El quiste de la tiroides o quiste tiroideo es una cavidad o saco cerrado que puede aparecer en la glándula tiroides, el cual está lleno de líquido y generalmente es llamado coloide. En la mayoría de los casos no surgen señales o síntomas que indiquen esta enfermedad, siendo identificada después de la realización de exámenes.
Sin embargo, cuando el quiste aumenta de tamaño, es posible que aparezcan algunos síntomas, como dificultad para tragar, ronquera o dolor en el cuello, siendo importante que el médico sea consultado para que sea realizada una evaluación.
Generalmente, los quistes tiroideos son pequeños y desaparecen de forma espontánea, debido a la reabsorción generada por el propio cuerpo. Hay algunas situaciones que estos tipos de quistes pueden estar relacionados con alteraciones malignas, siendo importante que sean identificados y que el contenido sea aspirado, principalmente cuando son de tamaños mayores y se encuentran acompañados con otras señalas o síntomas.
Principales síntomas
Los síntomas de los quistes en la tiroides son:
- Dificultad para tragar;
- Ronquera;
- Dolor o malestar en el cuello;
- Dificultad para respirar, aunque suele ser más raro.
Generalmente, cuando llegan a ser verificados estos síntomas, el quiste en la tiroides es palpable, o sea, la persona o el médico pueden identificar fácilmente la presencia del quiste con solo tocar el cuello, que es la zona donde se encuentra localizada la tiroides, siendo muy importante que sean realizados exámenes para verificar la gravedad del quiste y la ejecución de un tratamiento adecuado lo antes posible.
¿El quiste en la tiroides es peligroso?
Generalmente el quiste en la tiroides es benigno y no representa un peligro.
Sin embargo, en algunos casos, el quiste en la tiroides puede contener un área sólida en su interior, lo que podría indicar una posibilidad de malignidad, es decir, cáncer.
Por lo tanto, ante la presencia de síntomas, se debe consultar con un endocrinólogo para que se realicen exámenes y se identifique el tipo de quiste en la tiroides y, de esta manera, se inicie el tratamiento más adecuado.
Cómo es realizado el diagnóstico
El diagnóstico del quiste en la tiroides es realizado por el endocrinólogo a través de la evaluación de los síntomas, el historial médico, el examen físico palpando la tiroides y exámenes de sangre para evaluar los niveles de hormonas tiroideas. Vea los principales exámenes para evaluar el funcionamiento de la tiroides.
Para confirmar el diagnóstico, el médico debe solicitar una ecografía de la tiroides para evaluar la presencia del quiste, así como sus características. En casos de bordes irregulares y contenido sólido en el quiste, puede ser indicativo de malignidad.
Además de eso, normalmente también es realizada biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF), en la cual se aspira todo el contenido del quiste desde su interior. Sepa más cómo es realizado este examen.
Principales causas
La causa exacta del quiste en la tiroides no es completamente conocida, sin embargo, algunos factores parecen aumentar el riesgo de su desarrollo, como:
- Antecedentes familiares de quistes en la tiroides;
- Inflamación crónica de la tiroides, como la tiroiditis de Hashimoto;
- Crecimiento anormal del tejido de la tiroides;
- Deficiencia de yodo;
- Antecedentes de radiación en la tiroides.
Además, las personas que han recibido un trasplante de células madre hematopoyéticas pueden tener un mayor riesgo de desarrollar tumores malignos en la tiroides, es decir, cáncer.
Lea también: Cáncer de tiroides: síntomas, tipos y tratamiento tuasaude.com/es/cancer-de-tiroidesCómo se realiza el tratamiento
Como en la mayoría de los casos el quiste se reabsorbe por sí solo, la recomendación del médico puede ser simplemente hacer un seguimiento de la evolución del quiste, es decir, observar si crece y si causa la aparición de signos o síntomas.
Sin embargo, cuando el quiste es grande y causa malestar, dolor o dificultad para tragar, por ejemplo, puede ser necesario realizar la aspiración del contenido del quiste y/o su extirpación mediante cirugía. Después de un análisis de laboratorio, si se detectan signos de malignidad, puede ser necesario iniciar un tratamiento más específico, que puede incluir el uso de yodo radiactivo, por ejemplo. Conozca cómo se realiza el tratamiento de radioterapia.