Las Pseudomonas aeruginosa es una bacteria gramnegativa que habita naturalmente en el suelo o el agua, desarrollándose principalmente en ambientes húmedos, como baños, piscinas no tratadas o jacuzzis, por ejemplo, y puede causar infecciones especialmente en personas con el sistema inmunológico debilitado.
Las principales infecciones provocadas por Pseudomonas aeruginosa son neumonía, infección del tracto urinario, celulitis bacteriana, erisipela, ectima gangrenoso, otitis externa, endocarditis bacteriana o septicemia, estando relacionadas en la mayoría de los casos con infecciones hospitalarias.
Los síntomas de la infección por esta bacteria varían según el órgano afectado, y el tratamiento lo realiza un médico general o infectólogo con el uso de antibióticos para eliminar la bacteria.
Síntomas de Pseudomonas aeruginosa
Los síntomas de la infección por Pseudomonas aeruginosa son:
- Fiebre o escalofríos;
- Cansancio excesivo;
- Tos con secreción amarillenta o sanguinolenta, dolor en el pecho o dificultad para respirar;
- Enrojecimiento, dolor o hinchazón en los ojos o pérdida repentina de la visión;
- Diarrea, náuseas o vómitos;
- Dolor en músculos o articulaciones.
Además, también pueden aparecer disminución de la presión arterial, latidos cardíacos débiles, somnolencia, dolor o secreción de pus por el oído, pérdida de audición o ampollas en la piel con pus.
En los casos de infección urinaria causada por P. aeruginosa también pueden aparecer síntomas como dolor o ardor al orinar, dolor abdominal o presencia de sangre en la orina. Vea otros síntomas de infección urinaria.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de infección por Pseudomonas aeruginosa lo realiza un médico general o especialista en enfermedades infecciosas mediante la evaluación de los síntomas, el examen físico, el historial médico, las cirugías o procedimientos médicos o el ingreso hospitalario.
Para confirmar el diagnóstico, el médico debe solicitar pruebas como un hemograma completo y una evaluación microbiológica de orina, esputo, secreciones de la piel, ojos u oídos o una punción lumbar para identificar la presencia de la bacteria.
Además, se podrán solicitar otras pruebas, como radiografía de tórax, resonancia magnética, tomografía computarizada, ecocardiograma o ecografía renal, por ejemplo.
Enfermedades causadas por Pseudomonas aeruginosa
Las enfermedades causadas por Pseudomonas aeruginosa son:
- Neumonía;
- Infección urinaria;
- Infección en la cicatriz quirúrgica o piel gravemente quemada;
- Foliculitis, celulitis bacteriana, erisipela o ectima gangrenoso;
- Meningitis o absceso cerebral;
- Enteritis o enterocolitis;
- Endocarditis;
- Osteomielitis;
- Otitis externa u otitis media;
- Queratitis bacteriana o queratoconjuntivitis.
Además, Pseudomonas aeruginosa también puede llegar al torrente sanguíneo, provocando bacteriemia, y transportarse a diferentes partes del cuerpo, provocando una infección generalizada o sepsis, que puede poner en peligro la vida. Vea qué es la sepsis y cómo se trata.
Cómo se transmite
La transmisión de Pseudomonas aeruginosa puede ocurrir a través del contacto con tierra o agua contaminada con esta bacteria, como en piscinas no tratadas adecuadamente con cloro, jacuzzis o ambientes húmedos, como fregaderos, baños, cocinas o humidificadores, por ejemplo.
Esta bacteria rara vez causa infecciones en personas sanas y puede afectar principalmente a personas con el sistema inmunológico debilitado o con cortes o heridas en la piel o mucosas, por ejemplo.
Por tanto, es una de las bacterias más relacionadas con las infecciones hospitalarias, tanto por su capacidad de sobrevivir en equipos o dispositivos médicos mal esterilizados, como catéteres urinarios o ventiladores; soluciones antisépticas caducadas o medidas inadecuadas de higiene por parte de profesionales de la salud.
¿Pseudomonas aeruginosa es contagiosa?
La Pseudomonas aeruginosa es contagiosa y puede transmitirse de una persona a otra a través del contacto con las manos o la piel contaminadas por la bacteria, así como con superficies contaminadas.
¿Quién tiene más en riesgo?
Las infecciones por Pseudomonas aeruginosa son más comunes en personas con el sistema inmune debilitado debido a afecciones de salud, que incluyen:
- Fibrosis quística;
- VIH o SIDA;
- Uso de medicamentos inmunosupresores;
- Enfermedad renal o hepática;
- Cáncer;
- Diabetes mal controlada;
- Trasplantes;
- Quemaduras severas;
- Realización de cirugías;
- Estancia hospitalaria prolongada.
Además, los recién nacidos, las mujeres embarazadas y las personas mayores también corren un mayor riesgo de infección por Pseudomonas aeruginosa debido a una mayor fragilidad del sistema inmunológico.
También existe un mayor riesgo de infección por esta bacteria en personas con un catéter urinario o venoso y aquellas que se encuentran bajo ventilación mecánica.
¿Es grave la Pseudomonas aeruginosa?
La infección por Pseudomonas aeruginosa puede ser grave, especialmente en personas con el sistema inmunológico debilitado.
En personas saludables, la P. aeruginosa rara vez causa infecciones, y cuando lo hace, tiende a ser más superficial y menos grave.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la infección por Pseudomonas aeruginosa debe realizarse bajo la supervisión de un médico de cabecera o infectólogo e implica el uso de antibióticos en forma de gotas para los oídos, colirios, cremas, ungüentos, comprimidos o inyecciones en por vía intravenosa, dependiendo de la tipo de infección, para eliminar las bacterias.
Por esto, algunos ejemplos de antibióticos que puede recomendar el médico son las polimixinas, los aminoglucósidos, las fluoroquinolonas, las penicilinas, las cefalosporinas o los carbapenémicos, por ejemplo.
En el caso de resistencia bacteriana por Pseudomonas aeruginosa, el médico puede cambiar el antibiótico o utilizar una combinación de más de un tipo de antibiótico. Vea qué son las superbacterias.
Otros tratamientos que puede recomendar el médico son la retirada de catéteres o dispositivos médicos o la cirugía de escaras, drenaje de abscesos, tratamiento de perforación u obstrucción intestinal, desbridamiento de la piel para eliminar tejido necrótico o en los casos más graves la amputación del afectado. miembro.