El suelo pélvico, también conocido como piso pélvico, es una estructura anatómica compuesta por músculos, ligamentos y fascias que proporcionan soporte a los órganos pélvicos y abdominales, como la vejiga, el útero, la próstata y el recto.
Esta estructura tiene forma de cúpula y funciona como un diafragma. Una disfunción en el suelo pélvico puede provocar problemas como incontinencia urinaria y fecal, prolapsos de los órganos pélvicos y disfunciones sexuales.
La fisioterapia cumple un rol fundamental en el tratamiento de las disfunciones del suelo pélvico y puede incluir electroterapia, biofeedback y ejercicios. Los ejercicios deben ser dosificados por un fisioterapeuta y deben realizarse con una técnica correcta.

Cómo es el suelo pélvico
El suelo pélvico es una estructura anatómica que sostiene los órganos pélvicos en forma de hamaca. Está formado por una combinación de músculos, ligamentos y fascia que se extienden a lo largo de la parte inferior de la pelvis.
La musculatura del suelo pélvico se divide en dos grupos principales:
- Músculos elevadores del ano: son los más superficiales y extensos, y se componen de tres haces musculares, puborrectal, pubococcígeo e iliococcígeo.
- Músculo coccígeo: es un músculo profundo que se encuentra debajo de los músculos elevadores del ano. Su función principal es estabilizar el cóccix y proporcionar soporte adicional a la pelvis.
Estos músculos forman el diafragma pélvico, que se extiende desde el pubis hasta el cóccix y hacia los lados, llegando hasta las paredes laterales de la pelvis menor. Esta estructura actúa como un soporte sólido que mantiene la posición de los órganos pélvicos.
Los ligamentos pélvicos incluyen estructuras como el ligamento sacroespinoso y el ligamento sacrotuberoso, que proporcionan soporte y estabilidad a la pelvis y a la base de la columna vertebral.
La fascia pélvica es una capa de tejido conectivo que envuelve y refuerza los músculos y ligamentos del suelo pélvico, proporcionando soporte adicional a los órganos pélvicos y ayudando a mantener su posición.
Cuál es su función
La función del suelo pélvico es darle soporte a los órganos pélvicos y permitir un correcto funcionamiento de los mismos.
Además de actuar como soporte de los órganos abdominopélvico, los músculos de esta región tienen un rol fundamental en lo que refiere a la micción, defecación y función sexual.
La relajación de los músculos del suelo pélvico permite la apertura de la uretra y el ano, facilitando la expulsión de orina y materia fecal. En cambio, el cierre voluntario de estos músculos previene la fuga de orina y heces, permitiendo el control de la micción y la defecación.
Suelo pélvico en hombres
El suelo pélvico en los hombres tiene una estructura y función similar a la de las mujeres, pero con la diferencia de que soporta órganos como la próstata, además de la vejiga y el recto.
En cuanto a su función, los músculos del suelo pélvico en los hombres juegan un papel crucial en la erección y la eyaculación. Si hay debilidad en esta estructura, pueden presentarse problemas como disfunción eréctil, eyaculación precoz e incontinencia anal.
¿Por qué se debilita el suelo pélvico?
El suelo pélvico puede debilitarse por muchas causas, entre ellas el embarazo y posparto. Durante el embarazo estas estructuras se estiran para darle lugar al feto, y luego es normal que demore mucho tiempo para recuperar su posición normal, e incluso en muchos casos requiere tratamiento para poder normalizarse.
Otro factor que causa debilidad es el estreñimiento crónico, y esto se debe al esfuerzo repetitivo y la presión excesiva de estos músculos.
Los deportes de alto impacto como la maratón, gimnasia artística y de trampolín pueden debilitar estas estructuras, y esto se debe al esfuerzo constante que recae sobre esta musculatura.
Problemas asociados
Los problemas del suelo pélvico pueden ser causados por debilidad muscular o por un aumento del tono, y pueden incluir:
1. Incontinencia urinaria
La incontinencia urinaria se caracteriza por una pérdida involuntaria de orina que ocurre tanto en sexo masculino como femenino. Esta condición se debe a un debilitamiento de los musculos de la vejiga y/o del suelo pélvico. Conozca qué es la incontinencia urinaria y sus causas.
2. Incontinencia fecal
La incontinencia fecal se define como una pérdida involuntaria de gases y/o materia fecal y se debe a una debilidad e incapacidad para contraer los músculos del suelo pélvico.
