El síndrome de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado es una condición en la cual existe un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado, lo que genera síntomas como diarrea y dolor o hinchazón abdominal.
Las causas de este síndrome pueden incluir problemas en los movimientos intestinales, alteraciones anatómicas, hipoclorhidria o uso de medicamentos, por ejemplo, lo que puede generar malabsorción de nutrientes y, en algunos casos, puede ocasionar desnutrición.
El tratamiento del síndrome de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, también conocido por las siglas en inglés "SIBO", es realizado por el gastroenterólogo, el cual puede indicar cambios en la dieta y en el estilo de vida y/o uso de antibióticos.
Principales síntomas
Los principales síntomas del síndrome de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado incluyen:
- Diarrea acuosa crónica;
- Dolor o molestias abdominales, en especial después de comer;
- Exceso de gases intestinales;
- Sensación constante de hinchazón abdominal o de indigestión;
- Períodos de diarrea intercalados con estreñimiento;
- Pérdida de apetito;
- Desnutrición, en los casos más graves.
El SIBO también puede causar malabsorción de nutrientes, como grasas, carbohidratos o vitaminas A, B12, D o K, lo que genera síntomas como presencia de grasa en las heces, pérdida de peso no intencional, cansancio excesivo, adormecimiento en las manos o pies, calambres musculares o anemia, por ejemplo.
Por esta razón, es importante consultar al gastroenterólogo siempre que surjan síntomas del síndrome de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, con el objetivo de realizar el diagnóstico e iniciar el tratamiento más adecuado.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico del síndrome de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado es llevado a cabo por el gastroenterólogo a través de la evaluación de los síntomas y los antecedentes de salud y del test de hidrógeno espirado.
Eso debido a que el exceso de bacterias en el intestino delgado libera este tipo de gas en cantidades superiores a las consideradas normales. De esta manera, el test de hidrógeno espirado es una forma no invasiva e indirecta de identificar un posible caso de SIBO.
Para realizar este test, es necesario permanecer en ayunas durante 8 horas y luego acudir a la clínica para realizar una espiración en el interior de un tubo. Después de esto, el técnico proporciona un líquido especial que debe ser bebido y, a partir de ese momento, son recogidas nuevas espiraciones en otros tubos, cada 2 o 3 horas.
No obstante, si el test no es concluyente, el médico puede solicitar la realización de otros exámenes, en especial la toma de una muestra del líquido presente en el intestino delgado, para evaluar la cantidad de bacterias en un laboratorio.
Posibles causas
El síndrome de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado puede ser causado por:
- Trastornos de la motilidad gastrointestinal, como en el síndrome de intestino irritable, diabetes mellitus o esclerodermia;
- Disminución o ausencia de la producción de ácido gástrico, situación conocida como hipoclorhidria o aclorhidria;
- Insuficiencia pancreática crónica;
- Alteraciones anatómicas del intestino delgado, como diverticulosis, estenosis, adherencias posoperatorias o bypass gástrico;
- Trastornos del sistema inmunitario, como SIDA o deficiencia de IgA;
- Alteraciones de las enzimas y de las bacterias comensales.
Este síndrome también puede estar relacionado con la utilización de algunos medicamentos, como inhibidores de la bomba de protones, agentes antimotilidad y algunos antibióticos.
Cómo es realizado el tratamiento
El tratamiento para el síndrome de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado debe ser orientado por el gastroenterólogo, y este normalmente es iniciado mediante el uso de antibióticos, para erradicar el sobrecrecimiento bacteriano, y la reposición de las deficiencias nutricionales.
Los principales tratamientos para el síndrome de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado incluyen:
1. Uso de antibióticos
El primer paso para tratar el SIBO consiste en controlar la cantidad de bacterias en el intestino delgado, por lo que es necesario utilizar un antibiótico recetado por el gastroenterólogo, como ciprofloxacina, metronidazol o rifaximina, por ejemplo.
Aunque en la mayoría de los casos el antibiótico puede ser usado en forma de comprimidos, cuando el síndrome está causando desnutrición o deshidratación, puede ser necesario permanecer hospitalizado durante unos algunos días para recibir suero o alimentación parenteral, que es realizada directamente en la vena.
2. Alteraciones en la dieta
Aún no se conoce una dieta específica que pueda curar el SIBO; sin embargo, existen algunas alteraciones en la alimentación que parecen aliviar los síntomas, tales como:
- Hacer pequeñas comidas a lo largo del día, evitando comidas abundantes;
- Evitar alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar;
- Evitar alimentos que parecen empeorar los síntomas, como alimentos con gluten o con lactosa.
Asimismo, seguir una dieta tipo FODMAP, donde son retirados alimentos que generan fermentación en el intestino, puede ser ideal para aliviar rápidamente los síntomas. Conozca cómo se realiza la dieta FODMAP.
Otra recomendación que puede ser realizada por el médico para reponer deficiencias nutricionales, es el uso de suplementos con vitaminas y/o minerales, como hierro, vitaminas B1, B3, B12 o D, por ejemplo, lo que varía de acuerdo con el tipo de deficiencia nutricional.
3. Tomar probióticos
Aunque todavía sean necesarios más estudios para comprobar su eficacia, el uso de probióticos parece ayudar al intestino a volver a equilibrar la flora intestinal natural, reduciendo el exceso de bacterias.
Asimismo, los probióticos también pueden ser ingeridos naturalmente a través de la alimentación, en alimentos fermentados como el yogur, el kéfir o la kombucha, por ejemplo. Vea una lista de alimentos probióticos.