El síndrome de Asperger es un trastorno que forma parte del trastorno del espectro autista, el cual se caracteriza porque el niño tiene dificultad para relacionarse con otras personas y desarrollar habilidades sociales, así como para entender sus emociones y lo que ocurre a su alrededor.
La intensidad de los síntomas puede variar de un niño a otro y, en algunos casos, puede ser difícil de diagnosticar, siendo necesario acudir a un pediatra, psicólogo o psiquiatra infantil. Por este motivo, muchas personas descubren que sufren este síndrome en la edad adulta, cuando comienzan a presentar depresión o episodios intensos y recurrentes de ansiedad.
Al contrario del autismo, estas personas no presentan alteraciones a nivel de su aprendizaje, que de hecho puede encontrarse por encima del promedio, y es común que las personas diagnosticadas con este síndrome sientan la necesidad de crear rutinas fijas en su vida. Vea las diferencias de este síndrome con el autismo.
10 síntomas del síndrome de Asperger
Los síntomas del síndrome de Asperger son:
1. Dificultad para relacionarse con otras personas
Los niños y adultos con este síndrome generalmente muestran dificultad para relacionarse con otras personas, ya que presentan un pensamiento rígido y dificultades para entender las propias emociones y las ajenas, lo que hace parecer que no se preocupan con los sentimientos y necesidades de otras personas.
2. Dificultad para comunicarse
Las personas con el síndrome de Asperger no logran comprender el significado de cambios del tono de la voz, expresiones faciales, gestos corporales, ironía o sarcasmo, por lo que sólo consiguen entender lo que se les dice de forma literal.
De igual forma, también se presentan dificultades para expresar aquello que piensan o sienten, no compartiendo intereses o aquello que piensan con otras personas, además de evitar mantener contacto con los ojos de otra persona.
3. No comprender las reglas
Es común que, en la presencia de este síndrome, las personas no logran poseer un sentido común o respetar las reglas como esperar detrás de una fila, esperar su turno para hablar en una conversación, seguir las indicaciones para la realización de un trabajo en equipo, por ejemplo. Esto hace que la interacción social de estas personas sea cada vez más difícil.
4. Desarrollo normal del lenguaje
Los niños con este síndrome tienen un desarrollo normal, así como el período para aprender a hablar, escribir o pensar, teniendo en muchos casos, una inteligencia superior al promedio.
5. Comportamientos repetitivos
Las personas con este síndrome necesitan tener una rutina bien estructurada, ya que, de lo contrario, pueden confundirse. Modificaciones en el orden o en los horarios para las actividades o compromisos no son bien aceptados.
6. Intereses específicos e intensos
Es común que estas personas mantengan la atención puesta por mucho tiempo en determinadas actividades y permanezcan entretenidos con el mismo tema, como un objeto.
7. Poca paciencia
Es común que las personas que padecen de este síndrome tengan dificultad para comprender la necesidad de los otros, por lo que muchas veces se les considera rudos en su forma de actuar. Además, es común que no les guste conversar con personas de su misma edad, ya que prefieren un diálogo más formal y con mucha profundidad sobre un tema específico.
8. Falta de coordinación motora
Puede haber una falta de coordinación de movimientos que normalmente son desorganizados y torpes. Es común que los niños con este síndrome tengan una postura corporal extraña.
9. Descontrol emocional
En el síndrome de Asperger, hay dificultad para comprender las sensaciones y, cuando están sobrecargados emocionalmente, pueden tener dificultad para regular las reacciones, pudiendo aburrirse u obsesionarse.
10. Hipersensibilidad a los estímulos
Hay mayor sensibilidad a los estímulos, como luces, sonidos y texturas, las cuales pueden exaltar o irritar a la personas de una forma exagerada.
Cómo se realiza el diagnóstico
Para diagnosticar el síndrome de Asperger, los padres deben llevar al niño a un pediatra, psicólogo o psiquiatra infantil, neurólogos o terapeutas, los cuales realizaran diversas evaluaciones.