Lea también: Incontinencia fecal: síntomas, causas y tratamiento tuasaude.com/es/incontinencia-fecal4. Estreñimiento
El estreñimiento o constipación puede ser causada por alteraciones en el tono muscular del suelo pélvico. En casos de debilidad muscular, la persona no podrá generar la fuerza necesaria para la defecación, lo que resulta en deposiciones incompletas.
Por otro lado, la constipación crónica puede aumentar el tono muscular del suelo pélvico, lo que dificulta la relajación necesaria para una evacuación completa.
3. Prolapso de órganos pélvicos
El prolapso de órganos pélvicos ocurre cuando los músculos y ligamentos del suelo pélvico se debilitan, lo que provoca que los órganos pélvicos desciendan hacia la cavidad vaginal o anal.
Aunque esta condición afecta principalmente a las mujeres, también puede presentarse en los hombres. En las mujeres, los tipos más comunes de prolapso son el vesical, uterino y anal, mientras que en los hombres, los prolapsos más frecuentes son el vesical y anal.
4. Disfunciones sexuales
Las disfunciones sexuales generan dolor e incomodidad y afectan tanto a hombres como a mujeres.
La debilidad del suelo pélvico en hombres puede resultar en disfunción eréctil y eyaculación precoz. Por el contrario, un aumento del tono muscular de la misma puede resultar en dispareunia.
Las disfunciones sexuales en la mujer incluye dispareunia, vulvodinia, vaginismo y anorgasmia.
Lea también: Dispareunia: qué es, causas, síntomas y tratamiento tuasaude.com/es/dispareuniaFisioterapia pélvica
La fisioterapia cumple un rol fundamental en el tratamiento de las disfunciones del suelo pélvico.
El tratamiento de fisioterapia comienza por la exploración física, en la cual se van a evaluar la fuerza y resistencia muscular a través del tacto vaginal o rectal. Luego de la evaluación podrán realizarse tratamientos como biofeedback perineal, electroterapia, tecarterapia, ejercicios y terapia manual.
Los ejercicios tienen un rol fundamental en el tratamiento de las disfunciones del suelo pélvico, pero es importante que estos se realicen de forma correcta para no automatizar contracciones de forma incorrecta
1. Ejercicios
Los ejercicios son fundamentales en la fisioterapia del suelo pélvico, ya que las disfunciones en esta área suelen estar relacionadas con alteraciones en el tono muscular y la resistencia.
Es importante tener en cuenta que los músculos del suelo pélvico se fatigan rápidamente, por lo que los ejercicios deben ser dosificados cuidadosamente por un especialista, ya sea un fisioterapeuta o un ginecólogo.
Uno de los ejercicios más conocidos son los ejercicios de Kegel, que forman parte de muchos tratamientos para las disfunciones del suelo pélvico. Sin embargo, es esencial no realizarlos sin prescripción médica, ya que en casos de tono muscular elevado, pueden no ser recomendados.
Los ejercicios hipopresivos son otra técnica útil para tratar el suelo pélvico. Su objetivo es reducir la presión en la zona abdominal y pélvica, lo que ayuda a controlar mejor la presión interna del abdomen, clave para mantener la estabilidad de los órganos y la columna vertebral.
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El biofeedback permite medir la fuerza y relajación de los músculos mediante un dispositivo que se coloca en el interior del cuerpo, ya sea en la vagina o el ano. Se utiliza para mejorar el control del suelo pélvico y tratar problemas como la incontinencia.
Este tratamiento se realiza principalmente con un dispositivo, aunque también en casos en que el terapeuta no cuente con el mismo, se pueden usar espejos para que la persona verifique que está haciendo el ejercicio correctamente.
3. Electroterapia
La electroterapia utiliza corrientes de baja frecuencia para estimular los músculos del suelo pélvico. Se puede aplicar con un estimulador neuromuscular, que genera impulsos eléctricos en el interior del cuerpo, o con electrodos de contacto adheridos a la piel en caso de no disponer de este dispositivo.
4. Tecarterapia
La termoterapia consiste en la utilización de corrientes de alta frecuencia para generar calor controlado en los tejidos, para favorecer el aumento del flujo sanguíneo, producción de colágeno y mejorar la elasticidad de la piel y de los músculos del suelo pélvico.
5. Terapia manual
La terapia manual se emplea para realizar masajes en el área perineal y tratar directamente los dolores musculares en la pelvis. Además, es clave para ayudar a la persona a identificar y localizar los músculos del suelo pélvico.