Qué son:
Las pesadillas son un sueño perturbador, que generalmente está asociado a sentimientos negativos, como ansiedad o miedo, que hace que la persona se despierte en medio de la noche. Las pesadillas son más comunes en niños y adolescentes; sin embargo, pueden presentarse a cualquier edad.
Tener pesadillas de vez en cuando es normal, pudiendo estar asociado a estrés o ansiedad, a algún trauma, mala higiene del sueño o a la ingesta de medicamentos. No obstante, si son muy frecuentes, al punto de causar angustia, mala calidad del sueño, miedo de dormir o incluso problemas a lo largo del día, puede considerarse un problema, y en estos casos puede ser necesario un acompañamiento médico.
Principales causas
Generalmente, las pesadillas ocurren durante una fase del sueño llamada fase REM, sin embargo, la causa exacta aún permanece desconocida. Vea cuáles son las fases del ciclo del sueño.
Sin embargo, las pesadillas pueden desencadenarse por varios factores, entre los principales se encuentran:
- Estrés y ansiedad, como problemas del día a día, recibir una mala noticia o perder un ser querido;
- Lesiones, como por ejemplo aquellas que resultan de un accidente grave, abuso físico o sexual u otro evento traumático;
- Privación del sueño, que puede presentarse en personas que trabajan por turnos, que viajan hacia lugares con otro huso horario, que duermen pocas horas o que sufren de insomnio;
- Medicamentos, como antidepresivos, para la presión arterial o para tratar la enfermedad de Parkinson o aquellos utilizados para dejar de fumar;
- Abuso de alcohol, drogas o incluso desintoxicación de estas sustancias;
- Ver películas o leer libros que causen miedo, principalmente antes de dormir.
Las pesadillas pueden incluso ser producidas por trastornos psicológicos, como depresión, otros problemas mentales o estrés postraumático, el cual puede ser causado por alguno de los factores antes descritos, aunque hayan sucedido en el pasado.
Síntomas durante las pesadillas
Generalmente, las pesadillas tienen una duración corta, pero después de despertarse, la persona puede tener alguna dificultad para volverse a dormir. Algunos síntomas que pueden ocurrir durante una pesadilla son que esta parezca muy real y sea perturbadora, haciendo que la persona pueda sentirse amenazada y cuando despierta se sienta asustada, ansiosa, irritada, triste o enojada, dependiendo del tipo de pesadilla que se tenga.
Además, la persona puede transpirar intensamente y tener un ritmo cardíaco muy acelerado, el cual dificulta que retome el sueño tranquilamente.
A veces en los niños suele confundirse las pesadillas con otro trastorno del sueño llamado terrores nocturnos, que es cuando el que el niño llora o grita durante la noche mientras está dormido. Conozca más sobre los terrores nocturnos en niños y cuáles son los principales síntomas.
Cómo evitarlas
Existen algunas formas de reducir la frecuencia con la que ocurren pesadillas, como establecer horarios fijos para dormir y despertar. Para aquellos que tienen dificultad para conciliar el sueño, se recomienda leer un libro o tomar un baño relajante antes de ir a la cama. Vea algunos consejos para dormirse más rápido.
Si lo que está dando rigen a las pesadillas es el estrés y la ansiedad, lo ideal es consultar a un médico o psicólogo que ayude a la persona a solucionar el problema o practicar ejercicios de relajación.
Pesadillas en niños
En el caso de los niños, se les puede pedir que dibujen acerca de la pesadilla o hablar sobre los personajes con los que han soñado e intentar explicarles que nada de eso es real, o incluso construir un final feliz para aquella historia.
Además, el niño puede sentirse más seguro si duerme con un objeto que le guste, como un oso de peluche o su cobija favorita, con la puerta de su cuarto abierta y la de los padres. Se le puede colocar en el cuarto una luz con figuras para niños que no le asuste cuando la luces principales se pagan.
Vea algunas técnicas de relajación para calmar la mente.