Por lo general, estos especialistas interactúan directamente con el niño y realizan diversas pruebas para observar los síntomas que manifiesta durante la interacción con otras personas. También pueden evaluar sus capacidades lingüísticas e intelectuales. Además, consultan a los padres sobre el desarrollo del niño, así como sobre sus habilidades y problemas que presenten.
Es importante resaltar, que el proceso de diagnóstico puede llevar algún tiempo y es posible que los padres requieran consultar a uno o más de estos especialistas, pues este puede confundirse con otras afecciones como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) o el Trastorno de Oposición Desafiante (TOD), por ejemplo.
Cuanto más precoz sea el diagnóstico y se inicien las intervenciones de tratamiento al niño, mejor será su adaptación al ambiente y su calidad de vida.
Causas del síndrome de Asperger
Se desconocen las causas del síndrome de Asperger. La genética y las diferencias cerebrales pueden estar involucradas y no está relacionado a una mala educación, mala crianza del niño o por circunstancias sociales.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para el síndrome de Asperger tiene como objetivo promover la calidad de vida y la sensación de bienestar de la persona. Por esto, es importante que el tratamiento se inicie inmediatamente después del diagnóstico, sin embargo, este deberá ser individualizado y dependerá de las necesidades de cada persona.
Normalmente, el tratamiento es llevado a cabo por un equipo multidisciplinario, coordinando las terapias de manera que se complementen a lo largo del tiempo, consistiendo en:
1. Acompañamiento psicológico
El acompañamiento psicológico es fundamental en el síndrome de Asperger, ya que durante las sesiones es donde se observan las principales características del síndrome, lo que permite identificar situaciones en las que estas características se ponen de manifiesto. Además, el tratamiento con el psicólogo es una forma de animar a la persona a hablar y convivir con alguien “desconocido”, que no forma parte de su día a día.
Aún así, es importante que los padres, amigos y profesores participen en este proceso, ya que pueden reforzar lo desarrollado durante las sesiones y apoyar la evolución. Algunos ejemplos de lo que los padres y maestros pueden hacer para ayudar a un niño con síndrome de Asperger son:
- Dar órdenes sencillas, breves y claras, como por ejemplo: "guarda el rompecabezas en la caja después de jugar" y no "guarda tus juguetes después de jugar";
- Preguntarle al niño en el momento exacto por qué está actuando de esa manera;
- Explicar de forma clara y calma que algunas actitudes, como decir una grosería o arrojar algo a otra persona es desagradable o no es aceptable para los demás, para intentar que el niño no vuelva a cometer el mismo error;
- Evitar juzgar al niño o a la persona por los comportamientos que tiene.
Además, de acuerdo con el comportamiento que presente el niño o la persona, el psicólogo puede realizar juegos que pueden ayudar a facilitar la convivencia o ayudarlo a comprender por qué tuvo una determinada actitud y el impacto de sus acciones, una vez que muchas veces no logra comprender lo que está bien y lo que está mal.
2. Sesiones de fonoaudiología
Como en algunos casos la persona con síndrome de Asperger puede tener dificultad para hablar con otras personas, las sesiones con el fonoaudiólogo pueden ayudar a estimular el habla y en la construcción de las frases. Además, las sesiones también ayudar a modular el tono de voz, ya que en algunos casos la persona puede hablar muy alto o gritando, así la situación no lo amerite.
Además de ayudar en la convivencia con otras personas, a través de la estimulación del habla, el fonoaudiólogo también puede ayudar a que la persona exprese sus sentimiento de forma adecuada, los cuales son identificados con la ayuda del psicólogo.
3. Uso de medicamentos
No existe un medicamento específico para tratar el síndrome de Asperger, sin embargo, cuando existen signos de ansiedad, depresión, hiperactividad o déficit de atención, el psicólogo puede encaminar al niño para un psiquiatra, de manera que sea recomendado el uso de medicamentos antidepresivos y/o ansiolíticos que ayuden a controlar los signos y síntomas de estas alteraciones, promoviendo así la calidad de vida.