El Streptococcus pyogenes es una bacteria que puede causar faringitis y amigdalitis, así como enfermedades más graves como escarlatina, fiebre reumática y síndrome de shock tóxico.
Esta bacteria, conocida también como estreptococo del grupo A o estreptococo beta-hemolítico del grupo A, está naturalmente presente en la boca, la garganta y el sistema respiratorio y no causa enfermedades. Sin embargo, puede transmitirse fácilmente de una persona a otra al compartir cubiertos, secreciones o estornudar y toser, por ejemplo, aumentando el riesgo de que se desarrolle y cause una infección. Conozca qué son los estreptococos.
Los síntomas de la infección varían según la presencia de la bacteria, con manifestaciones principalmente en la piel y en la garganta. El tratamiento de la infección por el Streptococcus pyogenes debe realizarse con antibióticos, de acuerdo con las indicaciones del médico, y, en algunos casos, puede estar indicada una cirugía.
Enfermedades del Streptococcus pyogenes
Las principales enfermedades del Streptococcus pyogenes son:
1. Faringitis
La faringitis bacteriana es la inflamación de la garganta causada por bacterias del género Streptococcus, principalmente Streptococcus pyogenes. Es importante que la faringitis sea identificada y tratada para prevenir complicaciones, como la fiebre reumática, por ejemplo. Vea cómo identificar y tratar la faringitis bacteriana.
Principales síntomas: los principales síntomas de la faringitis bacteriana son dolor de garganta intenso, inflamación de ganglios en el cuello, dificultad para tragar, pérdida del apetito y fiebre alta.
Tratamiento: el tratamiento para la faringitis bacteriana es realizado con antibióticos durante alrededor de 10 días, según las indicaciones médicas; además, también pueden recetarse medicamentos que ayuden a disminuir la inflamación y a aliviar los síntomas.
2. Amigdalitis
La amigdalitis es la inflamación de las amígdalas, que son un tejido linfoide presente en el fondo de la garganta, responsables por la defensa del organismo contra infecciones que suelen ser causadas por bacterias del género Streptococcus, normalmente por Streptococcus pyogenes.
Principales síntomas: la amigdalitis por Streptococcus pyogenes causa dolor de garganta, dificultad para tragar, pérdida de apetito y fiebre, además de que puede notarse la presencia de puntos blancos en la garganta, lo que es un indicativo de inflamación por bacteria. Conozca cómo identificar la amigdalitis bacteriana.
Tratamiento: se recomienda que la amigdalitis bacteriana sea tratada con antibióticos de acuerdo con la recomendación del médico, siendo indicado normalmente el uso de penicilina o derivados. Asimismo, una manera de aliviar la incomodidad causada por la amigdalitis es mediante la realización de gárgaras con agua salada, por ejemplo.
La cirugía para extraer las amígdalas, denominada amigdalectomía, solo se recomienda en caso de recidivas, es decir, cuando la persona presenta varios episodios de amigdalitis bacteriana a lo largo del año.
3. Impétigo
El impétigo es una infección cutánea causada por bacterias que pueden encontrarse de forma natural en la piel y en el tracto respiratorio, como Streptococcus pyogenes, por ejemplo. Esta enfermedad es altamente contagiosa y es más frecuente en niños, por lo que es importante que si el niño presenta algún signo de impétigo, este deje de ir a la escuela y evite permanecer en ambientes con muchas personas para prevenir la contaminación de más individuos. Vea qué es el impétigo.
Principales síntomas: los síntomas del impétigo normalmente surgen debido a la disminución del sistema inmunitario, lo que da como resultado la proliferación de la bacteria y la aparición de ampollas pequeñas y localizadas, las cuales suelen manifestarse en el rostro y pueden romperse y dejar marcas rojas en la piel, además de formarse una costra en la lesión.
Tratamiento: el tratamiento para el impétigo es realizado mediante la orientación del médico, siendo indicado por lo general la aplicación de una pomada con antibiótico en la zona de la herida de 3 a 4 veces al día. Es importante que el tratamiento sea realizado de acuerdo con la orientación del médico para evitar que la bacteria logre alcanzar la circulación sanguínea y llegar a otros órganos, aparte de prevenir el contagio de más personas. Conozca cómo se realiza el tratamiento para el impétigo.
4. Erisipela
La erisipela es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Streptococcus pyogenes, que es más frecuente en personas mayores de 50 años de edad, individuos con sobrepeso y diabéticos. La erisipela es curable cuando el tratamiento es iniciado rápidamente de acuerdo a las indicaciones del médico general o del dermatólogo.
Principales síntomas: la erisipela se caracteriza por el surgimiento de lesiones rojas en el rostro, los brazos o las piernas, las cuales son bastante dolorosas y, si no son tratadas, pueden ocasionar acumulación de pus y muerte del tejido; además, también pueden favorecer la entrada de Streptococcus pyogenes y de otras bacterias en el organismo.
Tratamiento: para tratar la erisipela, es importante seguir el tratamiento recomendado por el médico general o el dermatólogo, el cual normalmente indica el uso de antibióticos como la penicilina. Conozca más sobre el tratamiento de la erisipela.
