Algunos remedios caseros para el hormigueo en el cuerpo son realizar actividad física, estiramientos, masajes, tener una alimentación variada y equilibrada, acupuntura y baño de inmersión con sales de Epsom.
Estas estrategias ayudan a mejorar la circulación y algunas de ellas previenen el surgimiento de algunas enfermedades que pueden originar este síntoma, como la diabetes, por ejemplo. Conozca las causas de hormigueo en el cuerpo.
Si el hormigueo es muy frecuente o está acompañado de otros síntomas como dolor, adormecimiento o disminución de la fuerza muscular, es importante consultar al médico general, con el objetivo de que sean realizados exámenes que ayuden a identificar la causa y realizar el tratamiento más adecuado.
Principales remedios caseros
Los remedios caseros para el hormigueo en el cuerpo son:
1. Practicar actividad física
Practicar actividad física de forma regular, como caminar, correr, musculación o hidrogimnasia, ayuda a tratar el hormigueo debido a que mejora la circulación sanguínea.
Es necesario realizar 30 minutos al día de actividad física de mediana intensidad o 3 horas a la semana para lograr este beneficio. El tipo de actividad no tiene mayor relevancia, pero se debe procurar practicar ejercicios aeróbicos, como correr o andar en bicicleta, así como ejercicios que fortalezcan los músculos.
2. Realizar estiramientos
Los ejercicios de estiramiento deben realizarse siempre después de practicar actividad física, pero también pueden hacerse todos los días al despertarse o antes de acostarse.
Los estiramientos aumentan la flexibilidad corporal, aliviando la tensión en los nervios periféricos, y también reducen el estrés y la ansiedad, mejorando la calidad de vida.
3. Aplicar un masaje
Realizar un masaje en la región del cuerpo donde se siente hormigueo o adormecimiento, con crema o gel que tenga un efecto de calor, es una buena forma de eliminar rápidamente el malestar.
Las pomadas que contienen capsaicina o mentol que pueden ser adquiridas con facilidad en las farmacias o tiendas online sin necesidad de receta médica, pueden servir para frotar de forma rápida la región afectada, siendo esta la técnica más indicada para aliviar una neuropatía periférica.
4. Cambios en la alimentación
Los alimentos más indicados para tratar el hormigueo en el cuerpo son aquellos que mejoran la circulación sanguínea y tratan la retención de líquidos. Algunos alimentos que podrían ayudar a aliviar el hormigueo en el cuerpo son:
- Alimentos ricos en vitamina A, como queso cottage, huevo, leche, yogures, zanahorias, calabaza, pimentón, espinacas, mango, papaya y melón;
- Alimentos ricos en vitaminas del complejo B, que pueden encontrarse en los huevos, leches y derivados, carnes y pescados;
- Alimentos ricos en vitamina D, como leche fortificada, yogures, salmón y quesos.
Además, también es importante evitar el consumo de sal en exceso y la ingesta exagerada de bebidas alcohólicas.
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Asimismo, algunas plantas pueden ser empleadas para mejorar la circulación sanguínea y prevenir los síntomas de calambres y hormigueo, como la carqueja o de castaña de Indias, que pueden ser utilizadas en forma de té. Vea estos y otros tés para la circulación.
6. Acupuntura
La acupuntura es una opción de tratamiento complementario que ayuda a mejorar la circulación sanguínea de la región a ser tratada, por lo que también está indicada para combatir el hormigueo. Este tipo de terapia alternativa también es capaz de ayudar a combatir el dolor. Vea cómo funciona la acupuntura.
7. Baño de inmersión con sales de Epsom
Las sales de Epsom son ricas en sulfato de magnesio, el cual es fácilmente absorbido por la piel, facilitando la circulación sanguínea de las piernas y pies, reduciendo la hinchazón e inflamación, y aliviando la sensación de hormigueo o adormecimiento.
Este baño de inmersión es muy fácil de preparar, permitiendo aliviar la hinchazón rápidamente al final del día y ayudando a relajar, y puede ser realizado antes de un masaje en las piernas, por ejemplo.
Para llevar a cabo el baño de inmersión, se debe colocar 1 vaso de sales de Epsom en un recipiente con 1 litro de agua tibia y mezclar hasta que la sal esté bien diluida. Añadir esa solución al agua de la bañera, entrar en la misma y mantenerse sumergido, manteniendo el cuello y la cabeza fuera del agua, durante 15 a 20 minutos. Este proceso puede llevarse a cabo hasta 3 veces por semana.
Las sales de Epsom no deben ser ingeridas por vía oral y tampoco deben ser utilizadas por niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia, ni por personas que tengan enfermedades renales o cardíacas.