El síndrome del nido vacío se caracteriza por un sentimiento de tristeza excesiva que puede ocurrir cuando los hijos se van de casa, ya sea para estudiar en otro lugar, casarse o vivir solos.
Este síndrome parece estar relacionado con la cultura; en culturas donde las personas se dedican exclusivamente a la crianza de los hijos, su partida causa más sufrimiento y sentimientos de soledad.
Generalmente, durante el período en que los hijos se van de casa, las personas también enfrentan otros cambios en su ciclo vital, como la jubilación o el inicio de la menopausia en las mujeres, lo que puede agravar los sentimientos de depresión y baja autoestima.
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Los principales síntomas del síndrome del nido vacío son:
- Sensación de vacío y tristeza;
- Sufrimiento;
- Sentimiento de impotencia;
- Falta de energía y motivación;
- Disminución de la autoestima;
- Alteraciones en el sueño.
Los síntomas del síndrome del nido vacío pueden comenzar antes de que los hijos se vayan y acentuarse cuando se van definitivamente.
Algunos estudios indican que las madres suelen sufrir más que los padres cuando los hijos se van de casa, debido a que suelen dedicarse más a ellos y pueden sentir una baja en su autoestima al percibir que ya no son útiles. No obstante, el grado de sufrimiento varía de persona a persona y depende del nivel de implicación de los padres en la vida de sus hijos.
Qué hacer
La etapa en la que los hijos se van de casa puede ser muy difícil para algunas personas; sin embargo, existen algunas formas de sobrellevar la situación:
1. Aceptar el momento
Es importante que los padres apoyen a los hijos en el proceso de cambio. Es fundamental mostrar interés y tratar de vivir el momento con ligereza. Además, expresar a los hijos cómo se sienten en este proceso puede facilitar la aceptación de la partida y reducir el impacto de los síntomas del síndrome.
2. Mantener el contacto
Aunque los hijos ya no vivan en casa, esto no significa que no puedan seguir visitando el hogar de sus padres. Los padres pueden seguir cerca de sus hijos a pesar de vivir separados, realizando visitas, llamadas telefónicas o planificando salidas juntos.
3. Buscar ayuda
Si los padres sienten dificultad para superar esta etapa, deben buscar apoyo en familiares y amigos, así como en un terapeuta. Esto les permitirá hablar sobre la situación, expresar los momentos de mayor sufrimiento e incluso puede resultar útil asistir a terapia de grupo con otros padres que estén pasando por el mismo proceso. Compartir la experiencia con otras personas puede hacer que enfrentar el síndrome del nido vacío sea un poco más fácil.
4. Practicar actividades
Durante el tiempo que los hijos viven en casa, los padres suelen reducir un poco su calidad de vida, ya que dejan de realizar algunas actividades que disfrutan, pasan menos tiempo de calidad en pareja e incluso descuidan tiempo personal.
Por lo tanto, con el "extra" de tiempo y energía, pueden dedicarse más a su pareja o retomar actividades que han dejado de lado, como ir al gimnasio, aprender pintura o tocar un instrumento musical, por ejemplo.