La sal del Himalaya es un tipo de sal que se caracteriza por ser de color rosa natural, la cual se extrae manualmente y se procesa lo menos posible para producir un producto sin refinar que no tiene aditivos y se cree que es mucho más natural que la sal de mesa.
Este tipo de sal es extraída de minas de sal que se encuentran cerca del Himalaya, componiéndose principalmente de cloruro de sodio, al igual que la sal de mesa común.
Es importante recalcar que este tipo de sal contiene sodio, por lo que debe ser consumida con precaución, principalmente por las personas que sufren de presión arterial alta. Conozca cuál es el mejor tipo de sal para la salud.
¿La sal del Himalaya aporta algún beneficio?
Los beneficios de la sal del Himalaya aún no están demostrados, pues hay muy pocos estudios científicos al respecto. Algunos de los beneficios que se mencionan, pero que no tienen aval científico, son: disminución del pH del organismo, tratar problemas en la piel y mejorar algunos problemas respiratorios como el asma, bronquitis y tos. Conozca también los beneficios de la flor de sal.
Además, se caracteriza porque contienen minerales y oligoelementos como calcio, potasio, magnesio, hierro y zinc. Sin embargo, un estudio científico [1] menciona que para 1 cucharadita al día (5 gramos), la cantidad que aporta de estos minerales no es muy significativa, por lo que no aportará ningún beneficio considerable para la salud.
¿La sal del Himalaya es buena para quien sufre de presión alta?
La sal del Himalaya aporta menos cantidad de sodio que la sal de mesa común, por lo que podría ser beneficioso para las personas con presión alta. Sin embargo, un estudio científico [2] encontró que el uso de sal rosada no era significante a nivel de la presión arterial y en la excreción urinaria de sodio, siendo importante no abusar en la cantidad que se ingiere.
Cómo consumir la sal del Himalaya
La sal del Himalaya debe ser consumida en pequeñas porciones, pues 1 cucharadita de 5 g aporta 1,9 mg de sodio, siendo que la recomendación de este mineral según la OMS es de menos de 2 g de sodio por día.
Su sabor es más suave que el de la sal común y no interfiere en la preparación de los platos, por lo que puede sustituir perfectamente a la sal refinada en la preparación y en la mesa. Esta puede ser usada para condimentar pescados, mariscos, vegetales y hortalizas, por ejemplo.
Debido a que contiene menos sodio y tiene un sabor más delicado, puede provocar un uso excesivo, lo que no es bueno para la salud. Por eso, para evitar su uso en exceso se recomienda mezclar la sal rosada con condimentos naturales, como el ajo, cebolla, perejil, cebollín y orégano, por ejemplo.