El síndrome de West es un tipo de epilepsia caracterizada por crisis semejantes a espasmos musculares, regresión del desarrollo e hipsarritmia, que es una alteración característica en el electroencefalograma.
Este síndrome puede ser causado por problemas durante el parto que afectan la oxigenación cerebral en el bebé, síndromes genéticos y malformaciones cerebrales, por ejemplo, y es más común en bebés en el primer año de vida.
En caso de sospecha de síndrome de West, se recomienda consultar al neurólogo pediátrico. El tratamiento normalmente es llevado a cabo con medicamentos, como hormona adrenocorticotrópica o vigabatrina, y debe ser iniciado lo antes posible.
Principales síntomas
Los principales síntomas del síndrome de West incluyen:
- Crisis epilépticas semejantes a espasmos musculares;
- Retraso en el desarrollo;
- Pérdida de habilidades anteriormente aprendidas.
El síndrome de West normalmente es identificado en el bebé entre los 4 y 7 meses de edad, especialmente por las crisis epilépticas, que son semejantes a espasmos musculares, causando la extensión o flexión de la cabeza, cuello, piernas y/o tronco.
Estos espasmos pueden repetirse por varios segundos y volver a ocurrir hasta más de cien veces al día, siendo más común durante el día y al dormirse o despertarse.
Además, es común que el niño con síndrome de West también presente otros problemas como deficiencia intelectual, autismo o malformaciones cerebrales.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico del síndrome de West normalmente es llevado a cabo por el neurólogo pediátrico, el cual toma en cuenta los síntomas, los antecedentes de salud del niño y el resultado del electroencefalograma, que puede mostrar una alteración característica conocida como hipsarritmia. Vea mejor qué es y para qué sirve el electroencefalograma.
Asimismo, es común que el médico indique otros exámenes, como resonancia magnética y análisis específicos de sangre y/u orina, para identificar la causa del síndrome.
Posibles causas
Las principales causas del síndrome de West incluyen:
- Falta de oxigenación cerebral en el bebé durante el parto;
- Síndromes genéticos;
- Malformaciones cerebrales;
- Accidente cerebrovascular (ACV);
- Esclerosis tuberosa;
- Problemas en el metabolismo de sustancias por el organismo.
Sin embargo, no siempre es posible identificar una causa específica para el síndrome de West, y en estos casos, la expectativa de vida para los niños afectados por el síndrome tiende a ser menor.
Cómo es realizado el tratamiento
El tratamiento para el síndrome de West debe ser iniciado lo antes posible, pues las crisis epiléticas pueden causar daños cerebrales en el bebé cuando no son controladas, y afectar su desarrollo.
Normalmente, el tratamiento del síndrome de West es llevado a cabo con medicamentos para controlar las crisis epilépticas, como la hormona adrenocorticotrópica (ACTH), la prednisona, la vigabatrina o la piridoxina, y terapias para estimular el desarrollo, como fisioterapia e hidroterapia.
Además, siempre que sea posible, debe ser realizado el tratamiento específico para la causa del síndrome de acuerdo con las indicaciones del neuropediatra.
¿El síndrome de West tiene cura?
El síndrome de West no tiene cura. No obstante, la expectativa de vida para el niño con síndrome de West tiende a ser mayor en los casos donde no se identifica una causa específica para el síndrome y se logran controlar las crisis tempranamente por medio del tratamiento adecuado.
El neuropediatra es el mejor profesional para evaluar el estado de salud del bebé, ya que tras revisar todos los exámenes, podrá indicar los medicamentos más adecuados y la necesidad de estimulación psicomotora y de sesiones de fisioterapia.