Rubéola en el embarazo: contagio, diagnóstico y tratamiento

La rubéola es una enfermedad viral común en la infancia, sin embargo, puede presentarse durante el embarazo y causar malformaciones en el bebé, como microcefalia, sordera, alteraciones en los ojos e incluso aborto. Por lo que lo ideal es que la mujer esté vacunada contra la enfermedad al menos un mes antes de quedar embarazada.

La rubéola durante el embarazo se contagia por medio del contacto de la mujer con otra persona infectada, por lo que es importante evitar zonas de riesgo o viajes a países en que la rubéola sea más frecuente. El diagnóstico de esta infección se realiza por medio de pruebas de laboratorio, como RT-PCR, anticuerpos IgM e IgG para la rubéola o del aislamiento del virus desde la sangre, orina, garganta o nariz.

El tratamiento de la rubéola durante el embarazo debe ser indicado por el obstetra, el cual prescribirá medicamentos para los síntomas, ya que aún no hay un tratamiento para el feto infectado por rubéola, por lo que es importante la prevención antes del embarazo, por medio de la vacuna y las consultas prenatales.

Imagem ilustrativa número 1

Principales síntomas

Los síntomas de la rubéola en el embarazo son similares a los presentado por cualquier persona que desarrolle la enfermedad, siendo los principales:

  • Pequeñas manchas rojas en la piel, que surgen en el rostro y detrás de las orejas que se diseminan a todo el cuerpo;
  • Fiebre baja, hasta 38ºC;
  • Dolor de cabeza;
  • Pérdida del apetito;
  • Conjuntivitis leve;
  • Dolor en las articulaciones;
  • Nariz tapada o secreción nasal;
  • Ganglios inflamados, especialmente en el cuello y detrás de las orejas.

Los síntomas pueden durar hasta 23 días, y la transmisión del virus puede ocurrir 7 días antes del inicio de los síntomas y hasta 7 días después de que aparezcan las primeras manchas rojas en la piel. Conozca más sobre los síntomas de la rubéola.

Cómo confirmar el diagnóstico

Para identificar la rubéola en el embarazo se recomienda que la mujer acuda con un obstetra para que solicite la realización de análisis de sangre que permitan identificar la presencia de anticuerpos contra el virus de la rubéola, como el examen de rubéola IgG e IgM.

El médico también puede realizarse un examen de RT-PCR que detecta el virus a partir de muestra obtenidas de secreción nasal o de la garganta, así como de sangre u orina para confirmar la infección por rubéola durante el embarazo.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la rubéola en el embarazo consiste en controlar los síntomas, ya que no existe un tratamiento específico que pueda curar la rubéola. Por lo general, el tratamiento se realiza con medicamentos para controlar la fiebre y analgésicos, como paracetamol, asociado con el reposo e ingestión de líquidos por la mujer embarazada.

Posibles complicaciones de la rubéola

Las consecuencias de la rubéola pueden surgir cuando la mujer no ha recibido la vacuna contra la rubéola y/o se infectó antes o durante el embarazo, habiendo mayor riesgo de desarrollar rubéola congénita y causar complicaciones como:

  • Sordera;
  • Alteraciones visuales, como ceguera, catarata, microftalmia, glaucoma y retinopatía;
  • Problemas cardíacos, como estenosis de la arteria pulmonar, defecto del tabique ventricular, miocarditis;
  • Lesiones del sistema nervioso, como microcefalia, meningoencefalitis o retraso mental;
  • Aumento en el tamaño del vaso e hígado;
  • Déficit de hormona del crecimiento;
  • Diabetes.

Las alteraciones fetales pueden observarse en los exámenes realizados durante el embarazo y después del nacimiento, por medio de un ultrasonido morfológico realizado entre las semana 18 y 22 de gestación.

Sin embargo, algunas alteraciones se diagnostican después del parto o a lo largo del desarrollo. Además, para confirmar la infección del virus de la rubéola puede hacerse un análisis de sangre del bebé para evaluar la presencia de anticuerpos.

Prevención de la rubéola

La mejor forma de prevenir que el bebé nazca con rubéola es a través de la vacunación de la mujer contra la rubéola al menos un mes antes del embarazo, debido a que esta vacuna está contraindicada durante la gestación. Sin embargo, esta vacuna puede aplicarse durante la lactancia, ya que no tiene efecto sobre la leche materna, previniendo de esta forma un posible contagio en un embarazo futuro. Conozca más sobre la vacuna de la rubéola.

De igual forma, es importante que todos los niños reciban la vacuna durante la infancia para evitar el síndrome de rubéola congénita, además de que se recomienda que la mujer con deseos de embarazo acuda con un obstetra antes de la gestación para recibir orientación prenatal sobe las vacunas y cuidados para evitar infecciones durante este período.