición, el plasma puede ser utilizado mediante transfusión para detener hemorragias graves y revertir los efectos anticoagulantes de la warfarina en casos de intoxicación, por ejemplo.
Además, los factores de coagulación, anticuerpos y albúmina presentes en el plasma, también pueden ser aislados para obtener productos importantes para el tratamiento de enfermedades como algunas inmunodeficiencias y trastornos de coagulación sanguínea.
Principales funciones
Las principales funciones del plasma en el organismo son:
- Ayudar en la coagulación sanguínea debido al fibrinógeno y otros factores de coagulación en su composición;
- Participar en la defensa del organismo al contener anticuerpos, que desempeñan un papel importante en la lucha contra infecciones;
- Transportar hormonas, oxígeno y nutrientes como glucosa, aminoácidos y vitaminas a diferentes partes del cuerpo;
- Eliminar dióxido de carbono y sustancias tóxicas del cuerpo, transportándolos a órganos que los eliminarán, como los riñones y los pulmones;
- Regular la temperatura corporal absorbiendo y liberando el exceso de calor.
El plasma es uno de los componentes sanguíneos y, al ser líquido, es importante para mantener la presión arterial y facilitar la circulación sanguínea.
Composición del plasma
El plasma presenta en su composición:
- Agua: es el componente principal del plasma;
- Sustancias coagulantes: también llamadas factores de coagulación, especialmente el fibrinógeno;
- Proteínas: como la albúmina y las globulinas, que ayudan a mantener el agua dentro de los vasos sanguíneos;
- Electrolitos: son sustancias como sodio, potasio, bicarbonato y calcio;
- Inmunoglobulinas: también conocidas como anticuerpos, ayudan en la lucha contra infecciones.
Debido a sustancias como albúmina, inmunoglobulinas y factores de coagulación en su composición, el plasma puede tener diferentes usos en medicina, como el tratamiento de problemas de coagulación e inmunodeficiencias.
Para qué sirve el plasma
El plasma puede ser utilizado para:
1. Detener hemorragias
El plasma contiene sustancias conocidas como factores de coagulación, importantes para la coagulación sanguínea. Por lo tanto, puede ayudar a detener hemorragias graves cuando se administra mediante transfusión.
2. Revertir el efecto de la warfarina
La transfusión de plasma también puede usarse para revertir el efecto anticoagulante de la warfarina en casos de intoxicación, que puede provocar sangrados graves en algunos casos.
3. Extracción de anticuerpos
Los anticuerpos pueden extraerse del plasma para la producción de antídotos o para usarse en el tratamiento de inmunodeficiencias, enfermedades en las que el cuerpo no puede producir anticuerpos específicos.
4. Obtener factores de coagulación
El uso de concentrados con factores de coagulación obtenidos a partir del plasma puede indicarse para el tratamiento de trastornos de coagulación como hemofilia y enfermedad de Von Willebrand.
5. Extracción de albúmina
La albúmina es una proteína presente en el plasma que es importante para mantener el agua dentro de los vasos sanguíneos. Puede extraerse del plasma y usarse en el tratamiento de sangrados, quemaduras graves o acumulación de líquido en el abdomen, por ejemplo.
Diferencia entre suero y plasma
Aunque tienen una composición similar, el suero es diferente al plasma principalmente porque no contiene fibrinógeno, que es una de las sustancias responsables de la coagulación sanguínea. Sepa qué es hemostasia.