La resonancia magnética (RM) también conocida como resonancia magnética nuclear (RMN), es un examen de imagen capaz de mostrar con definición las estructuras internas de los órganos, siendo importante para diagnosticar varios problemas de salud como aneurismas, tumores, alteraciones en las articulaciones u otras lesiones en los órganos internos.
Este examen, también conocido como resonancia magnética nuclear (RMN), es solicitado por el médico en casos de sospecha de alteraciones en el cerebro, médula espinal, corazón, huesos, articulaciones u otros órganos como los riñones, hígado o vesícula biliar. En algunos casos, se puede utilizar un agente de contraste de gadolinio para obtener imágenes de mayor calidad.
La resonancia magnética puede realizarse de forma gratuita a través del Sistema Único de Salud (SUS) si está indicada por un médico. También se lleva a cabo en hospitales o clínicas de diagnóstico privadas, y los resultados deben ser analizados por el médico que solicitó el examen.
Para qué sirve
La resonancia magnética sirve para evaluar, identificar, diagnosticar y seguir el tratamiento de varias condiciones de salud, tales como:
- Enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la esclerosis múltiple;
- Enfermedades cerebrovasculares como tumores cerebrales, accidentes cerebrovasculares (ACV), aneurismas, malformaciones, lesiones o traumas cerebrales;
- Inflamaciones o infecciones en el cerebro, nervios, huesos o articulaciones;
- Infarto de miocardio, aneurisma aórtico o enfermedades cardíacas congénitas;
- Hernia de disco, tendinitis, lesiones en los ligamentos o quistes;
- Lesiones o alteraciones en la médula espinal;
- Cambios en los vasos sanguíneos, como aneurismas o coágulos.
Además, la resonancia magnética puede ser indicada para evaluar lesiones, cambios, masas o tumores en órganos del cuerpo como el pecho, hígado, vesícula biliar, pulmones, riñones, útero, ovarios, próstata, bazo, páncreas, huesos, médula espinal o glándulas suprarrenales, por ejemplo.
La resonancia magnética también puede ser indicada para enfermedades del sistema gastrointestinal, como la cirrosis, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, por ejemplo.
En algunos casos, el médico puede recomendar realizar la resonancia magnética con contraste de gadolinio, ya que permite una mejor captación y calidad de imagen.
Resonancia magnética de cuerpo completo
La resonancia magnética de cuerpo completo, también conocida como resonancia magnética de cuerpo entero, se indica para evaluar la presencia de tumores, así como su propagación a otros órganos, ya que realiza un escaneo que va desde la cabeza hasta los pies.
Además, este tipo de resonancia magnética también puede recomendarse en casos en los que la persona experimenta dolores en varias partes del cuerpo, lo que puede ayudar al médico a identificar la causa.
La resonancia magnética de cuerpo completo no se recomienda para chequeos rutinarios o para la prevención de enfermedades, ya que es un examen que detecta cambios en la forma de los órganos y sistemas, lo que puede llevar a diagnósticos falsos positivos, ansiedad en la persona y tratamientos innecesarios.
Tipos de resonancia magnética
Los tipos de resonancia magnética dependen de la región afectada, y los más comunes son:
- Resonancia magnética de la pelvis, abdomen o tórax: sirve para diagnosticar tumores o masas en órganos como el útero, el intestino, los ovarios, la próstata, la vejiga, el páncreas, o el corazón, por ejemplo;
- Resonancia magnética del cráneo: ayuda a evaluar malformaciones cerebrales, hemorragias internas, trombosis cerebral, tumores cerebrales y otros cambios o infecciones en el cerebro o en sus venas;
- Resonancia magnética de la columna: ayuda a diagnosticar problemas en la columna y médula espinal como tumores, calcificaciones o fragmentos de huesos, después de fracturas. Conozca más sobre cómo identificar la espondiloartrosis;
- Resonancia magnética de las articulaciones, como el hombro, la rodilla o el tobillo: sirve para evaluar los tejidos blandos dentro de la articulación, como la bursa, tendones y ligamentos.
El tipo de resonancia magnética es solicitada por el médico de acuerdo con la condición de salud que se desea investigar.
Cómo se realiza
La resonancia magnética es realizada por un médico radiólogo en hospitales o clínicas especializadas y generalmente dura entre 15 y 60 minutos, o hasta 2 horas dependiendo del área que se esté examinando.
Para llevar a cabo el examen, es necesario permanecer acostado dentro del aparato que emite el campo magnético, evitando mover el cuerpo, ya que cualquier movimiento puede afectar la calidad del examen.
En personas que no pueden permanecer quietas, como niños, aquellos con claustrofobia, demencia o esquizofrenia, por ejemplo, puede ser necesario realizar el examen con sedación para inducir el sueño. De lo contrario, el examen puede no ser efectivo.
Las imágenes obtenidas de la resonancia magnética se capturan, visualizan y registran en el ordenador, lo que permite detectar alteraciones que deben ser interpretadas por el médico que solicitó el examen.
Resonancia magnética con contraste
En algunos casos, el médico puede administrar el contraste de gadolinio directamente en la vena, ya que esto permite una mayor definición de las imágenes, especialmente para visualizar órganos o vasos sanguíneos.
Para aplicar el contraste, se administra suero fisiológico en la vena por parte del enfermero, para que luego el médico pueda inyectar el contraste de gadolinio.
¿Cuál es la diferencia entre la resonancia magnética y tomografía computarizada?
Tanto la resonancia magnética como la tomografía computarizada son pruebas de imagen que permiten evaluar los órganos y las estructuras internas del cuerpo y diagnosticar condiciones de salud.
Sin embargo, estas pruebas son diferentes, ya que la resonancia magnética no utiliza radiación ionizante para obtener los resultados, a diferencia de la tomografía computarizada. Sepa para qué sirve y cuándo es necesaria una tomografía computarizada.
La resonancia magnética emplea un campo magnético de alta intensidad y ondas de radio que generan una agitación en las moléculas del cuerpo, produciendo imágenes de alta definición de los órganos internos que son capturadas por el aparato y transferidas a un ordenador.
Cuidados después de el examen
Después de una resonancia magnética, se debe beber agua u otros líquidos, excepto bebidas alcohólicas, y orinar con regularidad para eliminar cualquier resto del contraste de gadolinio, en caso de haberse utilizado.
Si se requirió sedación, es importante evitar conducir después del examen, ya que la persona puede sentir somnolencia. Es recomendable contar con un acompañante que pueda conducir de regreso a casa después del examen.