Sales de Epsom: qué son, para qué sirven y cómo usar

La sal de Epsom es un tipo de sal que contiene sulfato de magnesio en su composición, siendo comúnmente recomendada para el dolor muscular, el estreñimiento o como ayuda en el tratamiento de la fibromialgia o la artritis, ya que tiene acción antiinflamatoria, antioxidante, laxante y calmante.

Este tipo de sal, también conocido como sal amarga, puede ser utilizada por vía oral diluido en agua, o agregado al baño o a un baño de pies, por ejemplo, para promover la relajación o reducir la hinchazón.

La sal de Epsom se puede comprar en farmacias, farmacias convencionales o de manipulación, o tiendas de productos naturales, y debe ser utilizada bajo prescripción médica, ya que puede provocar efectos secundarios, especialmente cuando se ingiere por vía oral.

Sales de Epsom

Para qué sirve

La sal de Epsom está indicado para:

1. Promover la relajación

El principal uso la sal de Epsom es en forma de baño para promover la relajación, ya que este mineral ayuda a regular los niveles de magnesio en el cuerpo, lo que puede favorecer la producción de serotonina, un neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar y relajación.

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2. Reducir el estrés

Debido a sus efectos relajantes, el baño con sal de Epsom puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.

Además, esta sal ayuda a reponer el magnesio en el cuerpo, que cuando está bajo puede aumentar el riesgo de depresión y disminución en la producción de serotonina.

3. Aliviar el dolor y calambres musculares

Aunque no hay suficientes estudios sobre si el magnesio de la sal de Epsom puede ser absorbido por la piel, el baño con esta sal puede ayudar a facilitar la circulación sanguínea, eliminar toxinas, relajar los músculos y aliviar el dolor o calambres musculares, especialmente en la pantorrilla.

4. Reducir la hinchazón

El baño con sal de Epsom puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea, facilitando el flujo sanguíneo en las piernas y pies, reduciendo la hinchazón y la inflamación.

5. Aliviar los síntomas de la fibromialgia y artritis

La sal de Epsom tiene acción analgésica, antiinflamatoria y relajante, y puede ser utilizado en forma de baño o compresas para ayudar a aliviar los síntomas de la fibromialgia o artritis.

6. Ayudar en el tratamiento de la psoriasis

El baño con sal de Epsom también puede ayudar en el tratamiento de la psoriasis en las manos o el cuerpo, ayudando a suavizar la piel y reducir la picazón.

7. Aliviar el estreñimiento

El magnesio de la sal de Epsom tiene acción laxante y purgativa cuando se usa por vía oral, ayudando a aliviar el estreñimiento.

Cómo usar las sales de Epsom

La sal de Epsom, al contener magnesio, puede ayudar a regular la función muscular y nerviosa, además de disminuir el dolor y reducir la inflamación.

Sin embargo, aunque tiene beneficios para la salud, no hay evidencia científica de que el magnesio de la sal de Epsom pueda ser absorbido por la piel, por lo que se necesitan más estudios que confirmen sus beneficios.

Por lo tanto, el uso de la sal de Epsom solo debe realizarse bajo orientación médica y no sustituye al tratamiento convencional indicado por el médico.

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Cómo usar

La sal de Epsom puede emplearse en forma de baños, compresas o baños de pies, o puede ser ingerido por vía oral.

1. Baño de inmersión con sal de Epsom

El baño de inmersión con sales de Epsom se puede realizar para ayudar a promover la relajación, reducir el estrés o aliviar el dolor muscular, por ejemplo.

Ingredientes

  • 1 taza de sal de Epsom;
  • 1 litro de agua.

Modo de preparación

Coloque la sal de Epsom en un recipiente con agua tibia y mezcle hasta que los cristales estén bien disueltos. Agregue esta solución al agua de la bañera y sumérjase del cuello hacia abajo durante aproximadamente 15 a 20 minutos. Este proceso se puede realizar hasta 2 veces por semana.

2. Baño de pies con sal de Epsom

El baño de pies con sal de Epsom puede ayudar a aliviar la hinchazón de los pies, tobillos o piernas, o la sensación de ardor en los pies, por ejemplo.

Ingredientes

  • ½ taza de sal de Epsom;
  • 2 a 3 litros de agua tibia o la cantidad suficiente de agua para cubrir los pies y llegar hasta la mitad de la pantorrilla.

Modo de preparación

Disuelva bien la sal de Epsom, agitando el agua con la mano y sumerja los pies en el agua durante unos 15 minutos. Este proceso se puede realizar hasta 3 veces por semana.

3. Compresas de sal de Epsom

Las compresas de sal de Epsom se pueden usar para ayudar en el tratamiento de la fibromialgia o la artritis, por ejemplo.

Ingredientes

  • 2 cucharadas de sal de Epsom;
  • 1 taza de agua tibia.

Modo de preparación

Mezcle bien los ingredientes y luego empape una compresa en la solución y aplíquela sobre la zona afectada durante 10 a 15 minutos, 1 o 2 veces por semana.

4. Sal de Epsom por vía oral

La sal de Epsom por vía oral, diluida en agua, tiene un efecto laxante intenso y se indica para aliviar el estreñimiento.

Las dosis de sal de Epsom para el estreñimiento en adultos deben ser orientadas por el médico o nutricionista, ya que no hay un consenso oficial sobre la cantidad a ingerir.

Además, el uso de dosis mayores a las recomendadas por el médico puede causar intoxicación por magnesio.

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Posibles efectos secundarios

El sulfato de magnesio, cuando se usa en forma de baños, compresas o baños de pies, puede causar sequedad en la piel, por lo que se recomienda usar un hidratante después de su uso para evitar la irritación o las grietas en la piel.

En algunos casos, también puede provocar alergias en la piel, por lo que se debe suspender su uso.

Cuando se ingiere por vía oral, el sulfato de magnesio puede provocar diarrea, dolor de estómago o hinchazón abdominal.

Además, cuando se ingiere por vía oral en cantidades mayores a las recomendadas por el médico, el sulfato de magnesio puede causar hipermagnesemia o intoxicación, con síntomas como náuseas, vómitos, hipotensión, somnolencia, visión doble, debilidad, confusión mental, paro respiratorio o cardíaco.

En estos casos, se debe buscar atención médica de emergencia de inmediato, ya que puede poner en peligro la vida. 

Contraindicaciones

El sulfato de magnesio no debe ser utilizado por niños, mujeres embarazadas o personas con diabetes, problemas renales o cardíacos, sin la recomendación médica.

Además, el sulfato de magnesio por vía oral no debe ser utilizado por personas con obstrucción intestinal crónica, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa y otras inflamaciones del intestino, o por personas que toman el medicamento digoxina.

El sulfato de magnesio no debe ser utilizado por más de 2 semanas.

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