El test de Alzheimer fue desarrollado por el neurólogo estadounidense James E Galvin y el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York y tiene como objetivo evaluar algunos factores como la memoria, la orientación, así como los cambios de humor y en lenguaje basado en la respuesta a 10 preguntas. La prueba puede ser realizada por la propia persona o por un familiar cuando se sospecha de Alzheimer.
Aunque no aporta datos suficientes para confirmar el diagnóstico de Alzheimer, este cuestionario puede indicar si la persona necesita acudir al médico porque existe la sospecha de que se está desarrollando la enfermedad. Sin embargo, sólo un médico, basándose en pruebas, puede diagnosticar y recomendar el tratamiento del Alzheimer.
Realice la prueba a continuación para identificar qué riesgo tiene de padecer Alzheimer:
Quién tiene más riesgo de desarrollar Alzheimer
Aunque el Alzheimer normalmente se identifica después de los 60 años, la enfermedad puede comenzar a manifestar algunos síntomas en personas más jóvenes, esto se debe a que es más probable que la enfermedad se presente en personas que tienen antecedentes familiares de esta enfermedad, denominándose Alzheimer precoz. Vea cómo identificar los signos y síntomas del Alzheimer precoz.
Además de ser más común en personas que tienen familiares diagnosticados con la enfermedad, debido al factor genético, el riesgo de desarrollar Alzheimer también es mayor en personas que fuman frecuentemente, en personas que llevan una alimentación poco saludable, que no practiquen actividad física, que hayan estado expuestos a metales pesados por su actividad profesional o que hayan sufrido una lesión cerebral.
Estas situaciones pueden provocar cambios en la actividad del sistema nervioso con el tiempo, favoreciendo el desarrollo del Alzheimer.
Cómo se realiza el diagnóstico
El diagnóstico del Alzheimer lo realiza, en la mayoría de los casos, el neurólogo a través de la realización de diversos test conductuales que permitan evaluar la actividad del sistema nervioso, además de tener en cuenta el test de riesgo de Alzheimer y la evaluación de los signos y síntomas presentados por la persona a lo largo del tiempo.
Además, el médico puede recomendar la realización de algunos análisis de sangre, para hacer un diagnóstico diferencial de otras enfermedades, y pruebas de imagen como la resonancia magnética cerebral, por ejemplo.
En algunos casos, el médico también puede solicitar un análisis del líquido cefalorraquídeo para comprobar los niveles de proteínas β-amiloide y tau, que normalmente se encuentran en mayores cantidades en los casos de Alzheimer. Sin embargo, este examen no se solicita de forma rutinaria y no siempre está disponible para ser realizado.