Los principales síntomas de un infarto en mujeres son sensación de presión o apretamiento en el pecho, náuseas, malestar general, cansancio excesivo sin causa aparente, falta de aire, molestias en uno o ambos brazos, cuello o barbilla y/o sudor frío.
Aunque los síntomas del infarto en mujeres y hombres son similares en la mayoría de los casos, en las mujeres son más comunes síntomas menos característicos y el infarto puede ser confundido con problemas menos graves, como gastritis, gases o ansiedad.
En caso de sospecha de infarto, se recomienda acudir a una emergencia. Aun si no es un infarto, estos síntomas aún pueden indicar problemas cardíacos, por lo que se aconseja consultar a un cardiólogo para una evaluación y comenzar el tratamiento adecuado. Conozca los principales síntomas de problemas cardíacos. Vea qué síntomas pueden indicar problemas cardíacos
Principales síntomas
Los principales síntomas de un infarto pueden incluir:
- Dolor, malestar, sensación de presión o apretamiento en el pecho;
- Náuseas y malestar general;
- Cansancio excesivo, sin causa aparente;
- Sensación de falta de aire;
- Dolor o molestia en uno o ambos brazos, cuello y/o barbilla;
- Sudor frío;
- Sensación de cabeza vacía;
- Dolor en el hombro derecho;
- Dolor en la región del estómago.
Estos síntomas pueden aparecer sin ningún esfuerzo físico o emoción fuerte, pudiendo comenzar cuando la mujer está en reposo y tranquila. Además, pueden presentarse juntos o por separado, pudiendo confundirse en algunos casos con el inicio de una gripe o problema digestivo, por ejemplo.
Aunque es común que el infarto femenino provoque síntomas menos característicos, en la mayoría de los casos, los síntomas del infarto en la mujer son los mismos que surgen en el hombre. Vea cuáles son los síntomas más clásicos de un infarto, que pueden surgir tanto en el hombre como en la mujer.
Qué hacer en caso de infarto
Si sospecha de un posible ataque cardíaco, principalmente en mujeres que tienen riesgo cardíaco elevado, se debe acudir a la urgencia hospitalaria más cercana o llamar al número de emergencia de su país, pues a pesar de que los síntomas sean leves, el infarto en mujeres también es muy grave y puede provocar la muerte.
Si los síntomas empeoran y hay pérdida del conocimiento, es importante buscar ayuda e iniciar la técnica de reanimación cardiopulmonar (RCP) hasta que llegue la ambulancia, pues adoptar esta actitud podrá salvar la vida de la persona. Vea cómo hacer correctamente el RCP.
Además, dependiendo de los antecedentes clínicos de la mujer y de si tiene seguimiento médico periódico con el cardiólogo, el médico podrá recomendar el uso de 2 tabletas de aspirina de 100 mg si presenta síntomas que puedan indicar un infarto, pues esta medicación ayudará a disminuir la inflamación del vaso que se encuentra comprometido.
Posibles causas de infarto en la mujer
Las principales causas del infarto femenino son:
- Aterosclerosis, que es la acumulación de grasa en la pared de las arterias;
- Espasmo de las arterias coronarias, que es una contracción repentina que puede ocurrir en las arterias del corazón en algunas personas;
- Coágulos en la circulación sanguínea, que pueden surgir debido a alteraciones en la coagulación de la sangre, por ejemplo;
- Ruptura de las arterias del corazón, también conocida como disección espontánea de las arterias coronarias.
Aunque estas causas son más frecuentes en mujeres, las posibles causas del infarto femenino son similares a las del infarto en hombres.
Quién corre mayor riesgo de padecer un infarto
El riesgo de sufrir un infarto femenino es mucho mayor en mujeres que presentan un estilo de vida sedentario o con un consumo excesivo de alimentos ricos en grasas y azúcar. Además, permanecer constantemente bajo estrés y tomar la píldora anticonceptiva también puede aumentar el riesgo de sufrir un infarto.
Coloque sus datos y conozca si tiene un alto o bajo riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares:
Por este motivo, todas las mujeres con alguno de estos factores de riesgo deben consultar al cardiólogo por lo menos una vez al año, especialmente después de la menopausia.