La resistencia bacteriana ocurre cuando la bacteria desarrolla mecanismos de adaptación y resistencia a la acción de los antibióticos, lo que muchas veces es consecuencia del uso indebido de antimicrobianos.
Así, como consecuencia de la resistencia bacteriana, el antibiótico normalmente utilizado en el tratamiento deja de ser eficaz, lo que hace que el combate a la infección sea más difícil y prolongado, pudiendo empeorar el cuadro clínico de la persona.
Cuando un antibiótico es eficaz, la bacteria es capaz de disminuir su tasa de multiplicación o ser eliminada del organismo. Sin embargo, cuando una bacteria adquiere resistencia a un determinado antibiótico, se vuelve capaz de proliferar independientemente de la presencia del antibiótico y puede causar infecciones más graves y de difícil tratamiento.
Cómo ocurre la resistencia a los antibióticos
Las principales causas de la resistencia a los antibióticos son:
- Uso de antibióticos sin indicación médica;
- Uso de un antibiótico no específico para la infección a tratar;
- Dosis inadecuada para combatir la bacteria;
- Realización incompleta del tratamiento con antibióticos.
Estas situaciones pueden favorecer el desarrollo de mecanismos de adaptación y resistencia de la bacteria contra el antibiótico que fue utilizado, lo que puede permitir que permanezca más tiempo en el organismo, se multiplique y llegue al torrente sanguíneo, caracterizando la sepsis.
La bacteria resistente es capaz de multiplicarse más fácilmente y, por lo tanto, transmitir sus genes de resistencia a otras generaciones. Además, es posible que ocurran nuevas mutaciones en el material genético de estas bacterias, dando origen a superbacterias, que son aquellas que tienen resistencia a más de un tipo de antibiótico. Cuanto más resistente es la bacteria, más difícil es su tratamiento, ya que hay menos antibióticos disponibles capaces de tratar esa infección.
Lea también: Superbacterias: qué son, cuáles son y tratamiento tuasaude.com/es/superbacteriasPrincipales bacterias resistentes
Las principales bacterias resistentes son:
- Klebsiella pneumoniae (KPC), que es resistente a la mayoría de los antibióticos;
- Staphylococcus aureus (MRSA), que es resistente a la meticilina;
- Acinetobacter baumannii, resistente a los antibióticos carbapenémicos;
- Pseudomonas aeruginosa, resistente a los carbapenémicos.
En la mayoría de los casos, la bacteria es resistente solo a un antimicrobiano, como en el caso del Enterococcus sp, por ejemplo, donde algunas cepas son resistentes a la vancomicina.
Sin embargo, en el caso de las superbacterias, hay resistencia a más de un antibiótico. Conozca más sobre las multibacterias.
Dónde encontrarlas
Las bacterias resistentes se encuentran con mayor facilidad en el entorno hospitalario debido a los procedimientos a los que se someten los pacientes, que son más invasivos. En estos casos, puede ser necesario el uso de antibióticos de amplio espectro, que son aquellos que actúan contra varios microorganismos, incluidos los no patógenos, lo que puede favorecer la resistencia.
Además, las bacterias resistentes están normalmente relacionadas con el entorno hospitalario debido al uso frecuente de antibióticos durante el internamiento, a la mayor fragilidad del sistema inmunológico de las personas y al mayor tiempo de exposición a agentes infecciosos y antimicrobianos debido a la estancia prolongada en el hospital.
Cómo evitar la resistencia a los antibióticos
La resistencia a los antibióticos puede evitarse fácilmente mediante actitudes simples, como por ejemplo:
- Uso de antibióticos solo bajo recomendación médica;
- El tiempo y la dosis del antibiótico deben ser indicados por el médico y utilizados según su orientación, incluso si desaparecen los síntomas;
- No interrumpir el tratamiento con antibióticos aunque no haya más síntomas de infección.
Además, es importante mantener una buena higiene de manos, lavar bien los alimentos antes de prepararlos, mantener las vacunas al día y solo entrar en contacto con personas hospitalizadas utilizando elementos de protección, como mascarillas y batas, por ejemplo.
Para evitar la resistencia bacteriana también es importante que los hospitales realicen un estudio de las bacterias más prevalentes en el hospital y en las unidades críticas de internamiento y determinen el perfil de sensibilidad y resistencia de estos microorganismos.
A partir del momento en que se sabe cuáles son las bacterias más frecuentes y sus características, es posible adoptar estrategias para prevenir infecciones durante el internamiento del paciente. La educación continua y la capacitación de los profesionales de la salud presentes en el hospital son fundamentales para evitar infecciones hospitalarias y el desarrollo de microorganismos resistentes. Sepa cómo prevenir las infecciones hospitalarias.