Es importante tener algunos cuidados cuando se tiene una sonda vesical en casa, como limpiarla a diario, cambiar las bolsas de drenaje, verificar si está funcionando correctamente o evitar halar o introducir más profundamente la sonda vesical.
El cuidado de una sonda vesical es fundamental para acelerar la recuperación y prevenir infecciones, así como otras complicaciones, garantizando el bienestar de la persona. Además, es importante que ante cualquier duda o complicación se busque ayuda médica.
La sonda vesical es un tubo fino y flexible que se colocar a través de la uretra hasta la vejiga para drenar la orina, siendo indicada para tratar la retención de orina, en casos de hipertrofia benigna de próstata o en posoperatorios de cirugías urológicas y ginecológicas. Conozca cuándo es indicado el uso de una sonda vesical.
8 cuidados a tener con una sonda vesical
Los cuidados a tener en casa con una sonda vesical, para garantizar que está limpia y sin cristales de orina, debe tener los cuidados a continuación:
- Lavar muy bien las manos con agua y jabón antes de manipular el cateter o la bolsa recolectora;
- Limpiar los órganos genitales para disminuir el riesgo de infecciones;
- Limpiar la parte exterior de la sonda con agua y jabón 2 a 3 veces al día;
- Evitar halar o introducir más la sonda vesical, pues puede provocar heridas en la vejiga y en la uretra;
- Vaciar la bolsa colectora al retrete, cuando este llena a la mitad de su capacidad, a través de la válvula. En caso de que la bolsa no tenga esta válvula, debe descartarse y colocarse una nueva bolsa;
- Observar las características de la orina, ya que cualquier alteración, como sangrado o infección, puede indicar algún tipo de complicación. Conozca qué puede causar alteraciones del color en la orina;
- No levantar la bolsa colectora por encima del nivel de la vejiga, manteniéndola suspendida al lado de la cama al dormir, por ejemplo, para que la orina no se regrese a la vejiga y así no se transporten bacterias para el interior del cuerpo;
- Nunca colocar la bolsa colectora en el piso, transportándola, siempre que sea necesario, dentro de otra bolsa de plástico o amarrada en la pierna, con la finalidad de evitar que las bacterias en el piso contaminen la sonda.
Además de estos cuidados, es importante secar bien la bolsa de recolección y la sonda después de bañarse. Sin embargo, si la bolsa de recolección se separa de la sonda en el baño o en otro momento, es importante tirarla a la basura y reemplazarla con una bolsa de recolección nueva y estéril. La punta de la sonda también debe desinfectarse con alcohol al 70%.
Estos cuidados pueden ser realizados por quien esté cuidando a la persona, no obstante, también deben ser llevados a cabo por la propia persona siempre que se sienta capaz.
Cuándo cambiar la sonda vesical
En la mayoría de los casos, la sonda vesical está hecha de silicona y, por lo tanto, debe cambiarse cada 3 meses. Sin embargo, si tiene una sonda de otro tipo de material, como látex, puede ser necesario cambiar la sonda con más frecuencia, por ejemplo, cada 10 días.
El intercambio debe ser realizado en el hospital por un profesional de la salud, por lo que suele ser programado.
Signos de alerta para acudir al médico
Algunos signos indican que se debe acudir inmediatamente al hospital o a primeros auxilios para cambiar la sonda y realizar los exámenes, estos son:
- Sangre dentro de la bolsa colectora de la sonda vesical;
- Fuga de orina fuera de la sonda;
- Fiebre por encima de 38 ºC y escalofríos;
- Dolor en la vejiga.
En ciertos casos, es normal que la persona sienta deseos de orinar a toda hora debido a la presencia de la sonda en vejiga; esto se puede percibir como una ligera sensación de incomodidad o dolor constante en la zona, la cual debe ser referida al médico para que sea prescrita la medicación adecuada, aumentando así el bienestar del paciente.