5. Escarlatina
La escarlatina es una enfermedad contagiosa que se transmite a través de la tos y los estornudos, siendo muy común en niños en edad escolar, entre los 5 y los 15 años, pudiendo también afectar a adultos (en menor proporción). Vea cómo identificar la escarlatina y en qué consiste el tratamiento.
Principales síntomas: la escarlatina causa dolor de garganta muy intenso, fiebre alta, placas blanquecinas en la lengua y en la garganta, enrojecimiento de las mejillas y lengua roja, con coloración de frambuesa.
Tratamiento: la principal forma de tratamiento de la escarlatina consiste en una inyección única de penicilina. No obstante, el médico podría indicar otros antibióticos en forma de jarabe, como la amoxicilina, por ejemplo.
6. Fiebre reumática
La fiebre reumática es una enfermedad autoinmune que puede surgir como consecuencia de infección por Streptococcus pyogenes. Esto porque, en esta situación, los anticuerpos producidos contra la bacteria atacan otros órganos y causan inflamación en varios tejidos del cuerpo.
Principales síntomas: los síntomas principales de fiebre reumática son dolor en las articulaciones, debilidad muscular, movimientos involuntarios y alteraciones en el corazón y en las válvulas cardíacas.
Tratamiento: en caso de que la persona haya tenido faringitis o amigdalitis causada por S. pyogenes y no haya realizado el tratamiento adecuado, es posible que la bacteria pueda continuar circulante y, si hay predisposición, desarrolle la fiebre reumática. Por esta razón, es indispensable que S. pyogenes sea tratado con una inyección de penicilina benzatina (Benzetacil) para prevenir esta enfermedad.
En los casos confirmados de fiebre reumática, el médico general o el cardiólogo puede recomendar el uso de antibióticos y de medicamentos para aliviar los síntomas de inflamación, como el ibuprofeno y la prednisona, por ejemplo. Asimismo, es importante beber bastante cantidad de líquido durante el tratamiento y tener una alimentación equilibrada, pues así es posible recuperarse más rápido.
7. Fascitis necrosante
La fascitis necrosante es una infección rara y extensa que evoluciona rápidamente y se caracteriza por la entrada de la bacteria, normalmente Streptococcus aureus o Streptococcus pyogenes, en el cuerpo a través de una herida, la cual se disemina rápidamente y ocasiona la necrosis del tejido. Vea cómo identificar y tratar la fascitis necrosante.
Principales síntomas: los principales síntomas de la fascitis necrosante son fiebre alta, dolor intenso y localizado, presencia de ampollas, cansancio excesivo y empeoramiento del aspecto de la herida.
Tratamiento: en caso de que la persona sienta que una herida está demorando en cicatrizar o que su aspecto está empeorando con el tiempo, es importante acudir al médico para que sea investigada la causa y pueda concluirse el diagnóstico de fascitis necrosante. Normalmente, el médico recomienda la administración de antibióticos por vía intravenosa con la finalidad de acelerar la eliminación de la bacteria responsable y, de esta forma, evitar complicaciones. En ciertos casos, puede ser necesario remover mediante cirugía el tejido afectado para evitar que la bacteria se disemine aún más.
8. Síndrome del shock tóxico
El síndrome del shock tóxico se caracteriza por la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo que pueden generar progresivamente la insuficiencia de los órganos. Este síndrome suele estar relacionado con Streptococcus aureus; sin embargo, ha habido aumento de los casos del síndrome del shock tóxico por Streptococcus pyogenes.
La confirmación del síndrome del shock tóxico por S. pyogenes es realizada mediante una prueba microbiológica, normalmente el hemocultivo, donde es determinada la presencia de la bacteria en la sangre, y una evaluación de los síntomas presentados por el paciente, como presión baja, trastornos renales, problemas de coagulación de la sangre, problemas hepáticos y necrosis del tejido, por ejemplo.
Principales síntomas: los síntomas iniciales del síndrome del shock tóxico son fiebre, erupciones cutáneas rojas e hipotensión. En caso de que la infección no sea tratada, puede incluso haber insuficiencia múltiple de órganos y, consecuentemente, la muerte.
Tratamiento: lo más indicado en el síndrome del shock tóxico es buscar atención de un médico general o infectólogo para que sea iniciado el tratamiento lo antes posible, pues así se podrá eliminar la bacteria y prevenir la falla orgánica.
Cómo se realiza el diagnóstico
El diagnóstico de la infección por Streptococcus pyogenes es llevado a cabo por el médico de acuerdo con los signos y síntomas presentados por la persona, además de la realización de pruebas y análisis de laboratorio. La principal prueba para identificar Streptococcus pyogenes es el ASLO, que es la prueba de antiestreptolisina O, que tiene como objetivo identificar anticuerpos producidos por el organismo contra esta bacteria.
La prueba es simple y debe ser realizada en ayunas de 4 a 8 horas, dependiendo de las indicaciones del médico o del laboratorio. Conozca cómo se realiza la prueba AELO.