Sarcoma de ewing: qué es, síntomas y tratamiento

El sarcoma de Ewing es un tipo raro de cáncer en los huesos o en los tejidos blandos, que puede causar síntomas como dolor en la región del tumor, que empeora durante la noche, hinchazón en el lugar, cansancio excesivo, fiebre y fracturas.

Aunque puede surgir a cualquier edad, el sarcoma de Ewing es más frecuente en niños y adultos jóvenes, y normalmente comienza en los huesos más largos del cuerpo, como la cadera, el fémur, la tibia y el húmero.

En caso de sospecha de sarcoma de Ewing, se recomienda consultar a un oncólogo o a un médico general para que se realice una evaluación completa y, si es necesario, se inicie el tratamiento más adecuado, que incluye cirugía, quimioterapia y radioterapia.

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Principales síntomas

Los principales síntomas del sarcoma de Ewing son:

  • Dolor en la región del tumor, que empeora por la noche;
  • Hinchazón en el lugar del tumor;
  • Cansancio excesivo;
  • Fiebre baja y constante;
  • Pérdida de peso sin motivo aparente;
  • Fracturas frecuentes, ya que los huesos se debilitan.

Sin embargo, el sarcoma de Ewing generalmente no causa síntomas en las fases iniciales y, solo con el avance de la enfermedad, pueden aparecer algunos signos y síntomas.

El sarcoma de Ewing afecta principalmente a los huesos largos del cuerpo, como el fémur, la cadera, la tibia y el húmero. Aunque es menos común, este tumor también puede afectar otros huesos y extenderse a otras regiones del cuerpo, como los pulmones y la médula ósea, caracterizando la metástasis.

En casos más raros, este tumor puede comenzar en los músculos y tejidos blandos, siendo llamado sarcoma de Ewing extraóseo.

Cómo confirmar el diagnóstico

Para confirmar el diagnóstico del sarcoma de Ewing, el oncólogo evalúa los síntomas y signos presentados, y el historial de salud de la persona.

Además, el médico también indica la realización de pruebas genéticas, análisis de sangre para evaluar los niveles de fosfatasa alcalina y deshidrogenasa láctica, y pruebas de imagen, como tomografía computarizada, gammagrafía ósea, radiografía y resonancia magnética.

Sin embargo, la prueba definitiva para confirmar el sarcoma de Ewing es la biopsia, donde se extrae una muestra de la lesión y se envía para análisis en laboratorio. Sepa mejor cómo se realiza la biopsia.

Posibles causas

Aún no se conoce la causa específica del sarcoma de Ewing, sin embargo, la enfermedad no parece ser hereditaria y, por lo tanto, no se transmite de padres a hijos.

El sarcoma de Ewing es más común en niños mayores y jóvenes adultos del sexo masculino, y personas blancas.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento del sarcoma de Ewing debe ser realizado por un equipo multidisciplinario, que incluye radiólogos, pediatras, oncólogos pediátricos, cirujanos generales y ortopédicos, y enfermeras. Así, los principales tratamientos indicados para esta condición son:

  • Quimioterapia y/o radioterapia: se indican en casos de tumores más grandes para reducir el tamaño del tumor y eliminar una gran parte de las células cancerosas, haciendo posible la realización de la cirugía para extirpar el tumor;
  • Cirugía: consiste en la extirpación de la parte del hueso afectada y de los tejidos circundantes. Sin embargo, en casos de tumores más grandes, puede ser necesaria la amputación, con la reconstrucción, que se realiza con la colocación de endoprótesis, implantes o trasplante óseo.

Después de la cirugía, el médico puede recomendar nuevamente sesiones de quimioterapia o radioterapia para disminuir el riesgo de metástasis.

Además, el trasplante de médula se está estudiando como un posible tratamiento del sarcoma de Ewing que es difícil de curar con otros tratamientos, como en el caso de metástasis o cuando el tumor regresa después del tratamiento estándar. Conozca más sobre el trasplante de médula.

¿El sarcoma de Ewing tiene cura?

El sarcoma de Ewing tiene cura siempre y cuando se diagnostique y trate en la fase inicial de esta enfermedad.

El diagnóstico tardío del sarcoma de Ewing aumenta las posibilidades de que el tumor se extienda a otros órganos, pudiendo causar metástasis y disminuyendo, así, las posibilidades de cura.