Los sabañones son una inflamación en la piel provocada por la exposición al frío y la humedad, causando síntomas como manchas rojas o azuladas en la piel de las manos, pies u orejas, picazón, sensación de ardor en el lugar.

Esta inflamación es causada por un estrechamiento de los vasos sanguíneos como una forma de protección de la piel debido a la exposición prolongada a ambientes fríos o muy húmedos, afectando a personas de cualquier edad, aunque es más común en adultos jóvenes o de mediana edad y en mujeres.

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El tratamiento de los sabañones, también conocidos como eritema pernio, lo realiza el reumatólogo, quien puede recomendar evitar la exposición a bajas temperaturas o incluso el uso de pomadas con corticoides o comprimidos de nifedipina para aliviar los síntomas.

Principales síntomas

Los principales síntomas de los sabañones son:

Manchas rojas o azuladas en la piel.
Hinchazón y dolor en el lugar afectado.
Picazón.
Sensación de ardor en la piel.
Heridas, ampollas o úlceras en la piel.

Los síntomas de los sabañones aparecen en áreas del cuerpo más expuestas al frío húmedo de manera prolongada, por lo que es más común que ocurran en los dedos de las manos o de los pies, pero también pueden presentarse en las orejas o la nariz.

Ante la presencia de síntomas de sabañones, se debe consultar a un reumatólogo para obtener un diagnóstico preciso, descartar otras condiciones de salud y comenzar el tratamiento más adecuado.

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de los sabañones lo realiza el reumatólogo mediante la evaluación de los síntomas, los antecedentes médicos, la exposición prolongada al frío y la humedad y el examen físico para observar las lesiones en la piel.

El diagnóstico de los sabañones es principalmente clínico y generalmente no requiere exámenes complementarios. Sin embargo, el médico puede solicitar pruebas adicionales, como un hemograma completo, anticuerpos antinucleares (FAN), electroforesis de proteínas o crioglobulinas, para descartar condiciones con síntomas similares, como lupus pernio, vasculitis, paniculitis por frío o fenómeno de Raynaud, por ejemplo.

Además, aunque es menos común, el médico puede solicitar una biopsia de la piel si lo considera necesario. Vea cómo se realiza una biopsia de piel.

Posibles causas

Los sabañones son causados por la exposición prolongada al frío y la humedad, lo que provoca un estrechamiento de los vasos sanguíneos de la piel como una forma de protección contra las bajas temperaturas, lo que reduce la oxigenación de la piel e induce inflamación en el lugar.

Algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar sabañones, como:

Vivir o trabajar en lugares fríos y húmedos, pero sin temperaturas congelantes;
Tener el hábito de fumar;
Practicar deportes en lugares fríos, como patinaje sobre hielo;
Padecer lupus eritematoso sistémico;
Tener leucemia linfoblástica aguda;
Presentar acrocianosis o crioglobulinemia.

Además, otros factores de riesgo incluyen usar zapatos o ropa muy ajustados cuando se está expuesto al frío húmedo, tener bajo peso o sufrir del síndrome de Raynaud. Conozca qué es el síndrome de Raynaud.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de los sabañones debe ser realizado bajo la orientación del reumatólogo y generalmente implica medidas para mantener las manos, pies y orejas calientes, evitando siempre que sea posible la exposición prolongada al frío y el uso de medicamentos para aliviar los síntomas.

Por lo tanto, el médico puede recomendar el uso de pomadas con corticosteroides, como betametasona o triamcinolona, para el tratamiento de heridas, ampollas o úlceras en la piel.

Otro medicamento que puede ser indicado para reducir el riesgo de reaparición de las lesiones o acelerar la curación de los sabañones son los comprimidos antihipertensivos, como la nifedipina, que ayudan a mejorar la circulación sanguínea.

Cómo se pueden prevenir

Para prevenir los sabañones, se recomienda:

Evitar la exposición prolongada al frío y la humedad;
No usar ropa y calzado ajustados en lugares con clima frío y húmedo;
Utilizar ropa abrigada en capas, guantes, gorro y calzado impermeable;
Mantener las manos, pies y rostro calientes y secos;
Dejar de fumar.

Además, es importante practicar actividades físicas para mantener el cuerpo caliente y mejorar la circulación sanguínea.