El soplo en el corazón es una alteración cardíaca muy común que provoca la aparición de un sonido extra durante los latidos cardíacos, lo que suele indicar solo turbulencia en el flujo de la sangre, sin que exista alguna enfermedad en el corazón. En estas situaciones, la alteración es conocida como soplo cardíaco inocente y no necesita tratamiento.
Además, el soplo también puede indicar un defecto en las válvulas del corazón, en los músculos cardíacos o una enfermedad que altere la velocidad del flujo de sangre, como fiebre reumática, anemia, prolapso de la válvula mitral o enfermedades congénitas, por ejemplo.
Generalmente, el soplo en el corazón no se acompaña de signos y síntomas, sin embargo, en algunos casos puede provocar falta de aire, hinchazón en el cuerpo y palpitaciones. En estas situaciones el tratamiento debe ser realizado lo antes posible con medicamentos o con la realización de cirugía, bajo la orientación del cardiólogo.
Principales síntomas
Los principales síntomas que pueden indicar un soplo en el corazón son:
- Tos;
- Palpitaciones;
- Debilidad;
- Dolor en el pecho;
- Sudor excesivo;
- Hinchazón en el cuerpo;
- Cansancio excesivo;
- Mareos o desmayo.
En los bebés y niños, es común observar dificultad para amamantar o alimentarse, debilidad, boca y manos de coloración morada, pérdida de peso o dificultad para ganar peso y retraso en el desarrollo para la edad.
Cómo se realiza el diagnóstico
El diagnóstico del soplo en el corazón es llevado a cabo por el cardiólogo o pediatra mediante una auscultación cardíaca, que es realizada con un estetoscopio.
En caso de que el médico escuche un "sonido extra" durante el examen, se confirma el soplo cardíaco, siendo entonces indicada la realización de otros exámenes que ayuden a evaluar el funcionamiento cardíaco y verificar si hay alguna condición asociada. Vea cuáles son los exámenes que evalúan el corazón.
Causas de soplo cardíaco
El soplo cardíaco puede ser fisiológico, sucediendo sin causa específica, pero también puede ser causado por alteraciones cardíacas congénitas, que pueden estar relacionadas con alteración en el desarrollo fetal o infección durante la gestación, o ser consecuencia de enfermedades. Por ello, las principales causas relacionadas con el soplo cardíaco son:
- Defecto en las cámaras o válvulas cardíacas, como prolapso de válvula mitral, válvula bicúspide, estenosis aórtica o coartación de la aorta, por ejemplo;
- Comunicación entre las cámaras del corazón, que puede suceder por un retraso o defecto en el cierre en los músculos de las cámaras cardíacas, y algunos ejemplos son la persistencia del canal arterial, comunicaciones interauriculares o interventriculares, defectos en el septo auriculoventricular y la tetralogía de Fallot. Vea qué es la tetralogía de Fallot y sus síntomas.
- Estrechamiento de una o más válvulas del corazón, llamado estenosis, debido a las enfermedades como fiebre reumática, calcificación por la edad, tumor o inflamación por una infección cardíaca, por ejemplo, que impiden el paso libre de sangre durante los latidos cardíaco;
- Insuficiencia de una o más válvulas, debido a enfermedades como prolapso de la válvula mitral, fiebre reumática, dilatación o hipertrofia del corazón o algún tipo de alteración que impida el cierre correcto de las válvulas durante los latidos del corazón;
- Enfermedades que alteran el flujo de sangre, como anemia o hipertiroidismo, que provocan un flujo de torbellino de la sangre durante su paso.
A pesar de que en algunos casos el soplo cardíaco no indique una enfermedad, es importante que se realicen exámenes para evaluar si hay alguna causa asociada, ya que es posible iniciar el tratamiento más adecuado, previniendo el desarrollo de complicaciones y promoviendo la calidad de vida.
Cómo se realiza el tratamiento
En la mayoría de los casos, el tratamiento del soplo cardíaco fisiológico no es necesario, bastando un acompañamiento cada 6 a 12 meses con el cardiólogo. Sin embargo, en caso de que haya síntomas o manifestaciones clínicas de alguna enfermedad, es importante que se identifique la causa y se inicie el tratamiento más adecuado, de acuerdo a la orientación del cardiólogo.
1. Medicamentos
El tratamiento incluye medicamentos para controlar la presión y facilitar el trabajo del corazón, con medicamentos que controlan su frecuencia como propanolol, metoprolol, verapamil o digoxina; que disminuyen la acumulación de líquidos en los pulmones, como diuréticos; y que controlan la presión y facilitan el paso de sangre por lo vasos, como hidralazina y enalapril.
2. Cirugía
La cirugía está indicada en los casos en que el soplo es provocado por alguna enfermedad, como de los músculos o válvulas, que interfiera en su función, como un estrechamiento o insuficiencia grave, al punto de causar síntomas como falta de aire, cansancio o palpitaciones, por ejemplo. De acuerdo a los síntomas presentados y a la enfermedad asociada, el cardiólogo y el cirujano cardiólogo pueden determinar el mejor tipo de cirugía:
- Corrección de la válvula por balón, se realiza con la introducción de un catéter y la insuflación de un balón, siendo más indicada en casos de estrechamiento;
- Corrección por cirugía, realizada con la abertura del tórax y del corazón para corregir el defecto en la válvula o músculo;
- Cirugía para cambio de válvula, la cual puede ser sustituida por una válvula sintética o de metal.
En la mayoría de los casos, un único procedimiento es necesario para mejorar el funcionamiento del corazón y reducir los síntomas, sin embargo, en casos más complicados, puede ser necesaria más de una cirugía.
Después de la cirugía, el postoperatorio es realizado en la UCI alrededor de 2 días, y después el acompañamiento médico pasa a ser en hospitalización, donde el niño o adulto pueden permanecer durante 7 días, siendo realizada una evaluación periódica por parte del cardiólogo hasta el alta hospitalaria. En este período, además del uso de medicamentos para el malestar y dolores, como el paracetamol, puede iniciarse la fisioterapia para la rehabilitación de la fuerza y de la respiración después de la cirugía.