Los síntomas del autismo en bebés suelen notarse a partir de los 12 meses de edad, pudiendo observarse que tiene dificultades para comunicarse y jugar con otros niños, no emite sonidos y no responde cuando es llamado.
Ante la presencia de estos signos, se recomienda consultar al pediatra para que pueda evaluar mejor los signos y sugerir formas de estimular al bebé.
El autismo es un trastorno en el que hay problemas de comunicación, socialización y comportamiento, y el diagnóstico sólo puede confirmarse cuando el niño es capaz de comunicarse y demostrar las señales, lo que suele ocurrir entre los 12 meses de edad. Conozca más información sobre el autismo infantil.
Síntomas de autismo en bebés
Los principales síntomas de autismo en bebés, que pueden notarse entre los 12 y 24 meses, son:
1. No reaccionar a los sonidos
El bebé es capaz de oír y reaccionar a este estímulo desde el embarazo y cuando nace es normal asustarse cuando oye un ruido muy fuerte, como cuando un objeto cae cerca de él. También es normal que el niño gire la cabeza hacia el lado de donde viene el sonido de una música o de un juguete y, en este caso, el bebé con autismo no demuestra ningún interés y no reacciona a ningún tipo de sonido, lo que puede preocupar a sus padres, pensando en la posibilidad de sordera.
La prueba de la audición puede realizarse y demuestra que no existe ningún compromiso auditivo, aumentando la sospecha de que el bebé presenta alguna alteración.
2. No emitir ningún sonido
Es normal que cuando los bebés están despiertos, intenten interactuar, llamando la atención de los padres o de sus cuidadores con pequeños gritos y gemidos. En el caso del autismo, el bebé no emite ningún sonido porque, a pesar de no tener ningún compromiso en el habla, prefiere quedarse callado, sin interactuar con los demás a su alrededor, así que el bebé autista no emite sonidos como "baba", "ada" o "ohh".
Los niños de más de 2 años ya deberían formar pequeñas frases, pero en el caso del autismo es común que no usen más de 2 palabras formando una frase, y se limitan a señalar lo que desean usando el dedo de un adulto o repiten las palabras que se les dicen varias veces seguidas.
3. Ausencia de expresiones faciales
Los bebés pueden empezar a sonreír alrededor de los 2 meses, y aunque no sepan exactamente lo que significa una sonrisa, ellos "practican" estos movimientos faciales, especialmente cuando están cerca de adultos y de otros niños. En el bebé autista, la sonrisa puede no estar presente y el niño puede aparentar siempre la misma expresión facial, como si nunca estuviera contento o satisfecho.
4. Rechazar abrazos y besos
Normalmente a los bebés les gustan los besos y abrazos porque así se sienten más seguros y amados. En el caso del autismo, existe una cierta repulsión por la proximidad y por eso al bebé no le gusta que lo carguen, no mira a los ojos y puede rechazar el contacto muy cercano, incluso con personas de su entorno diario.
5. Falta de respuesta cuando se le llama
A los 12 meses de edad, el niño ya es capaz de responder cuando se le llama, así que cuando el padre o la madre lo llaman, puede emitir algún sonido o acercarse. En el caso del autismo, el bebé no responde, no emite ningún sonido y no se dirige hacia quien lo llama, ignorándolo completamente, como si no hubiera escuchado nada.
6. No jugar con otros niños
Además de no buscar estar cerca de otros niños, los bebés con espectro autista prefieren mantenerse alejados de ellos, evitando todo tipo de acercamiento y huyendo de ellos.
7. Tener movimientos repetitivos
Una de las características del autismo son los movimientos estereotipados, que consisten en movimientos repetidos de forma constante, como por ejemplo mover las manos, golpearse la cabeza, golpear la cabeza contra la pared, balancearse o tener otros movimientos más complejos. Estos movimientos pueden empezar a notarse después del primer año de vida y tienden a permanecer y a intensificarse si no se inicia el tratamiento.
Qué hacer si se sospecha de autismo
En caso de que el bebé o el niño presente algunos de estos signos, se recomienda consultar al pediatra para que sea posible evaluar mejor los signos presentados y, si se confirma el espectro autista, es posible iniciar el tratamiento y seguimiento, que puede implicar la realización de sesiones de psicomotricidad, fonoaudiología y uso de medicamentos, en algunos casos.
Generalmente, cuando el autismo se identifica de forma temprana, es posible realizar terapia con el niño, para mejorar sus capacidades de comunicación y relación, siendo posible reducir el grado de autismo y permitiendo que tenga una vida similar a la de otros niños de su edad. Vea cómo es el tratamiento para el autismo.